May había encontrado un montón de amigos en poco tiempo. Yo seguía con Natalia y sus ligues.
Me hacia gracia, ella me miraba de vez en cuando en la cafetería con cara de picara y me sonrojaba. Desde aquella vez que hablamos por como tocaba la guitarra nos habíamos unido más.Me encontraba en el cuarto repasando para los exámenes próximos que venían y al mismo tiempo teniendo una paciencia sobrenatural con las dos personas que menos quería tener cerca en ese instante.
-Hablad sin hacer tanto ruido por dios.-miré hacia los sillones donde estaban May y su amiga, "amiga".
-Lo sentimos.-dijo Isabelle mirando a May sin aguantar las risas.
-Yo no,¡eres una aburrida!-rió a carcajadas, yo las miraba, May tenía su mano encima de la pierna de Isabelle y esta entrecerraba los ojos mirando los labios de May, sabia que quería hacer y si pensaba llevarlo a cabo se lo iba a impedir, May es mía.
-No soy aburrida, intento aprobar, tu deberías hacer lo mismo.-le dije mirándola fríamente.
-Aún queda mucho, ¡disfruta!
-May, tiene razón. Deberíamos al menos repasar, voy a mi cuarto,¿luego nos vemos?-le dijo Bell aproximándose a May, yo la veía y me hervía la sangre.
-¿Ya? Que me lo estaba pasando bien..- Bell empezó a acercarse y May le dio un beso en la frente. No uno normal como se les da a las amigas, uno lento, manteniendo el tiempo máximo de contacto entre su frente y los labios de ella, sabia que la estaba mirando y aún así puso su mano en su cadera. Me enfadé.
No quería mirar aquel numerito, quité la vista y la llevé al escritorio de nuevo.Escuchaba como se levantaban y el sonido de la puerta cerrarse.
-Celosa.-susurró en mi oreja.
-Oh vamos, ¿porque iba a estar celosa?- giré la silla de ruedas para mirarla con el rostro serio.
-Por mí, deberías de haberte visto la cara.-empezó a reírse.
-No estoy celosa, estoy enfadada.
-¿Porque?-cruzó los brazos y ladeo la cabeza hacia un lado.
-¿POR QUÉ LE PUSISTE LA MANO EN LA CADERA A ESA?-le grité, ella solo me sonrió.
-Adoro cuando te picas.
-Si estuvieras en mi situación habrías tirado a la chica antes de que le pudiera decir adiós.
-¿Y por qué no lo has hecho?-siguió sonriendo.
-Me matarías.
-¿Por qué? Ya no lo sabrás nunca, como no lo hiciste.- me sacó la lengua y subió a su cama.
-Te conozco.-le dije sin quitarle la vista hacia donde se dirigía.
-Tal vez.
-¿Tal vez qué?-la seguí mirando pero con cara confusa.
-Nada.
-Dios May, me rayas.-puse mi mano en mi cabeza y volví de nuevo al libro.
-Me gusta hacerte sufrir.-se rió.
Me hizo reírme por aquello, no creo que se diera cuenta.
Alguien tocó la puerta y fue a abrir.
-Hey, ¿os venís a la habitación de John?-dijo nerviosa una amiga de May en la puerta.-¿Para qué?-le dijo May. Me levanté de la silla y fui en dirección a la puerta, quería enterarme de lo que pasaba.
-Están haciendo un juego con bebida, eso es lo que me han dicho.
May me miró con una cara de pervertida, yo solo me fije en ella y aparte la mirada para reírme.
-Ahora vamos.-cerró la puerta antes de que su amiga pudiera responder.-¿Qué dices? No pienso ir, estoy estudiando.-me crucé de brazos.
-Cámbiate o te llevo en pijama, tu decides.-me miró de arriba a bajo sin quitar aquella sonrisa pícara.
No le respondí y fui al armario a dar con mi ropa. Me puse un top negro, unos vaqueros largos, los cuales me hacían buen trasero y las air force, me dejé el pelo largo y me pinté los labios color rojo.
-¿Lista?-me dijo May. Ella iba con el pelo recogido, una camiseta ancha de los ramones y unos shorts azul oscuro.
-Si- le dije nerviosa, no se si lo notó, pero yo tenía unas ganas terribles de comerle la boca y apretarla contra mí, estaba hermosa con el pelo recogido.
Abrió la puerta y fuimos hasta la puerta donde pasaba aquello, al paso que nos aproximábamos se iba escuchando el alboroto.
Había mucha gente, incluso en el pasillo. Algunas muy borrachas y otras riéndose o discutiendo.-Vamos a entrar- miró hacia dentro del cuarto, había mucha gente y nos podíamos perder.
-No se...-le dije algo desconfiada.
Apartó la vista donde se dirigía y la llevó al lado contrario donde estaba yo.-Estas conmigo, no voy a dejar que ningún tipo te lleve donde no quieres.-me sonrió.
-Esta bien...-rodé los ojos.
Alargó más su sonrisa, casi no le cabía en su rostro y volvió a mirar hacia delante.
No se podía casi pasar. Era como si hubieran reconstruido aquel cuarto, los colchones estaban todos unidos en la litera de arriba y habían grupos grandes al rededor de mesas en los que se practicaba un juego bastante divertido. Había en la mesa todo tipo de chupitos y algún que otro vaso lleno colocado en paralelo a otro igual para el que tuviera mala suerte, en el centro una botella la cual giraba, iban por turnos, así hasta que uno perdiera y pudiera entrar otro nuevo.
-Eh vamos, pueden entrar ahora tres, es nuestra oportunidad.-me susurró May.
-No quiero ponerme así.-señalé a una chica en el suelo vomitando.
-No te preocupes, vamos.
Nos pusimos al rededor de la mesa.
Entre risas y momentos para entrar al aseo de tanto que había bebido no sabia lo que hacía, era divertido, todos estaban igual que yo o incluso peor, no tenía temor por lo que pudiera pasar a partir de ahora.
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Lo que nunca te dije. (Lesbian Story)
RomanceADVERTENCIA: si eres homófono no leas esto, contiene contenido lésbico. Contiene partes reales y otras ficticias.