-¡No! ¿Por qué te desnudarías?- ella se escandaliza.
-Por que mi cuerpo es el mejor consuelo para tus males.- Ezra levanta su camiseta con ágil movimiento, dejando ver su esculpido cuerpo, la marca en V que se forma en su cadera distrae a Alessa por unos unos segundos. La respiración de ella se acelera, el vino a nublado su razón.
-Ezra... No creo que esto sea buena idea- su voz apenas audible, es un mensaje más para ella que para él. Su parte menos noble anticipa este momento. Lo desea.
-Tienes razón, es una mala idea, una mala idea que vas a disfrutar- se acerca a Alessa, agarrándola de la cintura con una mano, atrayendola a él, pegando sus cuerpos, dirige su mano libre a la cara de ella y acaricia su mejilla con las yemas de los dedos.- Eres hermosa, no me niegues el darte placer.
Sintiendo la respiración de Alessa en su cuello, se acerca lo suficiente para que sus labios se rocen y la besa. Su boca se amoldan a la suya, acostumbrados a sentirse. El beso se intensifica en segundos, la suavidad de los labios carnosos de ella es una debilidad para su cuerpo, la lengua de Ezra pide explorarla, ella lo permite. Sus lenguas coreografían un baile violento, casi oscuro.
Desliza sus manos a la parte baja de la espalda de ella, acariciando por debajo de la blusa, hace pequeños círculos con las yemas de sus dedos, la respiración de ella se vuelve desenfrenada, el sonido que causa y sentir su aliento, lo excita.
Su boca explora el mentón de ella hasta llegar a su oreja, toma entre sus labios el pequeño lóbulo y le da un suave tirón, su lengua hace el resto del trabajo, las inquietas manos encuentran el primer botón de su blusa, sus hábiles dedos desabrochan uno a uno lo botones con una lentitud casi suplicante, la joven está cada vez más entregada. Ezra se separa de ella solo un momento, observa los labios hinchados de ella por el beso, en su cuello se nota el pulso acelerado, la blusa a medio abrir muestra el resto de su piel de marfil.
-Desnúdate para mí- susurra en su oreja, ella asiente. Alessa se levanta del sofá rápidamente y se coloca en el centro de la sala. Ezra toma el celular y busca en su lista de reproducción una canción de Epic boy, la melodía es sensual, acorde con el momento. Alessa sonríe al escuhar la canción y se muerde el labio. - Hazlo lento, deja que aprecie tú cuerpo.
Al compás de la enigmática canción, Alessa mueva la cadera y el cuerpo, seduciendo a su espectador. Quita el nudo que ata el pantalón de seda que está usando y deja que caiga por sus largas piernas. Él no puede hacer más que observar, el deseo de poseerla crece en su interior. Ella continúa con los movimientos suaves, gira su cuerpo dandole la espalda a Ezra y retira la blusa con un movimiento de hombros, con sus manos levanta su cabello largo y lo coloca a un lado, la vista es tentadora, está en ropa interior, nada sugerente, es de simple algodón pero puesto en ella eso es más que un espectáculo digno de admirar.
Alessa ladea el rostro un poco para ver la reacción de su compañero. La mirada del joven es igual al de una fiera cazando a su presa, dura y penetrante. Ella le guiña un ojo, mueve sus manos hasta el broche del brassier, este se abre sin problemas. Con sus dedos desliza primero un tirante por el brazo y luego el otro; una vez fuera, se lo arroja a el espectador. Ezra sonríe. Alessa pasea delicadamente un dedo por el borde del culotte pero una mano áspera se cierra en la de ella, él la ha detenido.
-Si no te molesta, esto lo haré yo.- Ezra se acerca más a su espalda, colocando sus ásperas manos, bordea su silueta hasta su cadera, desliza los dedos dentro de la ropa interior y la baja lentamente hasta depositarla en el piso, ella levanta los pies para alejar la prenda de una vez por todas. Ezra se levanta con despacio sin quitar las manos del cuerpo de ella, esta vez acaricia la parte frontal de su estructura, sus músculos, la cadera, su cintura, sus pechos, se detiene en ellos, calentandolos un poco, moviendo sus manos sobre ellos, besa el hombro de Alessa y la gira hacia él con suavidad.
ESTÁS LEYENDO
Un No Tan Tipico Cuento De Amor
HumorAlessa y Ezra tendrán que descubrir sus sentimientos, enfrentar sus miedos, cerrar capítulos. El destino es una fuerza que no controlas, si algo debe pasar, pasará. Las elecciones que tomen los llevarán por un camino o por otro. ¿Están listos para...