Imaginarte | Ruggarol

8.

Ruggero Pov

Llegue a casa y Cande ya se iba, fui a cambiarme para despedirla porque estaba sudado y cuando volví pude notar que puso mi celular en la mesa, no le di importancia porque a veces se lo presto, el taxi llego, me despedí de ella y volví a la casa. Revise mis conversaciones de WhatsApp y entre a la que tengo con Karol, vi algo que me dio mucha curiosidad, un mensaje súper grosero que decía que lo nuestro fue una farsa... vaya Pasquarelli no dejas de cagarla. A lo mejor eso fue Cande. Me maldigo a mí mismo, solo le hago daño, debo ir a su casa a hablar con ella.

Una lágrima rodó por mi mejilla, la rabia que tengo no me la aguanta nadie, Cande y sus malditos celos me tienen peleando con Karol siempre y ahora ella cree que ya no la quiero y que todo fue mentira. Tome las llaves de mi auto, mi celular y un poco de dinero y empecé mi camino hacia la casa de Karol, presione el acelerador tan profundo que casi me ponen una multa. Solo quería llegar y aclararle todo. Llegue a su casa, baje del auto apresurado y toque la puerta.

—Hola Caro, perdón por venir sin llamar, quiero hablar con Karol —le respondí al ella abrir la puerta.

—¿Que es ese maldito mensaje que le mandaste? Ella está llorando desconsolada por ti, ella no te merece ni como amigo ni como nada —sus palabras me hicieron sentir peor de lo que ya estaba—. Pero te voy a dejar pasar, necesitas hablar con ella, ni yo la he podido consolar...

—Gracias —entre a la casa—. Le juro que yo no mande ese mensaje, usted sabe que mis problemas con Karol son por la culpa de Candelaria y ella fue quien mando el mensaje.

—Está bien, te creeré pero la que lo debe saber es Karol, está súper mal, no te asustes al verla —me dio unas palmeadas en la espalda y me dio permiso para subir al cuarto de su hija.

Subí las escaleras muy rápido, desde el pasillo escuche sus sollozos y eso fue una punzada para mí corazón, me estoy muriendo de la agonía. Abrí la puerta con cuidado y ahí la vi, tirada en su cama, con música triste con un pañuelo en la mano y varios más tirados en el colchón, con una pijama negra puesta, y eso que la mayoría de ella son algo infantiles.

—Hola Karol —salude.

—Vete Ruggero no te quiero ver aquí, creo que dejaste todo claro en el mensaje —me gritó y después tosió, encima está enferma, me maldigo por hacerla sufrir tanto.

—Déjame explicarte todo... por favor —le pedí arrodillándose ante la cama y tomando sus manos.

—A ver, ahora quieres decirme que no era para mí o que mierda te vas a inventar Pasquarelli? —apartó sus manos de las mías y absorbió de su nariz.

—Ese mensaje lo escribió Candelaria, te juro que yo no fui, lo menos que quiero es que te vayas de mi lado. Eres muy especial para mí, se que te he hecho mucho daño así que después de esto me voy y te dejo en paz —le deje en claro.

—No te creo, también me bloqueaste... —añadió y sollozó.

—¿Que? —grité exaltado—. Este es el colmo ya me canse de ella —me levante del piso y pegue un puñetazo a la pared de lo molesto que estaba. Me tranquilice y volví a hablar— Perdóname Karol, olvidemos esto qué pasó, por favor...

—No lo se mejor deja las cosas como están y ya —me dijo limpiando sus lágrimas con la mano.

—Antes dame un abrazo aunque sea —le rogué.

—No te mereces nada de mi, hasta luego Ruggero Pasquarelli —musitó mientras las lágrimas seguían saliendo por sus mejillas. Me sacó de su cuarto, me siento horrible. Varias lágrimas rodaban por mis mejillas. Odio pelear con ella, pero ya se, me vengare de Candelaria.

Me despedí de la mamá de Karol, salí de su casa y salí perfectamente hacia mi casa, luego llamaré a Candelaria para hablar de esto que así. Sus palabras me dolieron y más cuando dijo:

"No te mereces nada mi"

Esas palabras resonaban en mi cabeza una y otra vez. Esto es muy doloroso para mi, saber que me odia es el sentimiento más incómodo que puedo experimentar. Llegue a mi casa y me encerré en la habitación, lágrimas salían de mis ojos sin control de la rabia y del dolor que me causa esto, siento como se me comprime el pecho al pensar en ella. Ya la cague y ya se que ella me odia.

Necesito abrazarla, consolarla y decirle que todo está bien, pero no puedo, simplemente algo no me lo permite y es el odio que ella me tiene, sanar estás heridas no será fácil. Verla en el trabajo y no poder hablar con ella es la sensación más terrible.

Busque mi celular y lo desbloquee, abrí WhatsApp y recordé que Candelaria la había bloqueado así que la desbloquee. Decidí mandarle un mensaje. Hace rato salí de su casa porque ella me echó a patadas pero no puedo estar así con ella. No le mande nada y dicidi dormir, así me tranquilizaría y luego pensaría que hacer ante esta situación.

Desperté a las 18:00 p.m. y llame a Agustín, no me haría mal algo de compañía y después de todo le contaría lo qué pasó a ver que me aconsejaba.
El llego, tenía llaves así que abrió la puerta al instante y lo esperé sentado en el sillón con una pijama.

—Pasquarelli, estás horrible... —musitó al verme— Qué pasó? Cuenta todo —añadió sentándose frente a mí mientras tomaba una lata de cerveza de la mesa.

—Me pelee muy feo con Karol, todo por culpa de Cande que le mando este mensaje —le enseñe mi teléfono y el leyó todo— Luego fui a su casa, hasta su mamá me odia prácticamente. Ella ha llorado demasiado, me maldigo por hacerle tanto daño, la vi tan frágil, encima de yo hacerle daño esta enferma de la gripa y al llorar se pone peor... ¿Que hago?

—Uyyy ustedes deben resolver eso rápido, en una semana es la firma de autógrafos del disco, y sobre lo qué pasó, siento decirte esto pero, —hizo una pausa— tu novia ya se está pasando. ¿Cuando le dirás a la gente que todo esto es por Marketing de YouTube para que ella pueda sobrevivir? Date cuenta, se aprovecha de tu fama pero total, ella no le cae bien a casi ninguna de tus fans —rió por lo bajo al decir esto último.

—Concuerdo contigo, todas me quieren con Karol encima Cande siempre me pide dinero para ir de compras y soy yo quien paga la mayoría de gastos del apartamento, pronto haré todo lo que me dices —me puse de pie orgulloso de mis palabras, tomé una lata de aquellas cervezas, la abrí, brinde con Agus y bebí de ella muy a gusto.

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|Maraton 2/3|