¿Y después que?

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"Las esferas del dragon funcionaron"

Capitulo 16

Ese parque escondido que tanto me gusta ha sido una tortura, pasan niños pequeños jugando, corriendo, sudando, gritando... Totalmente eufóricos; Después de un tiempo sus padres los llevaban a su hogar. Esto me hacía sentir totalmente sola y culpable, era un manojo de sentimientos. La imagen de mi madre en de la cama hospital me mutilaba. La verdad no sabía cómo tomarlo. Por un momento pensaba que era el ciclo natural de la vida, y por el otro odiaba al engendro que la llevo al occiso, odiaba a el señor que la embarazo... solo huyo de la escena del crimen y volvió a ser engañada. Pero después pensaba en que quizás todo hubiera sido diferente si la hubiera acompañado. Pues ya era muy tarde pensar en eso.

Así que con toda la negatividad del mundo, salí al panteón para visitar a mis difuntos, pues mi abuela y mi madre estaban en el mismo lugar. Una vez en el sepulcro he quedado perpleja, pues el lugar tenía rosales rojos y blancos (las favoritas de mi madre y mi abuela). Y cientos de piedras de colores. Eran tan parecidas a las que yo buscaba con mi madre aquellas tardes en el rió. Además había luces de véngala, mi abuela hacia comparaciones con ellas, pues solía decir "la vida es como una luz de véngala, es preciosa cuando la enciendes y cuando se termina pareciera que despertaras de un gran sueño". El nudo en la garganta es insoportable. Solo había una persona capaz de saber esa información... Mi padre. Regrese a mi departamento rápidamente, pues sentí apatía por la acción. O al menos esa actitud tome. Al llegar frente aquella puerta de madera he podido escuchar ruidos del departamento de enfrente. Era Dante hablando con Elián, a pesar de estar en este estado de conmoción, no quería que me viera de esta manera. Así que intente abrir la puerta con cautela. Y fue donde Dante me tomo de las muñecas, jalándome hacia mi departamento, empujándome contra la puerta acorralándome como un león lo hace con su presa. Intente no verle a los ojos pues tenía muchos sentimientos encontrados. Pero no pude evitarlo, así que nuestras miradas se cruzaron. Haciéndome olvidar todo, mi madre, mi padre, hermanastros etc etc etc. Solo éramos él, yo y un silencio sepulcral incomodo.

-¿Entonces eres lesbiana?- Dijo aquel chico seriamente. -Porque la verdad no creo que lo seas y si es el caso quiero que me digas la verdad-. Paso su mano sobre mis mejillas, con esas manos tan cálidas como lo recordaba, pues tenía tiempo evitándolo.

-¿Porque te mentiría?- Esa pregunta me irrito, verdaderamente estaba molesta. Por preguntarme lo que es obvio. No soy lesbiana le quería decir... andemos y olvidemos el asunto pero en lugar de eso salió un -Tan dolido estas? Serias capaz de querer cambiarme?-

-Pues sí. Dejar de preocuparte por tu amiga que te apuñala por la espalda-. Exclamo el chico. Estaba totalmente sorprendida, me había dejado sin palabra alguna, alguna vez alguien me dijo que Leíla me manipulaba de cierta manera, más yo nunca lo creí. Pues además de la ayuda que me brindo cuando escape de casa, le había quitado a la persona que más quería en la vida. Aunque yo me negara a esa petición, el chico nunca se enamoro de Leíla, su enojo fue que yo lo conseguí sin quererlo, lo tenía a mis pies y no lo consideraba en el mundo. Ella sufrió mucho. Por esa razón le dije esa mentira a aquel chico pelirrojo. El muchacho pasó sus dedos por mis labios, haciéndome regresar a la escena. Acercándose a mí oreja izquierda susurrándome.

-"Segura que no quieres nada de esto, dejaras a un lado tus sentimientos, que buena amiga eres, pero esto no funciona así"- Sentía que la cara me hervía, choques eléctricos provoca en mí. Es verdad no me puedo resistir ante él. Aunque por una parte pensaba en quitarme no podía, mi cuerpo no me dejaba. Pedía más, quería su calor. El chico se percato de mí acto, a lo que no dejo ir la oportunidad, llevando sus labios contra los míos. Ese beso era tan cálido y reconfortante. Lo ansiaba desde la última vez. Aunque esta vez fue diferente. El beso de antes podía describirlo seco, sin sabor, sin tantas emociones a comparación de este. Sus labios eran carnosos, "besables". De nuevo ese pensamiento me atormentaba. Mi cuerpo se inclino hacia el abrazándolo por la espalda. Este intensificaba el beso con sus manos en mi cabeza. Solo me deje de llevar por las miles de sensaciones que me hacía sentir, separándose para tomar aire, me sonrió. De nuevo pise tierra. Así que me defendí rápidamente, lo empuje contra la pared y le regrese el beso tomando el control esta vez, el chico estaba sorprendido. Más no impedido, pues me cargo poniéndome sobre su cintura para seguir con aquel beso. Nuestros labios jugaban, se fusionaban entre sí, jugaba con aquellos hilos rojizos de su cabello. Me deje llevar... me hacía sentir viva. Más todo volvió a la realidad cuando se escucho que alguien tocaba la puerta, frenándome sin previo aviso, dante besaba mis clavículas, haciendo recorren un hormigueo por mi espalda. Más no dejaba de ver la puerta.

Lost in the same wayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora