Capítulo 40

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*Narra SeungKwan*

Cerré fuertemente los ojos, cuando los otros dos chicos que no me sostenían comenzaron a romper mi camiseta, mientras uno más me quitaba el pantalón sin piedad alguna.

— Vamos a un lugar más privado  — dijo el rubio, notando que estaban en plena calle y alguien podía pasar y descubirlos.

— ¡Basta! ¡Ayuda!— dije a todo pulmón, con la esperanza de que alguien pudiera escucharme.

— ¡Cállate!  — sentí como golpeó mi mejilla izquierda  — Escuchame imbécil, entre más quieto y callado estés, más rápido terminaremos con esto.

Juro que quería defenerme, quería seguir gritando, que alguien me escuchara, pero... ¿Alguien vendría?

Todos ya se habían ido.

Y fue ahí cuando comencé a sentirme débil de nuevo.

Nadie vendría a rescatarme, nadie me escucharía, nadie querría ayudarme.

— Dale la vuelta, HyunJae  — escuché que ordenó de nuevo  — nos turnaremos, chicos. Todos podrán probar de la zorra.

No pude evitarlo, me encontraba llorando nuevamente. ¿Cuantas veces lo había hecho ya en este año? Ni siquiera podía contarlas.

Sentí sus sucias manos tomando mi cadera, elevandola y doblando mi espalda, acomodándome a su placer.

— P-por favor, detente  — sollocé, con mi mejilla contra la pared, mientras mi rostro se bañaba entero en lágrimas.

— Dije que te callaras  — golpeó mi trasero realmente fuerte. No era para nada placentero.

Los otros chicos no dejaron de sujetarme en ningún momento, sin embargo, le dejaron el camino libre a mi entrada. Lo supe cuando comenzó a restregar su pene en ella. Esto era realmente asqueroso.

Sólo pedía al cielo por que se detuvieran.

Sólo quería que me ayudaran.

Sólo quería que por algún milagro.. Vernon viniera a ayudarme.

Soñar no costaba nada, y era lo único que yo podía pensar, mientras el rubio se hacía paso dentro de mí, sacando de mi garganta un fuerte quejido de dolor.

Me removí entre sus manos, pero lo único que conseguí fue que apretaran aún más fuerte sus agarres sobre mí, podía sentir sus dedos clavandose en mi piel.

— ¡Vernon! ¡Vernon! ¡Ayuda!  — grité con desesperación, aún sabiendo que él ya no estaba cerca  — ¡A-ayudame por favor!

Uno de los chicos volvió a golpearme, pero esta vez contra los ladrillos de la pared donde me tenían preso.

Mi vista comenzó a distorsionarse, todo se sentía borroso, incluso mis piernas temblaron durante un momento.

— V-vernon...

~~~~~~~~~~~~

Luces... Luces blancas.

Abrí mis ojos lentamente, notando que tenía dos lámparas blancas a cada lado de la cama donde estaba acostado.

¿Cama?

Me sobresalté de inmediato. Seguramente estaba en la casa de alguno de los pervertidos.

Abracé la almohada que estaba a mi lado y me senté recto, buscando con la mirada algo para defenderme e intentar escapar de ese lugar.

You are my kitten. [Verkwan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora