Esa mañana Jane fingió seguir dormida cuando Maura se levantó, ordenó el desayuno por teléfono y abrió su laptop para buscar mas información acerca del caso de "El titiritero". Jane espiaba fingiendo dormir mientras pensaba "Maura es la mejor del mundo". No habían llegado a Paris para investigaciones policíacas y en medio de eso se encontraban.
—Oh puedo saber por tu respiración que estás despierta. No me engañas ni un ápice. — habló pellizcando el dedo gordo del pié de Jane.
—No el pie no, me rindo ganaste. — Respondió Jane Rizzoli con una sonrisa cascada que Maura tanto amaba escuchar.
—No se si mi mano quiera detenerse. — rió haciéndole cosquillas en la planta del pie a lo que la morena respondío dando patadas descontroladas al aire. Maura sabía que Jane no toleraba las cosquillas en la planta de los pies y se aprovechó de la biología. Su amiga era dura pero sus pies eran literalmente su talón de Aquiles.
Las risas de ambas inundaron la habitación. Maura había saltado sobre la cama y ahora la lucha era de igual a igual. Claro que no podía competir con el atletismo de su amiga y casi sucumbe cuando ella le hizo cosquillas en las costillas.
—¡Tregua! — Gritó Maura al sentir el golpe en la puerta de la habitación. Le arrojó un almohadón a Jane y se acomodó su cabellera rubia. Lejos habían quedado los días en los que aquel psicópata de la cárcel había tusado sus mechones mientras la mantenía prisionera, aunque ahora que la había recuperado no podía dejar de sentir como había una zona ligeramente ondeada producto del mal corte que había recibido. Sin embargo, cada día esa zona se alejaba mas de su cabeza y lo mismo ocurría con sus temores.
Abrió la puerta con toda su elegancia de doctora bostoniana, pese a que solo llevaba puesto el desabillé de su conjunto de dormir. El botones la miró de arriba a abajo, sin disimular su descaro. Era joven, mucho mas joven que lo que podía calcular ¿dieciocho años quizás?
—¡Hey peeping Tom! —exclamó Jane desde la cama— ¿Traés el desayuno o te pensás que esto es una porno y te vamos a invitar a una fiesta loca?.
Maura frunció la boca y sus cejas a la par. Se disculpó por la brusquedad de su amiga en francés. Y el botones llamado "Marc" dijo con una sonrisa.
—Entiendo inglés, y créanme señoritas que ustedes serían las beneficiadas de tenerme en su fiesta personal. — Guiñó un ojo y entró el carrito con los desayunos continentales.
—Dale propina, Maura, me cae bien el mocoso.
Maura no sabía que responder así que automáticamente, mientras Jane se ponía una tostada en la boca le dio de propina veinte euros al botones. Que les dedico una mirada cargada de picardía y se fue sonriendo al dicho de:
—Americanas locas, simplemente ¡me encantan!.
Maura arrojó la puerta con algo mas de violencia de la necesaria. Jane lo notó y dijo.
—Es joven seguro te sabés alguna causa para tanta estupidez como sus hormonas y esas cosas.
—No—Dijo la médica forense y acotó: —Algunas personas son verdaderamente estúpidas sin problemas de hormonas. A parte a su edad.
—Maura detente no quiero saber que ocurre con el cuerpo humano de los hombres a los dieciocho años. ¡Desayunemos!.
Jane devoró las tostadas con café mientras Maura elegía desgustar lentamente todo comenzando por su jugo de naranjas el cual encontró demasiado dulce para su paladar. Por suerte no tenía azúcares artificiales. Parecía natural exprimido.
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Paris Match: A Rizzoli & Isles Fanfic
FanfictionLa ex detective Jane Rizzoli y la jefe de forenses de Boston Maura Isles están de vacaciones en la Ciudad Luz... al menos es lo que ellas creen. Los asesinatos no las dejarán en paz ni aún de vacaciones. Un caso misterioso las pondrá sobre la pista...