Llegué corriendo a casa de mi padre y me encaminé a la habitación de invitados pero allí no estaba,¿dónde habrá ido? Volví a La Cocina y allí estaba, sentado a la mesa con un vaso de tequila, entré con lágrimas en los ojos¿porqué lloraba? No lo entiendo, me habré emocionado al verlo, lo he echado tanto de menos y solo he pasado veinticuatro horas separada de el, caminé hasta el sigilosamente y el alzó la mirada.
- Alvaro, yo...
-Alexia, has vuelto- tenía los ojos llorosos, seguro pensaba que me había ido para acostarme con James y olvidarme de él
-Si, he vuelto, necesito escucharte, saber por qué me trataste así, no entendía nada Alvaro, me trataste como si fuera una más de tus ligues de una noche, y desde el sábado no era así, después de todo lo que me dijiste, me pediste que te llevara a casa y luego no tuve noticias tuyas y cuando las tuve fueron esas, que venías cabreado y la pagaste conmigo, después de todas las carreras que hemos ganado juntos, de todo lo que hemos pasado, me trataste como una mierda- el se acerca y me tapa la boca, me coge por la cintura y me sube encima de la mesa, se mete entre mis piernas y me mira a los ojos.
-Alexia... el primer fin de semana de junio de hace seis años... murió mi novia de toda la vida-yo me tapo la boca sorprendida- éramos la pareja perfecta, desde pequeñitos habíamos estado juntos hasta que un día decidí pedirle ser mi novia, llevábamos cuatro años juntos, puede que... para ti o para el mundo eso sea poco tiempo, para mi era lo más, porque esos años fuimos novios oficialmente pero anteriormente nos comportábamos como tales sin el apelativo novios, aquel fin de semana discutimos y le dije que no quería salir con sus amigos, y me fui con mis amigos, íbamos bastante borrachos pero decidí coger el coche, solo era una autopista hasta la casa de Nacho no iba a pasar nada me dije, pero mis amigos me picaron, decían que era un gallina por correr tan poco así que aceleré, y en una curva, choque con otro coche, cuando desperté del mareo ya estaban los bomberos allí y salí del coche por mi propio pie, no me lo podía creer, el coche con el que había colisionado era el de mi novia y ella estaba sangrando por la nariz y los oídos, comencé a gritar de frustración, joder había matado a mi novia- Alvaro comenzó a llorar, yo no aguanté más y comencé a llorar con el, lo abracé con fuerza, no me lo podía creer, vivió una tragedia, fue culpa suya pero joder tuvo que ser un palo enorme para el, se separó de mi, cogio aire y siguió contándome su historia- desde aquel día, la familia de mi novia me busca, no me lo perdonan, estuvieron un tiempo persiguiéndome, intentado atropellarme, ahora están algo más tranquilos, pero me atormenta todo esto, todas las noches, no puedo dormir nunca y ese fin de semana, todo me recuerda a ese fin de semana y no puedo Alexia, no quiero revivir todo eso, tengo miedo de que cuando seamos felices algo pase y lo vuelva a fastidiar todo, no quiero joderte la vida Alexia, ya te has metido en mi mundo, en las carreras, en las peleas y en mi corazón y tengo miedo- lo abrazo con fuerza
-No me pasará nada, y a ti tampoco Alvaro, voy a estar contigo, no te tienes que preocupar por nada, voy a estar a tu lado en todo momento.- Nos quedamos abrazados un largo rato, escuchando la respiración una del otro, acompasados hasta que por fin se relaja y tranquiliza, levanta la cabeza de mi pecho y me mira.
-Duerme conmigo por favor Alexia
-Está bien, pero solo dormir, no quiero que mi padre piense que me traigo al novio aquí para usarlo de picadero- el sonríe y me coge en brazos, llegamos a mi habitación y me suelta, me desnudo y me pongo un camisón algo corto, el está en bóxer y cuando se da la vuelta abre desmesuradamente los ojos
-Así va a ser imposible intentar dormir Alexia
-Lo tendrás que conseguir Alvaro- me meto en la cama, en la parte que esta junto a la pared dándole la espalda, el se pone a mi lado y me abraza por detrás
-Alexia... James...¿Que es para ti?- yo sonrío, sabía que tarde o temprano me lo preguntaría
-Un gran amigo de la infancia, no lo he visto desde hace diez años, por eso hoy nos has visto juntos, no tienes por qué preocuparte Alvaro
-Gracias.- cierro los ojos y cuando estoy quedándome dormida oigo un susurro
-Alexia... no me dejes nunca por favor- me doy la vuelta y está hablando en sueños, le beso su mejilla con algo de barba de tres días y me recuesto en su pecho, que justo en ese momento se acelera, es algo tan mágico.A la mañana siguiente despierto con algo haciéndome cosquillas en mi oreja, abro un ojo y veo los ojos avellana de Alvaro mirándome con picardía
-Buenos días mi princesa, tu forma de dormir ha despertado a la bestia- yo lo escudriñó con la mirada y miro hacia abajo donde me encuentro una tienda de campaña considerable, comienza besarme y consigue colocarse encima de mi, me besa por todos lados, yo no llevo sujetador por lo que le es más fácil excitarme
-Alvaro para, nos va a escuchar mí padre
-Tu padre salió temprano, y yo tengo mucha hambre, voy a desayunar Alexia
Sigue besándome el cuerpo hasta que llega al centro de mi placer, absorbe mi clitoris dándole pequeños mordisquitos, estoy en una nube, no puedo parar de gemir y llego a un momento en el que creo que voy a explotar y así es, llego al climax con su lengua rozándome esa zona tan sensible, me mira con deseo y cuando estoy comenzando a relajarme del orgasmo me introduce todo su miembro, yo chillo de placer, cosa que el calla con un beso donde mis chillidos se ahogan,no quiero que pare, es tan excitante, bombea cada vez más rápido hasta que no aguanto más y llego al segundo orgasmo de mi vida, el da dos embestidas más y cae desplomado sobre mi, nuestras respiraciones son rápidas y cuando consiguen acompasarse, el se levanta, me da un beso y sale de mi con cuidado, nos metemos en la ducha y se vuelve a repetir el placer de hace unos minutos.
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La Nueva Secretaria Del Jefe
RomantikEl guapo y adinerado, Álvaro Núñez, jefe de la prestigiosa revista Woman Chic, necesita una nueva secretaria pero ninguna esta a su nivel hasta que llega Alexia Gómez y le pone los pies en la tierra al niño malcriado de papá, Don Álvaro. Una histo...