"Solo quiero cuidarte"

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Se quedó en silencio, un silencio que no era bueno, al menos eso creía.
Empecé a pegarle a la puerta puñetazos para llamar su atención. - ¡MAY ABRE! ¡ABRE YA!- pero seguía sin abrir, mis gritos parecía que no los escuchara, se me iba la voz de tanto llorar y gritar, hasta que oí que me estaba hablando, me acerqué mas a la puerta clavando mi oído en ella, ella estaba igual que yo, de espaldas a ella.

-Te influyen demasiado las personas de tu entorno, deberías de dejar que te influyeran tanto y pensar más tus decisiones.-jadeaba de tanto llorar, era cierto. Me influyó demasiado mi entorno para ver lo que le causaba a ella.

En un par de minutos abrió la puerta y tenía las manos llenas de sangre, rompió el cristal del aseo de la furia que llevaba dentro, intentó ocultárselas pero era inútil, tanta sangre no se podía ocultar.

Le cogí la mano, las llevaba las dos hacia atrás.-Déjame ayudarte.-le dije mirándole a los ojos.

-Para que me hagas mas daño prefiero hacérmelo yo.- hizo un esfuerzo para que le soltara la mano aunque fue inútil. Suerte es que tenía el botiquín de recursos que me dio mamá antes de irme, ella prefería que me curara yo antes que la enfermera del campus, si eran cosas pequeñas claro, pero esto no era muy pequeño...

Ella forzaba el agarre, pero no la dejaba irse, le puse agua oxigenada, betadine y unas gasas, al entrar en contacto con el agua oxigenada soltó un grito pero en seguida se puso a mi lado sin hacer esfuerzos de irse y me dejo curarle.

-Prométeme que vas a dejar de fumar.-le dije.

-No, no eres mi novia, en cierto modo nunca lo fuimos.-dijo mirando como le curaba. Nunca fuimos novias porque ninguna se atrevió a decirlo, pero nos queríamos de sobra para saber que estábamos destinadas a serlo.

-Gracias.-me dijo, que pena que ya hubiera terminado, lo hice lo mas lento posible porque volver a sentir sus manos con las mías era asombroso.

-Solo quiero cuidarte.

-Ni que fuera un bebé.-dijo con el ceño fruncido.

-Eres un bebé.- rió por aquello que dije y empezó a hacerme cosquillas por la barriga.-con que soy un bebé eh, mira ahora quien es el bebé.-continuaba haciéndome cosquillas y yo no paraba de reír hasta que me quede en sus piernas, me había hecho reír tanto que me tuve que tumbar de la risa pero no me di cuenta en donde me había tumbado hasta que vi su rostro muy cerca del mío.

-la pregunta que me has hecho antes, primero tienes que responder una mía y te la respondo.-yo acepté y empezó a preguntarme.

-Cuando lo dejamos, ¿no lloraste ni estuviste triste?-no podía mentirle, sino tarde o temprano me arrepentiría y seria peor.

-al principio no, tenía rabia de que no me dijeras la verdad. Me deje llevar por todo el mundo y me decían que tenía que hacer esto, que sería lo mejor, yo solo asentía y lo hacia sin saber las consecuencias que conllevaba, después de que todo se calmara y ya no fuera un "boom" lo nuestro, nadie me prestaba atención, a excepción de Natalia, ella nunca pensó que fueras tu. Tu madre me llamo para que te hablara pero no contestabas mis mensajes ni mis llamadas, sentía que me faltabas y lloraba noche y día por lo que hice.

-Espera, ¿has dicho que Natalia no pensaba lo mismo que tu?

-Si, ella decía que tu hablabas diferente a como le hablaba "Tomás"- hice un gesto de comillas con los dedos.

-¿Aún sigues pensando que era yo?

-No, fui demasiado tonta.

-Eres tonta.-empezó a reírse, adoraba esa risa.

-ya te conté, ahora suelta lo tuyo.-ella me apartó el pelo de la cara mirando fijamente cada parte de mi rostro.

Lo que nunca te dije. (Lesbian Story)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora