-El chico de las pesadillas-
Eataba recostado. Por alguna razón, había olvidado lo que hacia momentos atrás.
《¿Para qué quieres recordarlo, joven?》Otra vez las voces de mi cabeza.
-No importa, tienes razón. Por primera vez concuerdo contigo -dije. Veía el techo, tan liso y sencillo, pero en el cuál un sinfín de gente que lo había visto detenidamente, ya fuera perdidos o cuerdos, lo que su imaginación les permitiera ver. Era el lugar de los sueños, pues hasta en la noche, aunque la gente tuviera los ojos cerrados, solía ver en algún momento hacia ahí.
-Como sea. Tengo algo de hambre. Iré por algo a la cocina -dije. Me levanté del sillón, y sin querer tiré unas botellas de cristal. Éstas se rompieron e hicieron un tremendo ruido. Suerte que no había nadie en casa.
《Un momento... ¿en mi casa?》 No, no era mi casa. Estaba una gran mayoría seguro de que era la casa de mi amigo Robb. Él solía tener lámparas de lava en la mesa, esculturas por doquier y cojines con forma de conejo. Tenía buen gusto.
Me quedé viendo una estatua de algún emperador romano. Como no supe dar con el nombre, me seguí por un pequeño pasillo de cuadros de cubismo, hacia la cocina.
《¿Dónde estarán todos?》 Estaba un poco seguro de que hubo fiesta el día anterior. Pero nadie estaba ahí, sólo yo. Extraño.
Entré. La mesa estaba repleta de jamones y chorizo en trozo. En el suelo había varias botellas llenas y vacías de refresco, unas tiradas y otras ordenadas. Arriba del primer mueble que vi a la derecha, estaban baguettes enormes apilados. Parecían recién hechos.
-Por todos los cielos, se me está haciendo agua la boca. Veré si no hay algo ya preparado en el refrigerador.
Por el suelo había restos de algo pegajoso. Según yo, era melaza, pero color azul fosforescente, del mismo color que el helado de chicle.
《Gran combinación.》
En el mismo mueble del pan había un frutero, pero todo ya esta hechado a perder. Podía ver los mosquitos, esperando a que alguien intentara tomar un poco de su alimento para lanzarse al ataque.
《Mejor ni me meto con ellos.》
Abrí el frigorífico y encontré un cartón de leche -ya caducada-, una caja pequeña de pizza y verduras peor de podridas que la fruta.
-Bien, creo que mi destino es la pizza.
Probé suerte y le di un mordisco a una rebanada. Se sentía bien pero el sabor podía mejorarse calentándola; la coloque en la estufa mientras me senté en una silla de la mesa a esperar. Chequé mi celular y no tenía ningún mensaje de nadie.
Mientras texteaba algo en Face, me encontré una manchita café en la mano.
《Seguro es un poco de salsa que me cayó de la pizza.》 Pensé. La retiré con la otra mano y seguía mensajeando. Bueno, intentando ver la última vez que se conectaron mis amigos.
《Ni siquiera dice cuál fue la última vez.》
Saqué la pizza caliente y comencé a comer. El queso fundido era un deleite que pocos podían disfrutar en ese momento.
A la mitad de mi pizza, volví a notar ese poquito de salsa que caía en mis manos, pero ahora más. Estaba tostada.
-¿Qué rayos es esto?
Al levantarme y darle más importancia a eso, pude ver que los jamones -que estaban enteros, no en rebanadas- tenían formas extrañas. Encontré un ojo y una uña.
-Quien haya hecho esto jamones es un maldito asqueroso.
Más y más manchitas que parecían verrugas rojas empezaron a brotar en mis manos. Corrí directo al baño, para quitarme todas esas cosas, cuando vi mi cara llena de eso. Mi cara estaba cubriéndose de una capa roja e irregular. Mis ojos estaban cubriéndose de manchas amarillas que parecían ser de manteca de cerdo.
-¡AYUDAAA!
Nadie me escuchó. En el interior de esa casa, donde los jamones y chorizos de la cocina eran restos humanos hechos comestibles, un chico estaba siendo testigo directo de la putrefacción que surgiría de si mismo. Su piel poco a poco se fue haciendo de carne de cerdo, con capas de grasa y de tomate podrido, y hasta ese momento cayó en la cuenta de que toda la comida de la cocina eran sus amigos, hechos podredumbre de carne.
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Pesadillas Aún No Planeadas
TerrorRecopilación de los momentos más escabrosos de una chica en un mundo extraño, del que prefiere huir. Aunque su problema es no saber que es el mundo real. Reunión de todos los momentos que han hecho que un chico deje de dormir, pues por la noche en v...