"Al fin en casa". O Tal vez...¿no?

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"Un breve descanso, si no seria explotación"

Esa señora me volverá loca. Cuando lavo mi ropa blanca introduce un calcetín rojo, la ha llegado a cortar con tijeras. A caso es ¿envidia? O esa es la única arma con la que me puedo defender para conservar mi orgullo intacto. Ha entrado incontables veces a mi habitación rompiendo libros, moviendo cosas de lugar. Incluso quemo la única foto familiar que tenia. No cualquier foto, era LA FOTO. Mi familia me había hecho una fiesta con temática de zombis, era exquisita, pues el lugar fue ambientado con un aspecto de laboratorio, Servían algunas bebidas en tubos de ensayo, los tenedores tenían aspecto de pinzas de disección, las mesas estaban en forma de lapidas y las sillas de cruces. Había diferentes secciones; Payasos zombis, Gotcha, la barra de dulces, toboganes, globos en forma de granadas, que, a la hora de lanzarlos he impactarse con el piso estallando manchaba el lugar de pintura roja y verde. Ese cumpleaños fue mi favorito, ya se imaginara porque. Después de la mudanza y muerte de mi abuela, sobrevivió esa fotografía. Fue inútil... Esa persona la destruyo; Con eso marco cierta dicha en mí. Pues era hora de la venganza. Por más que luche para controlarme, no podía, la señora me sacaba canas verdes, tenía a todos de su lado. Mi padre era muy inteligente en su trabajo y en muchas de las tantas actividades que realizaba día a día. Aún así era vulnerable contra esas piernas delgadas y ojos bonitos a su perspectiva a mi no me parece la primera ni la ultima coca del desierto. Lograba un impacto tan profundo en mi padre, al grado de convertirnos en esclavos. Ella siempre era muy inteligente, pues se portaba amable, pareciera que no mataría ni a una mosca... Un enemigo difícil de derrocar... Más no imposible... supongo. Me había ganado a su hijo con facilidad. Mas tenía que tener cuidado con él, no era de fiar. El problema fue que el chico quería tener una relación conmigo. De hecho precisamente hoy me invito a una fiesta. No podía cancelar, era eso o quedarme en casa a ver a su horrible adefesio que tenía como madre. Aunque no me escapaba de ver al feto deforme que tiene como hijo. Se hizo la hora de partir y Salí con aquel chico. Este no podía dejar de verme, era un descarado ya que no escondía su mirada de mis muslos o busto. Típico chico. Aunque haya vestido de una forma nada espectacular. El, tomo mi mano y camino a mi lado sonriendo sin parar, sin cruzar palabra alguna. El ambiente era demasiado denso de mi parte, me daba exactamente igual lo que él pudiera pensar, para mí era como una lámpara; es decir no había nada de atracción. No me derretía con la mirada como... Dante. Ohh. Ese chico, de mi cabeza no salía. Muchas cosas me recordaban a él. Los perfumes de chocolate, las sopas instantáneas. ¡HASTA EL AIRE!... no me culpen el respira el mismo aire que todos nosotros. O tal vez el mío... aire "pixeloso".

-¡Zora! ZORA. Ya llegamos. ¿En qué piensas? Esbozo el chico.

-No le tomes importancia. Es cosa mía-. Le conteste, aunque mostré desinterés, la cara de este se ponía triste cuando le daba ese tipo de contestaciones. Tiene la idea de querer conocer mi manera de pensar. Es algo imposible. No estaba dispuesta a darle alguna pista de mi manera de ver las cosas. Más de una vez me pregunto sobre lo que pensaba de él. La respuesta siempre fue  la misma "Un ser humano cualquiera... un cero a la izquierda". No tenía chiste. Era de las personas que se esfuerzan demasiado para agradar en la sociedad copiando personalidades de todos lados. No me mal entiendan. Esto puede ser bueno, tomar cosas buenas de distintos contextos y aplicarlos para ser buenas personas o si no al menos intentar hacerlo y alcanzar una meta personal. Más el no pensaba de esa manera, no importaba si tomaba algo bueno o malo, fiel o infiel para él, solo lo hacía por la aceptación social. Un contexto totalmente narcisista a mi parecer.

Una vez más, me encuentro cara a cara de las personas que me dejaron una marca muy difícil de borrar. Compañeros de la secundaria. Festejaríamos los años que habíamos pasados separados, recordando viejos tiempos... o al menos para ellos, yo era una cosa distinta "La chica que le afecto tanto el hecho del bullyng que decidió cambiarse a sí misma, aniquilando una parte de ella". Si lo pongo de esa manera suena sumamente tonto. ¿Donde quedo el amor propio?. Más no me arrepiento de haber cambiado muy en el fondo de mi corazón lo deseaba. No fue la circunstancia que hubiera querido que se diera para cumplir y/o impulsarme hacia mi meta. Pero sin ella no podría haberlo hecho del mismo impacto, pues no me permití ni un segundo retroceder, creciendo con un coraje enfermizo.

Lost in the same wayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora