El novio es mío - J.b

Cap. 27

Danielle puso los ojos en blanco y negó riendo, pero jamás negó haber estado con Jeremy, aunque todos sabemos que no fue así.

Danielle seco sus labios con una pequeña toalla cuando enseguida el teléfono timbro.
Ambas corrieron rápidamente para intentar responder, Sarah por curiosa y Danielle por temor a que fuese Justin quién llamaba, pues Sarah sospecharía que haría él llamando a su mejor amiga a las 3:00 de la madrugada.

Danielle empujo a Sarah haciendo que ésta cayera y se soltará a reír. Danielle tomo el teléfono y efectivamente era Justin.

- ¿Hola? - pregunto tratando de disimular, Sarah la rodeaba como un buitre preguntando quién era.
- Danielle, necesito verte ¿puedo subir? Te extraño. - dijo el ojimiel del otro lado de la línea.
- ¿Ryan? - mintió Danielle para eliminar sospechas, mientras caminaba de un lado a otro con Sarah siguiéndola.
- No, soy Justin. - replico.
- Aguarda, ¿estas abajo? - pregunto jadeando sorprendida.

- ¿Ryan está abajo? - pregunto Sarah emocionada, corrió hacia la ventana in Danielle detrás de ella temerosa de que viera a Justin en la calle. La rubia se asomó y grito a los cuatro vientos - Felicidades Ryan, no pensé que fueras capaz de complacer mujeres, imbécil.

Justin se escondió lo más rápido que pudo detrás de un arbusto mientras Sarah gritaba como una loca hacia la calle.
Se dio la vuelta para mirar a Danielle y de pronto la miro con asco.

- Ay amiga, ew no sabía que te gustaba Ryan, ¿te has estado acostando con él? ¡Que asco!
Danielle sólo la miro aturdida y suspiro al ver que no fue descubierta está vez, pero pensó que a como las cosas se estaban dando, no dudaría que un día fueran sorprendidos.

Coloco el teléfono en su lugar y se recostó con Sarah en su cama, ésta ya estaba muy necia, seguro tenía sueño.

- ¿Sabes Dani? - dijo Sarah adormilada. - me encanta que sigamos siendo amigas, muchas personas que se conocen de la infancia cuando crecen se separan, pero nosotras no. Te amo Danielle y nunca dejaría que alguien te hiciera daño, se que tu tampoco lo permitirías ¿verdad? - Sarah permanecía con los ojos cerrados, su voz ronca y casi dormida.
- No, nunca... - replico Danielle tristemente de saber que ella le hacía daño a su amiga. - Sarah, tengo que decirte algo, algo que hice...

Danielle estaba apunto de confesarlo, pero se percató que Sarah ya había quedado profundamente dormida, abrazando una almohada. Daniele no tuvo otra opción más que girarse sobre la cama y dormir también, con el secreto atormentandole.