Capitulo 4

35K 1.6K 16
                                    

Despierto y no se si lo que recuerdo de anoche es verdad o no, me vienen flashes de la noche anterior, yo en Élite Club, yo borracho, yo en brazos de Nacho el gorila de la discoteca y luego... ¿mi secretaria?¿Qué hacía ella allí?¿Porqué volví con ella en taxi? todo esta muy confuso en mi mente y tengo una resaca de mil demonios, camino por el salón pensando que pasó anoche, ¿Cómo llegue hasta mi cama?. Voy de camino a la cocina cuando me percato de una nota en la mesa, me acerco y la letra parece de chica.

"tómese esta aspirina cuando despierte y se sentirá mucho mejor" Su ángel de la guarda ;P

¡¿Me he acostado con mi secretaria!? Esto no puede ser, tiene que ser una broma, mi padre me va a matar... me tomo la aspirina, voy a la ducha buscando en mi móvil el numero de esa secretaria, lo encuentro y llamo poniendo el altavoz mientras entro bajo el agua.

-Buenos días Don Álvaro ¿se encuentra mejor?

-¿Qué pasó anoche Alexia?

- Don Álvaro ¿qué está insinuando?

-¡No insinuo nada! quiero saber porque cuando he despertado estaba acostado en mi cama en ropa interior, porqué no me acuerdo de nada, solo tengo flashes de ti en un taxi y ahora me encuentro en mi salón una nota suya por que... es suya¿no?

-Don Álvaro, anoche no pasó nada, así como nunca pasará, solo soy su secretaria, ayer lo encontré demasiado perjudicado y el gorila de la discoteca donde se encontraba me pidió que lo llevara a casa sano y salvo, y eso hice, usted es un desagradecido ahora pero ayer no era así, ojalá y le duela la cabeza durante todo el día, un gusto hablar con usted... piii piii piii- me ha colgado, que chica tan rara, bueno, mejor, no me he acostado con ella, eso me deja más relajado, salgo de la ducha, me pongo uno de mis trajes caros y mando el de ayer a la tintorería, por mucho que la chica ayer intentara que llegara bien a casa, mi traje está echo un desastre, subo a mi descapotable y pongo rumbo al trabajo, es lo bueno que tiene ser el jefe, no tengo horario.

Paro en un semáforo y veo una anciana vendiendo flores, le debo una disculpa a mi secretaria, bajo corriendo, compro un ramo de jacintos morados, dicen que es la flor del perdón, subo apresurado al coche justo cuando se pone verde, acelero y las ruedas chirrían. Alexia es una buena tía, solo me ayudó y yo he sido un poco desconsiderado con ella, la llamaré a mi despacho y le pediré disculpas. Aparco en el reservado de la revista y entro, la recepcionista me mira extrañada cuando la saludo, cojo al ascensor justo antes de que cierre.

-Buenos días Gutierrez

-Buenos días Don Álvaro ¿flores para su amada?

-¿Qué? no no, son para una amiga- este me mira pícaro como si yo le estuviera mintiendo, arrugo el entrecejo y bajo en mi planta, la primera, me dirijo a mi despacho, dejo mi maletín en mi mesa y abro la puerta del despacho de Alexia.

-¿Alexia?

-Dígame Don Álvaro- ¿Cómo puede hacer como si nada? Cuánta frialdad, se percata de las flores que llevo en la mano y prosigue hablando sin dejarme a mi- no se preocupe, lo que pasó ayer no saldrá de mi boca, es algo confidencial de trabajo, no tiene que tratarme como a una de sus conquistas.

-¿Qué? Solo quería disculparme por el malentendido de esta mañana, fui un poco brusco con usted y no se lo merecía- veo como sus hombros se destensan y sonríe, que bonita sonrisa pero como cuesta vérsela, sale de detrás de su escritorio y se apoya en la parte de delante.

- No se tiene que disculpar, entiendo que pudiera despertar confundido, es normal con la borrachera que llevaba... pero le puedo asegurar que no pasó nada, solo me limité a hacer lo que me pidió ese armario empotrado- Me carcajeo al escucharla hablar así sobre Nacho.

-Se llama Nacho, Alexia, es el gorila de la discoteca pero también mi guardaespaldas en algunos acontecimientos de prestigio, no se podía hacer cargo de mi si estaba trabajando y seguramente vió la oportunidad al verte a ti para dejarme en buenas manos, luego se lo agradeceré a el también por dejarme con usted, y perdone por haberla puesto en este compromiso y sobretodo por haberla juzgado sin conocerla.

- No se preocupe, pero Don Álvaro, que lo haya ayudado esta vez no quiere decir que vaya a ser su niñera, que le quede claro que mi trabajo acaba cuando salgo de este edificio.

-Por supuesto señorita- sonrío y salgo de aquel minúsculo despacho derecho al baño, necesito refrescarme, esa mujer me pone muy nervioso, nunca se como va a reaccionar, estoy echandome agua, y no me doy cuenta de que de una gavina de los baños sale Nacho.

-Señorito Álvaro ¿cómo se encuentra?

- Nacho te he dicho muchas veces que no me llames así, tenemos la misma edad y nos hemos criado juntos, somos amigos tío.

- Lo sé, pero yo trabajo para ti y en el trabajo te tengo que llamar así por ordenes de tu padre, pero tío, ¿Qué liaste ayer?

-Ni me lo recuerdes, ya sabes como es mi padre con los negocios, siempre son más importantes que las personas, está tramando algo y tiene que ver conmigo y mi futuro, me tenía mosqueado y comencé a beber hasta no saber ni que pasó, esta mañana he tenido que llamar a Alexia, tenia flasback contigo y ella.

- Menos mal que pasó por allí tu secretaria, y te reconoció, sino hoy estarías en la prensa rosa de todo el país, se le ve buena piva y está cañón.

- Pues tu para ella eres un armario empotrado- los dos estallamos en carcajadas, hasta que el para y sigue hablando.

- ¿Otra secretaria neurótica deseando de meterse en tu cama para que la asciendas?

-Que va, y no veas como se lo agradezco a mi padre que me haya traído a una chica en condiciones, se ve que tiene las cosas bien claras y no es una muñeca hinchable como las demás asi que cuidado con tus zarpas amigo.

-Vale, vale tranquilo Señorito Álvaro- ruedo mis ojos a la vez que el levanta las manos pidiendo clemencia, ¿ se puede ser más tonto?

-Esta noche, ¿fiestecita en tu casa?He visto las modelos de esta semana y están...

-Claro tio, vente a casa esta noche, lo pasaremos bien- le guiño el ojo y salgo del baño pensando en esta noche, ya nos hacía falta una buena noche de sexo.

La Nueva Secretaria Del JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora