Pirámides

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Una antorcha iluminaba el pasillo.

Mis amiga mayor -por dos años-, junto con mis dos mejores amigos -un chico y una chica, que se amaban tanto-, avanzábamos por ahí, sobrecogidos por la idea de merodear la tumba de alguien, enterrada entre las paredes o los suelos.

《Ésta madera está floja, rechina muy extraño》, pensé al dar una pisada. Hice caso omiso.

Dos sombras avanzaban hacia nosotros cuando lo notamos, a unos metros delante, deteniéndonos.

Una de las sombras, sin pista de brillo, alzó un arma en su defensa, parecida a un bate de béisbol. El otro tenía una esfera entre sus dedos, acariciándola.

Corrieron hacia nosotros.

Mi amiga mayor, la más inteligente de nuestro grupito, extendió sus brazos, moviendo una larga manta al frente con tal de lo que creí sería tapar la vista de las sombras que nos seguían.

-¡Du mort! -exclamó. La manta cayó en el suelo cercano y las sombras resbalaron inevitablemente en ella, con algunos golpes secos.

《Son personas》.

-¿Qué hacen a éstas horas de la noche, en estos pasillos altos, de este enredado lugar?, ¿flirteando?, son unos tortolos -terminó.

-Sucede que no sólo nos veníamos a besar -dijo el chico, que se interrumpió cuando su compañera le hundió el codo en sus costillas.

-Creí que tenían problemas porque por alguna razón su amor eterno ya no funciona -soltó la amiga mayor.

-¿Y ustedes que hacen aquí? -dijo la chica.

-Nuestra parejita de amigos sufrieron un robo, y las pisadas del ladrón nos guiaron hasta aquí. Jossel está de acuerdo con ello, ¿a que no? -dije, replicante. La amiga mayor hizo ademán de confirmar lo que había dicho.

-Sí. Veo que nunca me habían visto tirar a alguien con mi manta. En fin, como soy la mayor de todos ustedes, y no tengo pareja ni nada que perder (a excepción de mi vida, mis estudios y mis amigos), yo avanzaré primero por la puerta -dijo Jossel.

-Sé que eres muy inteligente pero por Dios que estos últimos días tienes ideas muy descabelladas -dijo la chica.

-Como sea. Es mejor que ser Ed y Lorraine -refiriéndose a los chicos que acababa de tirar con su manta-, y besarse por pasillos oscuros donde normalmente acechan criaturas malas. Es como una mala película de terror.

-Sólo cállate y avancemos, juntos -dijo Lorraine. Ed la miró fijamente, dio y certero beso en su frente, y asintió-. Además, aquí están Vanessa y Axel, ellos también podríab haber venido a hacer estas cosas.

-Axel es muy tierno para conocerlas -dijo Vanesssa. Todos la voltearon a ver, cuando se sonrojó, lo que se notaba mucho por su piel blanca-. Bueno, ya, sigan.

Jossel abrió la puerta de un golpe y dentro, un camino de piedra azul, de ese azul que se vislumbra en el cielo antes de anochecer, nos esperaba. Más allá, en el centro de la habitación, convergían tres caminos como el, siendo cuatro en total. En el centro aguardaba una pirámide de cristal azul, como el agua, resplandeciente como si le pegara la luz, a pesar de estar en la oscuridad.

-¿Han oído sobre los cuentos de C'thulhu?, ¿o sobre el autor Lovecraft?... díganme que sí -exclamó Jossel.

Todos negamos.

Avanzamos hasta la pirámide, que tenía inscripciones parecidas a simples rayones en su superficie.

Una mano negra salió de la oscuridad que embargaba las orillas donde no había camino azul, llevándose a Jossel a la orilla.

-¡¡Ayuuuuudaaaaa...!!! -gritó, aferrándose a la orilla del pasillo. Vanessa y Axel fueron a ayudarla mientras Ed y Lorreine cubrían fijamente el centro, junto a mí.

Un trueno metálico se olló por lo bajo, cuando surgió un repentino quinto pasillo, que más que avanzar, simulaba un desvencijado elevador. Se abrió.

Un ruido de pinzas partiendo objetos provino de ahí.

Primero, cuando Jossel ya estaba de pie, con mis mejores amigos, todos juntos en el centro de la habitación, unas pinzas -cientos de cangrejo-, salieron del elevador, atravesando el pecho en un crujir de huesos y carne espantoso. Ed estaba cayendo hacia atrás, hacia el elevador.

-¡¡No, Ed, nooo!! -gritó Lorraine, lanzándose por él, sin importar que la pinza también la atravesara a ella.

-Y a pesar de todo, creo que aún teníamos el mejor amor del mundo -dijo Ed. Ambos se fundieron en un beso, lleno de la sal de sus lágrimas, y fueron jalados al abismo infernal dentro del elevador.

-Menos mal que nosotros... -se interrumpió Axel, que comenzó a llorar sangre, igual que Vanessa. Jossel en un grito de histeria, sin apartar esa idea de las criaturas de otras dimensiones, se tiró, congelada a la oscuridad.

《¿Qué me esperaba a mí?》

Un torbellino de rosas color sangre lleno todo. Sus espinas deberían haberme matado, pero desperté.

Pesadillas Aún No PlaneadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora