Impossible L♥ve {#2}

Capitulo 3

-¿Kristen?

-¿Esta es la Kristen de la que me hablaste? –Preguntó la chica mirándolo para luego girarse hacia mi. –¡Oh, Dios! ¡Encantada! Por fin conozco a alguien de su familia.

-¿Q-qué? –Pregunté confundida.

-¡Ay, que se me hace tarde! Nos vemos luego cariño. –Se giró para dejar un corto beso en sus labios antes de salir corriendo hacia el ascensor. –¡Y fue un gusto conocerte, Kristen! Espero que volver a verte.

Las puertas del ascensor se cerraron una vez que ella había entrado.

¿Qué diablos estaba pasando aquí? ¡No entiendo nada!

-Kristen. –Dejé de mirar el ascensor para girarme hacia él.
–¿Qué haces aquí? ¿Cómo me encontraste?

-N-necesitaba verte... –Murmuré sintiendo mi labio temblar.

-Ven, pasa... –Entré detrás de él sintiendo como el estómago se me removía por completo. 

Sin verlo venir, sus brazos me rodearon haciendo que apoyara mi cabeza en su pecho.

-Christian...

-Te he echado tanto de menos.
–Murmuró oliendo mi cabello.

-Y-yo también. –Dije sin poder retener más las lágrimas. –Lo siento...

-¿Dónde has estado todo este tiempo? He estado buscandote como loco por todos lados. Se me hizo imposible creer a Sarah cuando me dijo que te habías ido para siempre...

-Mi madre me llevó a Suecia.

-Esa mujer despiadada y...

-Por favor... –Murmuré no queriendo escucharlo.

-Me parece increíble que aún sigas defendiéndola después de lo que te hizo. ¡Después de lo que nos hizo!

-Es mi madre...

-¡Y una mierda! –Gritó pasándose las manos por el pelo. –No se merece tu cariño, Kristen.

-¿Por eso no quieres contactar con Robert?

-Ese es otro estúpido que hace lo que ella quiere.

-¡Christian! Es tu padre...

-Dejó de serlo el día que nos separaron. –Lo miré tristemente para abrazarme a mi misma. ¿Por qué tenía que pensar así?
–Siento haberte gritado, pero no los soporto.

-No has ido a ver a Dylan...

-¿A quién? –Preguntó confundido.

-Nuestro hermanito. –Resopló.
–Se parece tanto a ti...

-Un día te dije que no sería mi hermano.

-Es hermoso, Christian. Te enseñaría una foto, pero no tengo móvil...

-¿Has estado todo este tiempo sin teléfono? –Asentí evitando su mirada. –Esto es increíble...

-Lo sé, y tampoco me sabía tu número para poder llamarte...

-Dios, debiste de pasar un verdadero infierno allí incomunicada. –Dijo antes de volver a abrazarme.

-Lo sigo viviendo. Solo estoy aquí por las vacaciones...

-¿Qué?

-Sí... –Murmuré mirándolo a los ojos. –Ese internado es mucho más grande que al que íbamos. También se cursa la universidad, por lo que aún sigo estudiando allí...

-¿Y es eso lo que quieres?

-No lo sé... Creo que no tengo más opción. –Suspiré. –¿Y tú?

-Acabé el curso y decidí comprarme este piso.

-¿Esa chica era tu novia? –Pregunté sin poder evitarlo más tiempo.

-No.

-Pero ella te...

-Es mi amiga con derecho... –Dijo agarrando mi cara en cuanto intenté girarla. –¿Qué pretendías? Estuve esperándote meses, esperando alguna señal tuya o alguna llamada que nunca llegó.

-No fue mi culpa...

-Vamos, Kris. ¿Vas a decirme que llevas casi un año sin acostarte con nadie?

-¡Pues si! ¡No podía traicionarte! –Estallé poniéndome de pie.
–¿Cómo crees que estaría con alguien más después de todo lo que vivimos?

-Kristen...

-No, no, si la tonta soy yo.
–Confesé riendo. –Carlos tenía razón...

-¿Quién es Carlos? –Preguntó frunciendo el ceño.

-Es... Es mi... –¿Qué éramos Carlos y yo? Novios no, pero amigos con derecho tampoco... Aunque si que nos besábamos, pero nunca nos hemos acostado...

-¿Qué? –Preguntó exasperado.

-¡No lo sé! ¿Mi novio?

-Pero si acabas de decir que no te has acostado con nadie...

-¡Pero si nos hemos besado y...
–Mordí mi labio inferior para no seguir hablando.

-¿Y qué más, Kristen? Porque si no se han acostado, lo único que me dejas pensar es en...

-¡¿Pero a ti que más te da?!

-¡Sigues siendo mi novia!

-¿Perdón? –Pregunté confundida antes de ver como me agarraba de los hombros para pegar sus labios a los míos.

Oh, Dios mio.

En seguida le correspondí el beso dejándome llevar por toda esa pasión y recuerdos que invadían mi corazón y mente.

Hizo que rodeara su cuerpo con mis piernas cuando me levantó para comenzar a caminar conmigo hacia una de las habitación.

Me soltó sobre la cama salvajemente para quitarse la blusa haciendo que mi boca se abriera por la sorpresa.

-Aún sigues llevándolo...

-Claro, nunca he dejado de amarte, Kristen. –Dejé de mirar aquel collar que le había regalado por su cumpleaños para mirarlo a los ojos.

-¿Y qué pasa con esa chica?

-¿Lizet? Solo la quiero como amiga. ¿Y tú? ¿Cómo dijiste que se llamaba...

-Carlos. Y no es mi novio...

-Eres una mentirosa. –Dijo haciéndose el ofendido mientras que yo reía inocentemente.
–Mereces un castigo del gran jefe.

-Oh, Dios. Él de nuevo no. –Dije fingiendo miedo antes de que rieramos.

-¿Quiéres hacerlo? –Preguntó dejando las bromas a un lado.

-Por favor, eso no se pregunta, Chris. –Sonrió de lado antes de inclinarse para volver a besarme.

Por un momento me olvidaría de todos y de todo. Sólo seríamos él, yo y nuestro furioso y hambriento amor.