Imaginarte | Ruggarol

5.

Ruggero Pov

¿Cómo pasó eso tan rápido? ¿Como que son novios? Bueno ya sabía que el Ferro estaba loco por Karol pero, ¿y los sentimientos de ella? Agh eso me pasa por estupido, ahora debo fingir que Amo a Candelaria más que nunca para no sospeche que me gusta Karol. Perdí el maldito tiempo, solo quisiera saber como una persona puede cambiar tu corazón en tan solo dos años, lo mismo que tenemos Candelaria y yo juntos porque Soy Luna fue unos meses después que yo estaba con Cande... Ya Pasquarelli deja de quejarte, tú tienes novia, estás feliz con eso y listo me repetía mi consciencia mil veces.

Pasó la cena y todo estuvo bien, uno que cada beso con Candelaria, palabras bonitas aunque yo no las sentía tanto pero debo hacer lo posible para seguir igual con ella. Todo esto me está atormentando mucho. Ya es sábado, genial, recuerdo que quede en verme con Karol en su casa para practicar una canción que debemos ir a grabar el lunes.

Me levante de la cama, me bañe, me vestí, tome una chaqueta de mi perchero, las llaves de la casa, de mi auto, dinero y salí de la casa. Encendí el auto y me dispuse a manejar en este con destino a la casa de Karol, eran como las 10:00 de la mañana, ella debe estar esperándome, supongo. Tras 10 minutos de trayecto llegue a su casa y toque el timbre:

—Hola Ruggero, pasa Karol está en su habitación A—me dijo su mamá dándome el paso para entrar a su casa.

—Hola Caro, subo a la habitación de ella? —le salude con un beso a esta.

—Si claro —al ella darme permiso subí las escaleras.

Llegue a la habitación de Karol y ella estaba vestida, recostada en su cama con unos audífonos y una hoja, parecía ser la canción. Ella empezó a cantar su parte y me quedé como siempre, como un idiota hipnotizado escuchando su voz. Segundos más tarde se dio cuenta de mi presencia, retiró sus audífonos y se levanto a saludarme.

—Hola Rugge —me abrazo— Que bueno que estás aqui, pasa andale.

—Hola Karol —tome asiento en una silla que ella me dio.

—Bueno, empecemos desde el coro va? —Preguntó.

—Dale Dale —ella asintió ante mis palabras y colocó la canción.

—"Que más da, lo que siento es diferente si tú estás, no me importa lo que tienes para dar, en tus ojos puedo estar, si me miras no precisas hablar, tal vez eres... mi otra mitad" —cantamos al unísono y nos sonreímos.

Es lindo pasar tiempo con ella pero aún sigo enojado porque ella está de novia con Lionel, quiero aprovechar que estamos solos en su cuarto para preguntarle sobre dicho tema.

—Hey Karol, quería preguntarte... ¿Es verdad que tú y Lionel son novios? —me levante de mi asiento y me acerqué a ella.

—No te puedo responder eso... —respondió nerviosa mientras se paraba de su cama quedando frente a mi.

—Respondeme por favor —la tome suavemente de las muñecas mientras la pegue a la pared.

—Ya te dije que no te responderé semejante cosa Pasquarelli! —me gritó.

—Dale por favor! —le grite mientras apretaba sus muñecas, no se porque estoy enojado con ella, no me ha hecho nada pero solo sé que estoy enojado. A ella se le humedecían los ojos y comenzó a hablar.

—Es...está bien, si... li...onel y...yo somos n...o...vi...os —Tartamudeó muy nerviosa.

—Bien, dejemos las cosas así entonces. No hay nada más que hablar, pensé que podíamos llegar a algo pero no —la solté mientras se le humedecían los ojos, ella cayó sentada al piso resbalándose por las paredes, sollozando.

Mierda, ahora si me pase, la cague, verla así tan indefensa, llorando por mi culpa me hace sentir un maldito desquiciado, soy un mounstro, yo nunca pensé que la iba hacer llorar con mis celos y mi rabia por no poder demostrarle mi amor hacia ella al mundo entero. Me apoye de la pared donde la había pegado y me senté a su lado, comencé a llorar de rabia, en este momento no quiero existir.

Sus sollozos se ligaban con los míos, los de ella se escuchaban llenos de dolor mientras los míos eran callados, llenos de rabia y maldiciéndome a mí mismo en mi mente. Ya ella no me perdonará, ya dejare las cosas así, ella está con Lionel, el puto Ferro ganó, es hora de decir que me rindo.

—Ruggerito te tienes que ir —dijo Karol limpiando sus lágrimas mientras se levantaba del piso.

—Perdóname Karol, no se porque reaccione así, siento algo extraño, siento celos... —me levante del piso y tome sus manos.

—No sé si pueda pero está bien... estás perdonado —me sonrió y me abrazo.

—Bueno ya vámonos a los ensayos, pero antes —le di un beso en los labios.