Jane emergió toda mojada, con el rostro desencajado y un enorme golpe en el costado de su cabeza que sangraba profusamente y que sin dudas requeriría puntadas para cauterizarlo. A su lado estaba, también mojada y asustada una muchacha con el cabello corto menos un mechón violeta que había sido cortado de su flequillo: Gabrielle Conte.
Calois iluminó con la linterna a la muchacha, Jane la había salvado de una muerte segura en una recámara preparada por el asesino para llenarse de agua. Dos horas quince después la morena lograba encontrar a la víctima y dos horas y media después Calois daba con ellas, pero algo era aún más preocupante para el detective que lo plasmó en voz alta perturbado:
—¿A dónde está Maura?
Los paramédicos tomaron a Gabrielle Conte que estaba a punto de desmayarse y la subieron a la camilla de la ambulancia.
—¡Debo regresar! — Gritó la morena y se giró sobre sus piernas, pero Calois fue más rápido y la tomó del brazo con fuerza.
—No se irá a ninguna parte con la cabeza como la tiene.
—¡El bastardo se la llevó! — Gritó Jane y se tambaleó por el golpe en la sien derecha. Estaba mareada, el estómago hecho un puño y quería gritar con todas sus fuerzas. La ropa mojada no era una ayuda a la sensación de opresión que recorría su cuerpo. La había perdido de vista y ahora su vida estaba pendiendo de un hilo
—¡Refuerzos que recorran el perímetro urgente y todas las salidas! Buscamos a la doctora Maura Isles: rubia, pelo largo, ojos celestes un metro sesenta y cinco, cincuenta y cinco kilos — Resopló a su teléfono y a todos los presentes que podían oírle en francés.
El personal comenzó a moverse de inmediato, pero Calois no se había apartado del lado de Jane. Le urgía saber que había ocurrido para perder a la Doctora en medio de la trampa del titiritero.
El paramédico comenzó a curar la herida de la cabeza de Jane limpiándola con gasas, anunció con voz autoritaria:
—Necesita una resonancia es un golpe demasiado grande.
Calois le tradujo lo que el médico díjo pero Jane no quería saber nada. Si continuaba así su cuerpo entraría en shock temió el detective, pero la determinación de Jane era más que admirable. Había recuperado a la rehén del sádico criminal y había sido atacada y no había perdido la entereza. Su fortaleza era increíble, pensó Calois pero no lo diría en voz alta ni aunque su pescuezo estuviera en la línea por haber perdido de vista a las dos consejeras norteamericanas.
A la morena la envolvieron en una manta térmica pese al calor de la noche veraniega y le dieron un café caliente que sabía a agua sucia de la alcantarilla. Hacía falta que Calois la mantuviera con la mano en el hombro para que jane no saliera corriendo en busca de Maura, que permaneciera en su lugar mientras le aplicaban el vendaje provisorio. Cada nervio de ella gritaba por salir corriendo a ciegas por Les Catacombs a encontrar a Maura. Su Maura. Víctima de una pesadilla imposible. ¿Estaría con vida? No quería ni pensar en la alternativa, ella era fuerte y el sádico probablemente querría jugar con ella antes... antes de asesinarla cruelmente. Otra puntada de dolor atravesó su estómago.
—Eran dos atacantes por eso pudieron reducirnos. Cuando llegamos al recinto adonde estaba Gabrielle el agua llegaba a su cuello. Golpeamos el vidrio, el agua se derramó por la recámara y en ese entonces las luces de la recámara se volvieron estroboscópicas. Sin dudas estaba planeado que así sucediera. De la nada salieron dos sujetos vestidos como motociclistas con cascos y de negro sin señales particulares a atacarnos. Me dieron un golpe en la cabeza con un garrote y cuando volví en si solo estaba Gabrielle en un costado en estado de shock.
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Paris Match: A Rizzoli & Isles Fanfic
FanfictionLa ex detective Jane Rizzoli y la jefe de forenses de Boston Maura Isles están de vacaciones en la Ciudad Luz... al menos es lo que ellas creen. Los asesinatos no las dejarán en paz ni aún de vacaciones. Un caso misterioso las pondrá sobre la pista...