13.

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Karol

Mis días en Chile fueron los mejores, la energía del público, los fans, todo fue increíble, Jorge tiene que estar muy orgulloso de venir de un país tan bello con tantas cosas que ver y tanta gente buena con la cual compartir. Por desgracia todo lo que empieza debe acabar y ya estábamos a punto de irnos a Uruguay. Esta vez me tocó sentarme rodeada al lado de Valentina y Agustín, mientras que Michael, Carolina y Ruggero iban atrás de mi. Este sería un largo viaje ya que estarán prácticamente molestándome casi todo el rato.

Ignoré mis pensamientos y me senté en mi asiento seguida de los demás, estaba a punto de usar mis audífonos cuando...

— Karol en este viaje no seremos antisociales, vamos a hablar — Valentina me arrebata los audífonos.

Suspiré y rodé los ojos.

— Está bien, aunque sea déjame guardarlos, si? — le pregunte mientras abría mi bolso de viaje para entrar los audífonos en el mismo.

— No señorita, yo los guardare y te los doy en el hotel — sonrió victoriosa y rápidamente guardo mis audífonos en su bolso de viaje.

Miré hacia atrás y Mike estaba detrás mío, ah no, ya me jodi, estoy rodeada... ya que voy en el medio.

— Piojosita, Valu — me llama Mike mientras se asoma en medio de mi asiento y el de Valentina.

— Ya vas a empezar Ronda? — espetó Valentina.

— Ni bien despegamos y ya estás jodiendo las pelotas Mike — se entrometió Agustín en la conversación.

— Hagamos una apuesta — recomendó Ruggero desde  el asiento de el pasillo mientras guardaba sus audífonos y todos fijamos la mirada en el, ya que Chiari, Ana, Jorge y los demás iban más atrás con los bailarines, mientras que nosotros seis estábamos en las filas del medio. — El primero que se duerma durante el viaje debe invitarnos a su cuarto a una pijamada — hace una pausa y nos mira — Y a el que se duerma los demás lo deberán maquillar mientras duerme durante el vuelo.

— Buena idea Pasquarelli, al fin usas el cerebro para algo bueno — Carolina lo mira atenta mientras habla — Yo me apunto.

— Yo también me apunto — interviene Mike mientras guarda su celular.

— Me encanta la idea, estoy dentro — dice Valu mientras guarda su bolso de viaje debajo del asiento.

Agustin suspira, luego habla.

— Está bien, participaré de esta.

— Y tu Karol? Tienes miedo? — suelta Ruggero mirándome.

— No, claro que no, que me guste dormir no significa que pierda — me acomodo de rodillas en el asiento mientras lo miro — Lamento dañar tus ilusiones, pero estoy dentro, Ruggerito.

— Ya veras que te dormirás, Koala. — espetó mirándome.

— Soñar no cuesta nada, pero tampoco sueñes tanto la misma cosa, porque sino te van a cobrar tarifa — reí ante mi comentario y me senté correctamente en mi asiento.

Todos se empezaron a reír mientras que los chicos empezaron a burlarse de Ruggero, yo reía solo por todo lo que le decían, pobre, menudos amigos tiene.

— Karol — me llamo Carolina y la mire.

— Si? — conteste.

— ¿Estás segura que no te dormirás? — preguntó.

— Obvio que no, anoche dormi mucho, por eso no salí con ustedes, y a parte, pienso callar cada una de sus palabras — sonreí victoriosa.

— Ya lo callaste con aquella frase — ríe — Buena suerte amiga, confío en vos, vamos a aplastarlo.

— Adelante — chocamos las manos y reímos.

— ¿Que traman pequeñas? — intervino Valu — Sea lo que sea me uno.

— Planeamos aplastar a Ruggero en este jueguito — respondi mirando a Valu.

Luego mire a Carolina y ambas sonreímos cómplices.

— Perfecto, así me gusta, como dije, me uno para aplastar a cada uno de ellos — dijo Valentina y nos sonrió.

El avión despegó y por unos minutos hubo un silencio incomodo. ¿Que digo incómodo? Un silencio de paz porque Don Agustín ya empezó a molestar.

— Karola — me llama tocándome con un dedo la mejilla.

Rodé los ojos y lo miré.

— A ver ya calma tu toqueteo — quité su dedo de mi cara con mi mano — ¿Que quieres?

— Joder, porque me aburro — rió y se colocó de rodillas en su asiento, ya que habíamos despegado podíamos quitarnos los cinturones — Weeeeeyyyyy mexicano — llamo a Mike en voz alta y las chicas reímos.

— Órale hermano, después soy yo quien molesta eh — ríe Mike — ¿Que quieres hombre?

Agustín le hace señas a Mike para que se acerque y este asiente. Se acerca hasta el morocho y se quedan un buen rato secreteando.

— Sean educados, delate de la gente no se secretea — espeto Valentina.

— ¿Y tu eres gente? — bromeó Mike y todos reímos.

Valentina se puso de rodillas sobre su asiento, mientras miraba a Mike.

— No, soy perra, tu sabes — soltó enfurecida y le jalo el pelo a mexicano.

— Uyyy pues calma tus ladridos querida — Mike imito voz de mujer y yo me estaba ahogando de la risa.

— ¡Estupido, Mugroso de Mierda! — exclamó Valentina mas enojada y le dio un golpe en la cabeza.

— Cálmate Valentina, ya pasó — la tranquilizó Ruggero.

— Si vienes a joder me dices desde ahora Pasquarelli — lo miró mientras parecía retarlo.

— Comete un snickers, Zenere — dijo Ruggero y todos reímos, de esta no salgo viva.

Valentina nos fulminó con la mirada y se acomodó correctamente en su asiento mientras miraba por la ventana.

— Cálmate Valu, después te vengas de el — Carolina le hablo por el lado de la ventanilla.

— Eso planeo hacer, ese mexicano las pagara — susurró Valentina.

— Cualquier cosa cuenta conmigo — le di mi mano y sonreí.

Luego de Valentina calmarse empezamos a hablar entre todos unos cuantos temas y de en vez en cuando nos hacíamos alguna broma, un chiste o algo por el estilo.

Imaginarte | RuggarolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora