2° Historia de IMPOSSIBLE L♥VE
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Las puertas del ascensor se abrieron en la planta que había marcado y enseguida salí para detenerme frente a la puerta que había indicada en el papel.
¿Y si él no quería ver...
-¡Ya voy! –Grité desde la puerta de mi habitación para volver a mirarme al espejo.
Al final me había decidido por un vestido largo con escote de color rojo. Había sido el más acertado para intentar esconder mi barriga, y creo que había funcionado. Creo...
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Bajé los escalones encontrándome con mi madre y Robert junto a la puerta.
-¡Por Dios, Kristen! –Gritó en cuánto llegué junto a ellos. –¿Es que la dependienta no te dijo que ese vestido te hace ver embarazada?
-Yo creo que está guapísima. –Me defendió Rob lanzándome una sonrisa cómplice. –Bueno, vámonos antes de que Dylan se termine de desvestir.
-¡Hijo, no! –Clere se agachó junto a mi hermano pequeño para cogerlo en brazos. –¡Ni se te ocurra jalar de la pajarita! Tienes que estar igual de guapo que papá. –Rodé los ojos mientras que Robert le abría la puerta para salir de casa.
Mi madre se había empeñado en ponerle un esmoquin también a Dylan para que fuera vestido como su padre.
-No le hagas caso a tu madre, Kristen. Estás hermosa.
-Gracias, Rob. Ojalá Clere se tomara ésta noticia tan bien como tú...
-Lo hará, esperemos...
-¡Robert! ¡Kristen! –Gritó mamá ya desde el coche metiéndonos prisa.
•••
Pronto llegamos a aquel gran salón en el que se celebraría la gala donde varios paparazzis nos tomaron unas cuantas fotos en familia. Sí, la empresa de Robert era tan conocida que muchas veces publicaban artículos sobre ésta en las revistas más conocidas del país.
-¡Robert, querido! –Dijo una mujer muy aseñorada acercándose a mi padrastro cuando habíamos entrado por la alfombra roja.
-Buenas noches, Lydia.
-Y tú, Clere. Tan guapa como siempre. –Mi madre le sonrió abiertamente antes de que la mujer se dirigiera también a mi hermano y luego a mi. –Y tú debes ser Kristen, ¿verdad? ¡Encantada!
-Lo mismo digo. –Le respondí intentando no hacer una mueca desagradable. ¿Por qué hablaba como Effie la de los juegos del hambre? Aquella que decía: “Y que la suerte éste siempre de vuestra parte”.
-Por cierto, querido. Tú hijo Christian está igual de grande y guapo que tú. ¡Como se nota que todos los Reidy tienen buenos genes, ¿eh?!–¿Christian ya había llegado? –Y hablando del rey de Roma...
