En el momento en que mencionaron mi nombre sentí unas ganas infinitas de salir corriendo, no podía estar allí aguantando la humillación que acarreaba ese nombramiento. Había sido la escena más vergonzosa de mi vida, no lo entiendo, nunca lo entenderé. Todos parecían tan felices que sus aplausos me confundían, como si enserio no hubiera ningún tipo de malicia. Yo estaba paralizado, lo pude notar porque varias veces sentí la mano de Eleanor dándome golpes en las mejillas. El estado de asombro no me dejaba pensar con claridad, mis mejillas debían estar a punto de estallar, sentí un nudo en la garganta que parecía estar cargado de resentimiento.
La vida en ese momento estaba conspirando para hacerme pagar cada vez que avergoncé a alguien, cada broma que jugué estaba siendo cobrada con creces. Sin embargo había algo más, un plus que me hacía pensar que no todo estaba perdido. La cara de Harry mirando desde la tarima con nada más que ilusiones y una inmensa sonrisa que podía ver desde donde estaba sentado. Esa era tal vez la única razón por la que aún no había huido, él no se lo merecía, no le podía hacer eso. Tuve que tragar saliva varias veces antes de poder reaccionar. Eleanor accedió a llevarme hasta donde se encontraba el rizado, traté de no mirar a nadie a los ojos, no me sentía con la fuerza necesaria para sonreír.
Cuando llegué hice un esfuerzo inmenso por mirarlo. El bajó con elegancia por las escaleras que separaban la tarima del suelo. Sus pasos se convertían en eternos asideros de desesperación. La noche donde más desapercibido quería pasar, se había convertido en el espectáculo más calculador y ridiculizante de todos. Tomé aire varias veces, de esas bocanadas de oxigeno que te hacen falta para momentos así. El me miró con la misma cara que me derretía por dentro. Solo eso fue necesario para posicionar una sonrisa involuntaria en mi rostro, tal vez la primera verdadera desde que oí mi nombre.
Ahí lo tenía parado en frente mío. Por obvias razones me tocaba inclinar la cabeza para verlo más fijamente, pero guardaba el mismo semblante apacible que siempre. Tenía que superarlo. No podía dejar que eso amargara mi noche, tampoco la de él. Mis pensamientos no lograban conectarse con mis movimientos, sentí la mano de Harry sobre la mía y un corto beso en los labios que me trajo de tirón a la realidad. Parpadeé un par de veces y tenía sus brillantes ojos verdes frente a los míos.
—¿Quieres darme el privilegio de bailar esta pieza conmigo? —Su voz ronca se escuchó como la más suave sensación en mis oídos.
La música comenzó a esparcirse por el gimnasio, mientras la suave melodía de 'Thinking Out Loud' se apoderaba de la pista de baile. Todos se hicieron a un lado dejándonos a Harry y a mi solos en el centro. En ese momento no sentí vergüenza porque la vergüenza estaba hecha de mí. Traté de olvidar a toda la gente que nos observaba y esa fue la única forma que conseguí para tratar de moverme, así fuera en círculos que era lo único que esta silla me permitía. En mitad de la canción le dije a Harry que se sentara en mis piernas. Él por un momento lo dudó, no sabía cómo hacerlo, en el fondo pensó que me dolería o que me lastimaría pero la realidad era otra. Mis intensiones se basaban en comprobar algo. Después de varios ruegos al fin accedió y comenzamos a rodar juntos alrededor de la multitud.
—Harry... ¿Y si esto es un tipo de broma? —Le susurré al oído —Qué tal si están grabando un vídeo potencialmente viral. Qué tal si nuestra noche mágica está siendo arruinada por ellos. ¿Alguien va arrojarme sangre de cerdo como en Carrie?
—Mírame —dijo mi rizado dirigiéndome la mirada hacia sus ojos —Eres el chico más guapo que conozco, el más sexy, el más maravilloso. Eres una inspiración para cada una de las personas aquí presentes, así como lo eres para mí... Desde donde empezaste hasta donde estas ahora. Eres increíble.
No pude ni siquiera modular palabra cuando ya tenía los labios de Harry pegados juntos a los míos. Tenía al hombre más perfecto del mundo sentado encima de mis piernas, bailando, en frente de más de 100 personas. Todos testigos del amor tan grande que sentíamos el uno por el otro. Fue ese momento de lucidez el que acabo con cualquier rastro de vergüenza y preocupación que quedaba en mí. Algo en mi interior me dijo que había llegado el momento. No quería que fuera aquí, ni mucho menos en un momento así, pero que mejor forma de terminar la canción que bailando con la persona que más amaba en el mundo entero.
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Never Been Kissed - Larry Stylinson
FanfictionSinopsis: Louis y Harry son dos estudiantes de secundaria. Harry había sufrido bullying durante su estancia en su anterior escuela, cuando llegó a William McKinley, su vida cambió por completo. Louis era el típico chico popular, que todo mundo...