El reencuentro

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****ALEX****

¡No podía creerlo! A Gwen le atraía mi hermano. Oh no, no, no. ¡Eso no lo iba a permitir! Era MI hermano pequeño. A pesar de no poder verle como un tío bueno (era mi hermano) sabía que era guapo, tenía a un montón de chicas detrás de él. Pero aún no se había besado con ninguna chica. De eso ya me había encargado yo personalmente. La novia de mi hermano debería pasar por unas pruebas que yo realizaría.  Si no las aprobaba me encargaría de asustarla (cosa que ya había hecho con anterioridad).

Liz consiguió parar de reírse. Se limpió las lágrimas para hablar. A mi no me hacia gracia la situación, ya me encargaría de ella luego. 

—Creo que no os han presentado bien—dijo Liz con una sonrisa divertida en la cara—. Este es Liam Hamilton, hermano pequeño de Alex.

La cara de Gwen, llena de confusión hace unos segundos porque la estaba mirando mal, se tornó roja. La muchacha estaba tan sorprendida por la noticia como yo.

—Veo que ya conoces a la cara perro de mi hermana—se burló Liam. No era un buen momento para bromas.

—Emmm...sii....vamos juntas a clase—explicó Gwen.

—¿No tienes a nadie más a quien molestar Liam?—ladré. Quería a mi hermano lo más lejos posible de Gwen.

—Eres insoportable—me reprochó mientras ponía los ojos en blanco—. Bueno chicas, ¡nos vemos!—se despidió de mis amigas con un gesto de la mano.

—¡Adiooos!—se despidió Liz.

—Adioos Liaaam—respondió Gwen algo más nerviosa.

Hubo un silencio incómodo hasta que mi hermano desapareció por la puerta principal. Entonces me giré hacia Gwen. Iba a dejar bien claras las cosas.

—Ni se te ocurra intentar nada con mi hermano pequeño—gruñí remarcando la palabra "mi".

—Yo...yo...eh...—tartamudeó Gwen.

—¡Oh, vamos Alex! ¡No seas injusta! No tiene culpa de haberse fijado en tu hermano. Es bastante guapo la verdad...¡No me mires así Alessandra Hamilton!—me regañó Liz tras lanzarle una de mis famosas miradas que ahuyentaban a la gente. Por desgracia no funcionaba con mi mejor amiga—. No puedes evitar que las chicas se acerquen a tu hermano. No te gustaría que él se metiera en tus relaciones. Así que no amenaces a Gwen. Imagínate que te gustara mi hermano, ¿te parecería justo que no pudieras estar con él porque es mi hermano? ¡Claro que no! Deja a Gwen y a tu hermano vivir en paz. ¡Eres como Candace!

¿Por qué había puesto a su hermano de ejemplo? ¿Se habría dado cuenta de que había sentido algo raro cuando me había invitado el viernes a ir a comer? No, no podía ser eso. Era una simple coincidencia. Me centré en el resto de sus palabras. ¿Me había comparado con Candace? Eso había sido un golpe bajo. Pero sabía que tenía razón sobre lo demás, pero con mi hermano saltaba mi instinto protector y no podía evitarlo. No era racional con respecto a los asuntos que envolvían a Liam. 

—Recuerda bien lo que te he dicho Gwen—siseé mientras me levanté y me iba hacia las escaleras.

—¡ALESSANDRA!—gritó Liz riñéndome.

Pasé de ella y me dirigí hacia la biblioteca. Entré y vi a los chicos sentados en una mesa. Will estaba lanzando trozos de goma a Bethany. Iban juntos a clase, y era de las pocas que se resistía a los encantos de Will. Me caía bien por ello. Me dejé caer en una silla que había libre en la cabecera de la mesa donde estaban los chicos. Todos dirigieron su mirada hacia mí.

—¿Qué? ¿Queréis un autógrafo? Lo siento, solo firmo los viernes—espeté enfadada.

—¿Qué es lo que exactamente te ha molestado ahora?—me preguntó Will que estaba sentado a mi izquierda. No respondí a su pregunta

Los Jueces ARADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora