Imaginarte | Ruggarol

9.

Karol Pov:

Mis ojos estaban rojos e hinchados, la garganta doliéndome y yo aquí todavía derramando lágrimas por aquel idiota, Ruggero Pasquarelli es tan dificil de olvidar pero nada, en la vida hay tropiezos y este es mi momento de seguir. La puerta de mi cuarto se abrió dejando ver a una linda pelirroja, mi amiga Katu. Al verme tirada en la cama corrió a abrazarme como nunca, sollocé tan fuerte en su hombro que ella solo me dedicaba palabras para que me tranquilizara.

—Pequeña qué pasó? —preguntó.

—Ruggero me mando un mensaje muy feo —me detuve, aclare la voz y me calme—. El vino a decirme que fue Candelaria, que el no tuvo nada que ver. Hasta salió que el me había bloqueado y todo por la culpa de ella, debes leerlo —le pase el celular.

—El nunca sería así y menos contigo —dijo al terminar de leer—. Y lo perdonaste? —negué con la cabeza—. Debes darte rápido. La gira es en dos semanas y recuerda que deben llevarse bien. A parte Candelaria está para Londres, es una buena oportunidad para tu decirle que en verdad no eres novia de Lionel.

—Está bien, lo haré. Gracias por venir, te quiero mucho —la abrace—. Quédate a cenar por favor.

—Lo haré, todo por mi amiga —me sonrió.

Estábamos en mi cuarto cenando, ella unos tacos que le prepare y yo una rica sopa para poder mejorarme. Extrañe estos momentos así junto a ella. Al rato ella se fue a su casa y yo volví a mi cama, me puse a reflexionar sobre todo lo qué pasó hoy y lo que ha pasado siempre. Cada vez que pienso en Ruggero mi corazón se ilumina pero acelera su ritmo a la vez, luego recuerdo lo de hoy, todo eso se esfuma y mi corazón comienza a achicarse y a dolerme.

He pensado mucho en llamarlo pero todavía no tengo la respuesta en mi mente. De repente mi celular sono y la pantalla se encendió dejando ver su llamada, era el. No dude un segundo y conteste al tercer timbre.

—Karol, nena, por favor dime que no haz llorado más —musitó con tono triste, como si hubiera llorado también.

—No te mentiré, pare hace un rato para cenar... —confesé. Escuche un pequeño susurro diciendo "maldicion", se maldijo a sí mismo.

—Perdón por hacerte tanto daño, pero te juro por mi vida que no fui yo. Yo no te quiero perder Karolsita, eres una de las personas más bellas que ha llegado a mi vida y la que me alegra con una sonrisa —y eso bastó para que se me iluminarán los ojos y volver a sentir esa chispa por el. Ninguna pelea cambiara mis sentimientos por el.

–Perdóname tú a mí por no creerte —le pedí y escuche como el rió.

—De mi parte tienes oportunidades infinitas —susurró—. Voy a tu casa ya mismo, tu voz se escucha débil.

—Si, si, es que me duele la garganta —dije.

—Iré a cuidarte —musitó y luego colgó.

Y seguido me fui a dar una ducha caliente debía estar algo presentable aunque estuviera enferma. Cuando salí me puse la pijama marrón de osito que el me regalo, supongo que le agradará verme así, luego, me solté el pelo ya que lo tenía ondulado y me puse mis lentes de ver ya que no quería ponerme los de contacto.

Me senté en mi cama con mi guitarra y de un momento a otro sentí unos toques en la puerta de mi terraza, me fijé en la puerta y era el, venía con su pijama y sus lentes puestos. No dude un segundo y le abrí la puerta, al verme solo me abrazo con ternura y mis brazos correspondieron igual rodeándolo por el cuello.

—La pijama te queda mejor que cuando te la regale —musitó al verme de arriba abajo.

—Pervertido —reí— Que bueno que viniste con la tuya puesta —sonreímos.

—Ahora yo seré tu enfermero —me cargo estilo Princesa y me acostó en la cama.

Sacó su celular y nos tiramos un selfie, el la subió a su Instagram, escribió de pie de foto: "Cuidando a la enferma para poder ir a la gira 😂😍 @karolsevillaofc " . Al instante hubieron muchos comentarios que decían #Ruggarol y ese tipo de cosas.

—¿Sabes? Me encanta el shipp Ruggarol, las fans son creativas —expresó y tomo mi mano.

—Si a mí también me gusta ese shipp y me gusta Larol —dije eso con intención de molestarlo, nunca sería novia de mi mejor amigo.

—Ruggarol es más real que todo —me fulminó con la mirada cruzado de brazos, alejo su mirada de mi. Solté un bufido.

—Está bien tú ganas —suspire y rodé los ojos— Ruggarol es más real que todo, hasta más que Ruggelaria —musité tomando su mano.

—No lo será hasta que no me confirmes algo —dijo serio y le preste atención–. ¿Estás con Lionel?

—En verdad no, yo te mentí. Me puse celosa cuando te vi en la cena con Candelaria y asentí a todo lo que dijo Lionel —confesé y el quedó atónito.

Nos fundimos en un largo abrazo, acomodando las ideas de cada uno, en verdad el me gusta, si me entero de que le gusto le digo que si, sino esto dejara de ser con tanto amor. Nos separamos y el junto nuestras frentes, buscó mis labios y los unió en un beso que expresaba miles de emociones al mismo tiempo de ser apasionado, su lengua atravesó mi boca provocando que saliera un gemido, luego me acostumbre y mi lengua batalló contra la de el para controlar el beso, fue imposible porque el tenía experiencia, así que me rendí y le cedí el paso de controlar la situación y a mis emociones.

Dimos por terminado nuestro beso apasionado, en los conciertos será difícil tener que besarlo tanto porque los besos durarán de 6 a 8 segundos y siempre me quedaré con ganas de más.

—Te quiero mucho, te necesito —susurró en mi oído.

—Yo tambien, te necesito mucho, más de lo que crees, por más que me enoje no imagino mi vida sin ti Ruggerito —escondí mi cabeza en su pecho.

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|Maraton 3/3|