-¿Sí?- Ale escucha voces de fondo. Mujeres. Eso ya no la sorprende pero no podía echarse para atrás.
-Ven a mi departamento, en 15 minutos.
-¿Qué? ¿Quién eres? Chicas... por favor bajen el volumen, estoy al teléfono- él dijo, la música estaba muy alta. No escuchaba quien era la persona que estaba llamando.
-Soy Ale. Ven al departamento.-repite.
-¿Ale? Mmm... ¿Alessa? Espera, ¡¿Podrían bajar el volumen de la maldita música?!- ella lo escuchó gritar. Sus "amiguitas" esta vez si lo obedecieron. -¿Por qué me llamas? Estoy ocupado. Ahora no podré ir.-
-Ahora sí.
- ¿Estas sorda? Te dije que no... Busca a alguien más para que te caliente la cama esta noche.- Ezra no tenía filtro para decir lo que pensaba.
-Por una vez en tu vida ¿Puedes dejar de ser un maldito imbécil? Te necesito. Ahora. - él lo medito por unos minutos.
Ezra conoce a Alessa desde hace un par de años. Antes de que se mundara al departamento en el que vive ahora con Ivys, él las ayudó con la mudanza. Ella es orgullosa, sabe que no llamaría por cualquier tontería.
-Dejaste de hablarme por meses y ahora quieres que corra a tú departamento... ¿Entendí bien?
-Ezra, solo... ven, por favor. No me hagas suplicarte. Me lo debes, te ayudé a limpiar tu baño cuando vomitaste por tu borrachera ¿recuerdas?.- Siempre iba a usar eso como excusa para extorsionarlo.
-Ya siento que te odio... En 15 minutos estoy en el departamento. Más te vale que follemos, por que no lo dudes, te voy a cobrar esto.
-Eres un cerdo.
-Cállate. En 15 minutos estoy ahí, adiós.- ella escuchó el zumbido del fin de la llamada. Alessa odiaba a Ezra. Alessa quería a Ezra.
■■■■
Milo había perdido el apetito, su reunión con Alessa le dejó un mal sabor de boca.Ella era más que una amiga, era una hermana para él. Meditó un poco sobre la reacción de ambos, era entendible el dolor que se reflejó en los ojos de su amiga cuando supo la verdad, una parte de esta.
Milo sospechaba sobre los sentimientos de ella hacia él y esta noche los confirmó. Sí sus gustos fueran otros, Alessa sería la pareja perfecta para él. Ese pensamiento lo inundó de melancolía.
Estacionó el auto en una de las aceras frente al río y observó la ciudad. Desde ese punto se tenía una vista privilegiada de los grandes edificios.
Era su sitio favorito y estuvo muchas veces en este lugar con ella. Milo se recuesta en el capó del coche cuando siente el vibrar de su móvil. El teléfono avisa que acaba de recibir un mensaje.
*¿Cómo lo tomó ella? ¿Todo bien?*
Milo leyó el mensaje y dudo en responder pero era mejor que respondiera o él lo llamaría.
*Mal. Te cuento después*
Otro mensaje.
*Llámame*
*Cuentame que sucedió*
Milo soltó un gran suspiro, rasco su cabeza, revolviendo su cabello castaño.*No. Luego. Adiós*
No recibió respuesta, se acomodó en su chaqueta larga y fijó sus ojos en el cielo, en las estrellas, las pocas que podía visualizar gracias a las luces de la ciudad. Deseo perderse en ese infinito espacio.
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Un No Tan Tipico Cuento De Amor
HumorAlessa y Ezra tendrán que descubrir sus sentimientos, enfrentar sus miedos, cerrar capítulos. El destino es una fuerza que no controlas, si algo debe pasar, pasará. Las elecciones que tomen los llevarán por un camino o por otro. ¿Están listos para...