-Piensa rápido en una excusa para sacar a tu hermana de la casa.
-Improvisaré.
-No eres buena mintiendo.- Ezra aparca fuera de la casa de los Ravel.
Había imaginado algunas veces como sería el hogar donde creció Alessa y su familia.
Le causaba curiosidad la interacción de los padres con sus hijos que estaban a su alrededor porque él no pudo experimentarlo.
Era más dolororo para su hermano Noah. Con la fecha de la boda tan cerca, echaba en falta a sus progenitores.
Una madre que no cargaría jamás a sus nietos, un padre que no podría abrazar a sus hijos, orgulloso por lo que habían logrado.
Preguntas sobre un presente con figuras del pasado.
Alessa se apresura a bajar del auto. Las luces del portal estan apagadas y el auto no estaba en el garage, sus padres han salido.
El corazón le golpea con fuerza dentro del su pecho, como un pajarillo enjaulado batiendo sus alas.
La oscuridad y el silencio los envuelve en la entrada de la casa, toma de la mano a Ezra y lo conduce al segundo piso. Gianella estaba sentada contra la puerta del baño sobre una toalla que dejaba entrever algunas manchas de sangre, su piel parecía traslucida en medio de las sombras y los ojos enrojecidos por las lágrimas.
Ale quedó petrificada por la escena, su hermana adolescente temblaba, sus ropas estaban humedecidas y sus pequeñas manos acariciaban su vientre. Dolor y miedo.Abrió los labios pero se detuvo... ¿Qué se puede decir en una situación como esa?
Ezra vió la confusión en los ojos de Alessa, era una ventaja conocerla tan bien. Tendría que tomar las rienda de la situación, toma una toalla limpia del armario y cubre a Gigi con ella.
-Recoge todo lo que esté manchado con sangre, tus padres no pueden sospechar.- pronuncia mientras alza a la adolescente en brazos.
-Entiendo- Ale lo mira algo confundida, se acerca y acarició el rostro de su hermana-. Estarás bien pequeña.
-Te espero en el auto.- un malestar se aloja dentro de él.
-No me esperes, ve al hospital Saint Clement y pregunta por la doctora Vidal, es amiga de la familia. Tomaré un taxi y me reuniré con ustedes cuando termine aquí.
-¿Traes dinero? Te puedo dejar mi billetera...
-No demorés más, Gigi necesita ir al hospital pronto.
-Bien, ten cuidado.- le da una última mirada antes de correr escaleras abajo.
El cuerpo frágil de Gigi se acorruca más en su pecho, se estremece y su rostro se contrae del visible dolor que intenta esconder.
"Si hay alguna fuerza milagrosa en el universo, por favor, que estén bien, haz que estén bien" se dijo mentalmente Ezra.
Alessa va directamente a la cocina, en busca de limpiadores, debía eliminar el olor a sangre.
Limpió como una posesa la habitación y guardó la toalla ensangrentada en una funda de basura.
Su corazón no ha parado de palpitar, incluso con más fuerza que antes, una gota de sudor se desliza por su rostro.
Mira la hora en el reloj, es casi media noche.
Escribe una nota para su madre que deja pegada en el tablero de la cocina avisando que su hermana pasará la noche con ella.
-Esto servirá para ganar algo de tiempo.- Suspira antes de cerrar la puerta y correr directo al taxi.
Nada podía prepararla para lo que estaba por suceder.
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Un No Tan Tipico Cuento De Amor
HumorAlessa y Ezra tendrán que descubrir sus sentimientos, enfrentar sus miedos, cerrar capítulos. El destino es una fuerza que no controlas, si algo debe pasar, pasará. Las elecciones que tomen los llevarán por un camino o por otro. ¿Están listos para...