Capitulo 22

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Lunes, joder lunes ¡llego tarde! corro a la ducha, cuando acabo me coloco unos jeans azules, una camisa a rayas verticales en tonos azul clarito y unas bailarinas, hoy voy en moto o no llego así que me toca ir en planos. Subo a mi moto, me coloco el casco y acelero hacia la oficina, ayer no tuve ni un mísero mensaje de Alvaro, no se qué es para el una relación pero a mi así no me va a tratar ¿lo peor de todo? que estoy loca y tontamente enamorada de el, o eso creo, porque nunca he sentido esto, cuando estoy con el me siento bien aunque este cabreándome a cada momento pero cuando no esta lo echo demasiado de menos, ¿será una adicción? Piiiiiiiiii mierda me pongo a pensar en mis cosas y olvido que tengo a coches detrás.

-¡Ya voy señor! No sea tan exigente- meto primera, acelero y cojo la siguiente calle a la derecha y ya estoy en la revista, me acerco a la puerta de recepción aún en la moto y me asomo a la recepción.

-¡Puri! - Puri levanta la cabeza y abre mucho los ojos, sale de la centralita y se aproxima dudosa

- ¿Alexia? ¿Eres tu?- me quito el casco soltando mi pelo al viento

- ¡Señorita! No sabía que montabas en moto, es muy peligroso, bájese.

- No te preocupes Puri, no es la primera vez ¿Puedes abrir el garaje? No quiero dejar la moto aquí, no llevo candado y no fío del quiosquero

- Vale vale tranquila mi niña- Entra de nuevo en recepción y me abre el garaje, me introduzco en el, busco algún sitio libre pero no hay ninguno así que la dejo en el aparcamiento de Alvaro, tiene hueco suficiente para su coche y como diga algo se entera.

Entro a la cafetería, necesito un café antes de ponerme con las facturas, dejo mi bolso en una silla y me siento en la de al lado, le pido a Marga un café y una tostada y miro mi movil, sin noticias de Alvaro ¿Qué le pasará?

-Aquí tienes mi niña ¿Cómo vas con el jefe? ¿Es muy duro?- yo sonrío, aún no sabe nada y no lo diré aun

- Bien, es duro pero se manejarlo Marga, es un tio como otro cualquiera, con la misma neuro...- mi charla se ve interrumpida por un Alvaro muy cabreado

- ¿Cómo te atreves a dejar tu estupida moto en mi aparcamiento? Eres una consentida, ni siquiera tienes plaza en el garaje, pero te da igual, usas el aparcamiento de tu jefe aparte de meterte en su cama- Eso me sienta como un jarro de agua fría, me levanto de un respingón y bien cabreada.

-¡¿Qué has dicho Alvaro?! Tu te metiste en mi cama te recuerdo que era mi casa, ¿quieres que te recuerde tus palabras? No sé que coño te pasa, el sábado te quisiste ir así, sin más, luego me dices que si quiero subir a tu casa, ayer no me hablas nada y ahora vienes así ¡¿Eres bipolar?!

- Primero, soy Don Alvaro, no lo olvides niña, segundo no sé de que estás hablando y tercero, no soy bipolar, soy una persona seria, y ahora vas a quitar la moto si no quieres que la tire... a no, ya la tiré

-¿¡Que has echo que!?- Salgo corriendo hacia el garaje y ahí esta mi moto, tirada en el suelo al lado del descapotable de Alvaro, lágrimas comienzan a rodar por mis ojos, noto unas manos en mis hombros y por su tacto se que es Puri, me ayuda a levantar la moto, tiene el manillar torcido y el freno esta inutilizable, será desgraciado, saco la llave de la moto, la pongo en la puerta del coche de Alvaro y comienzo a rayar por todo el coche, Puri intenta pararme pero soy muy cabezona y cuando alguien me jode se jode también, cuando acabo, respiro hondo,

-¿Qué has echo Alexia? Te va a despedir cuando vea esto

- No se va a tener que molestar en hacerlo, me voy yo solita, he aguantado demasiado siendo su secretaria, en la vida profesional y en la personal, despídeme de Marga y de Darius, en unos días vendré a por mis cosas y os invito a comer- la abrazo

- Tranquila Alexia, estamos contigo, eres la única secretaria que nos ha caído bien de todas las que ha tenido, eres genial, espero que te volvamos a ver prontito e irnos de fiesta como habíamos dicho- yo solo sonrío y asiento con la cabeza, cojo mi moto y salgo de alli, empujándola, tengo que llevársela a mi papá, el me la arreglará, tendré que pedirle a mi vecino que me lleve al pueblo

- Ey, ¿te puedo pedir un favor?

-Claro Alexia, ya sabes que eres como una hija para nosotros y nuestros hijos te adoran

-Gracias señor Acado, ¿podría llevarme al pueblo cuánto antes?

-Sin problema, ¿dónde estas?

-Estoy en la calle contigua a la de la revista, la moto se ha roto y necesito llevársela a papá, pero necesito pasar primero a casa a por algo de muda.

- Pequeña, mi mujer te hace ahora mismo una maleta y yo te la llevo y así vamos directos.

-Muchísimas gracias Señor, no se como agradecérselo.

Espero durante más de veinte minutos a mi vecino, son una familia muy agradable y su mujer es muy moderna así que, se que decidirá bien mi vestuario, no sé que le ha podido pasar a Alvaro, pero no quiero verlo, me ha echo mucho daño, necesito el pueblo, necesito mis amigos de toda la vida, necesito sentirme libre. Subo al coche de Acado y nos encaminamos al pueblo, no es un viaje largo, y Acado es un hombre muy hablador, se me pasa volando el trayecto

-¡Déjeme aqui!- Acado da un frenazo por mi culpa- quiero darle una sorpresa- Bajo de la camioneta, saco mi maleta mientras el señora desata mi moto, la sacamos entre los dos y nos abrazamos en una cálida muestra de cariño y despedida. Camino por la calle con la maleta y la moto hasta que llego a la puerta del taller de mi padre, ahí están sus amigos que al verme comienza a silbar como si no me conocieran, veo que mi padre sale de debajo de un coche

-¡Mi niña!- se levanta ágil y se acerca corriendo, me abraza y mis lágrimas vuelven a caer, esta vez de felicidad, nunca he echado tanto de menos los abrazos de mi padre.

- Hija ¿pero qué haces aquí?¿Te ocurrió algo en la ciudad?

-Nada papá, solo vine a verlo y a que me mire la moto, ha sufrido una caída y tiene la dirección torcida y el freno mal

-¿Y eso? ¿Cómo pasó? Si tu amas la moto, la cuidas mucho

-Mi jefe papá que es subnormal y no lo mato porque no tengo tiempo, me he autodespedido, así que vengo de vacaciones prácticamente

-Lo siento mi niña, ese jefe debe de ser un imbécil, seguro se arrepentirá de lo que ha echo y a la gran secretaria que ha perdido

-¿Alexia?- ¿Esa voz? me giro y me encuentro a un chico... más bien un hombretón, está cuadrado, alto, rubio, ojos grises o eso me parecen desde esta distancia, está lleno de tatuajes, pero ¿de dónde ha salido este adonís griego?- ¿No me reconoces? Alexia, soy James.

-¿James? ¿de verdad eres tu?¿pero cuánto hace que no nos vemos? Pero, estás enorme- el se carcajea, que lindo ríe

- Sí, soy James, y pues teniendo en cuenta que me fuí con 15 años a Alemania y ahora tenemos 25 pues... - hace como si pensara- pues diez años hace que no nos vemos princesa.

Corro hacia el y me encaramo, es genial volver a ver a una persona a la que querías mucho, ver los cambios que se han producido en ella y que aún así, la amistad perdure, es sencillamente genial.

La Nueva Secretaria Del JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora