Capítulo 2

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Capítulo 2

Y en la casa de Mateo ellas vivían. No porque quisiera, sino porque estaba siendo obligada.

- E-en serio señora Rodríguez, no es necesario que

- Llámame Alicia por favor. Eres como una hija para mí – nuestra chica de porcelana se tensó – has hecho una obra de caridad con mi hijo ¿sabes?- la chica no entendía – solía irse de fiesta y volver después de dos semanas o más, traía chicas diferent3es cada día, en el colegio lo suspendieron quince veces, no sé como no lo expulsaron. Pero desde que te vio- Alicia sonrió tiernamente- has cambiado su mundo. Me atrevería a decir que te ama como un loco, daría su vida por ti –Alicia limpio una lágrima de su mejilla – gracias por salvar a mi hijo- y por un momento se sintió útil en toda su vida.

Subió a la habitación que compartía con Mateo, el se encontraba dormido, la chica por un impulso, juntó sus labios a los del dormido muchacho y en segundos se arrepintió. Mateo agarró su mano y la atrajo hacia él. Ambos yacían acostados el chico dormido y la chica despierta atrapada entre los brazos de Mateo.

- O-oye... s-suéltame – no tuvo respuesta. Dejó de insistir. Poco a poco se fue quedando dormida entre los brazos del chico. Y por su mente pasaba un pensamiento <ahora debo escribir otra carta>

Se hicieron las ocho de la noche, Mateo seguía dormido y la muñeca de porcelana seguía entre sus brazos, pero está vez estaba dormida. Se veían como cualquier otra pareja normal, sola que ellos no lo eran... aún

- ¡Vamos preciosa! – dijo Mateo desesperado - ¡Mi mamá te adora y yo me muero por ti! ¡sé mi novia! – la muñeca de porcelana negó

- No puedo Mateo, entiéndeme. Solo te voy a lastimar y... no quiero hacerlo. Tu madre y tu han sido unas personas dulces conmigo y no quiero lastimarlos – la chica trataba de evadir la mirada de Mateo sin mucho éxito. El chico con desespero, juntó sus labios con los de la mujer que el amaba. Se movían en completa armonía. Mateo acunó el rostro de su muñeca de porcelana con delicadeza y con todo el amor que puede sentir un hombre por una mujer que lo sacó del infierno sin siquiera intentarlo.

- Se mi novia, preciosa. Por favor. No sabes cuantas veces he muerto y he revivido con el fin de verte todos los días. Y ahora que por lo menos estás en mi casa, mi último deseo es que seas mía, que seas mi novia, preciosa – la chica nerviosa moría de ganas de decirle que si, que ella le quería igual, inclusive más de lo que ella podría comprender.

- ¡Tú, Niñita! – la voz de la madre de la chica resonó por toda la cuadra. Su madre la agarró fuertemente por su brazo - ¿te escapaste de casa para estar con este bueno para nada? – eso le molesto a la chica

- Suélteme – dijo casi en un murmullo – Mateo no es un bueno para nada Patricia. ¡Es mi novio! – la mujer soltó una carcajada

- ¿ahora que sigue? ¿Abandonar tus estudios y tener cinco niños? ¡Madura, es tiempo de crecer! – la chica trataba de ahogar sus lágrimas – nos vamos a tu casa

- ¿por algo me escapé no? – la mujer la miró desafiante - ¡porque no me la aguanto más Señora! ¡de saber que usted iba a ser mi mamá mejor me hubiera abortado o perdido en un jodido accidente! ¡odio mi vida y la odio a usted, y me odio por eso, y odio más este puto sentimiento porque...! – una bofetada cargada de ira.

- ¡a mí me respetas! – la chica de porcelana se tocó la mejilla y tenía un ligero corte

- Usted es un monstruo – dijo Mateo horrorizado - ¡tiene una hija preciosa, magnifica! ¡fue capaz de sacarme del infierno en el que estaba sabiendo que ella estaba en el suyo propio! ¿sabe como lo hizo? Con solo verla a ella, la sola presencia de esta preciosa mujer me hizo querer ser mejor para ella ¡para poder ser digno de ella y sé que nunca lo voy a ser, ¡porque ella es un jodido ángel que nadie merece y usted la trata como cualquier basura! Usted me repugna –Nadie a excepción de su padre la había defendido de semejante manera, diciendo cosas preciosas que nunca esperó oír. Pero era demasiado tarde.

- volveré a casa – dijo la chica levantándose del suelo, Mateo corrió a ayudarla. – si me promete que no le va a hacer daño a Alicia y Mateo – su madre asintió y la chica tristemente se separó de su novio, con gesto triste gesticuló un lo siento

Muñeca de PorcelanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora