Prólogo

227 40 36
                                    

Ama hasta que te duela.
Si te duele es buena señal.

Madre Teresa de Calcuta
(1910-1997)

El sonido de la música estaba demasiado alto, el lugar abarrotado de personas.

"Necesito salir de aquí" pensó, el olor a alcohol era insoportable. Debía alejarse.

Caminó entre el gentío, buscando un lugar alejado de todo.

Subió por las escaleras de emergencia. Se quedaría en la azotea hasta que terminara la fiesta. Allí arriba nadie lo molestaría y estaría solo. O ese era el plan, el lugar ya se encontraba ocupado.

Vió una chica de cabello largo, no había nadie más en ese lugar, solo ella. La puerta hizo un chirrido al cerrarse pero ella no lo percató.

-Una moneda por tus pensamientos- ella se sobresaltó al escucharlo, estaba tan abstraída que no notó la presencia de él.

-Yo... - parecía confundida.

-No quise asustarte. Buscaba un lugar tranquilo y llegué aquí pero está ocupado así que seguiré buscando.- empezó a caminar de regreso a la puerta.

-¡No!... está bien, puedes quedarte. No encontrarás otro lugar, créeme. Solo quédate en silencio y ya.

-Me parece bien.

La vista del lugar era casi mágico, las luces de la ciudad y la oscuridad de la noche contrastaban con el ruido de los autos y el murmullo de los transeúntes.

El tiempo parece detenerse cuando tienes algo hermoso que mirar.

Él observó a su acompañante por algunos minutos. Era bonita, pensó pero parecía algo melancólica. El olor a alcohol se podía sentir en ella aunque no parecía ebria.
La joven sintió su mirada.

-Me llamo Alessa ¿Cuál es tu nombre?

-Mi nombre es...











Bienvenidos, digan de qué distrito son jajajajajaja okno


Gracias por leer y no olviden escribir sus comentarios, los leo todos :)

Vamo vamo no sean lectores fantasmas jajajaja

Un No Tan Tipico Cuento De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora