Susan apenas estaba reaccionando cuando oí un abrupto y seco golpe en la pared que me dejó helada. Coloqué a la señora Sandoval junto a la pared y me escabullí en silencio para ver lo que pasaba; asomé media cabeza por la venta y vi dos hombres: uno era Kyle y el otro...
Maldije en silencio.
Jadzzet estaba junto a Kyle mientras le decía algo; a ambos se les veía adoloridos. Lo que me empezó a poner nerviosa fue que por ningún lado veía a Evelyn.
Me acerqué al hueco donde se supone que debería estar la puerta y tomé un pedazo de manera grande, por suerte ambos hombres estaban de espaldas a mí.
Estaba muy nerviosa, mi corazón saltaba y saltaba que parecía salir de mi pecho, pero tenía que hacerlo, solo así nos podíamos librar de aquellos hombres. Miré por última vez antes de actuar y vi mi oportunidad cuando Kyle comenzó a alejarse con pasos débiles.
1...
2...
3...
Salí corriendo lo más silenciosamente posible dispuesta a pegarle a quien sea con el palo que llevaba en mano. Kyle volteó, pero ya no le daba tiempo ni de reaccionar, golpeé a Jadzzet con tanta fuerza que al principio me dio miedo de haberlo matado; no me dio mucho tiempo de reflexionar sobre ello porque ya tenía a Kyle encima, me alzó por unos segundos con ambas manos pero ya lo notaba débil, lo golpeé en la cabeza con la misma fuerza que no tuvo más remedio que soltarme y cayó a punto de la inconciencia; lo golpeé de nuevo en la boca del estómago y se retorció como un gusano.
-Esa es por Francis. –Le dije mirándolo con enojo.
Lo pateé de nuevo en el mismo lugar con mucha fuerza.
-Esta es por Susan.
Lo pateé una vez más con tanta fuerza que salió a unos metros de mí. De haberlo hecho con un humano sin poderes, de seguro lo mataba.
Una vez que estuve junto a él, escuché que pronunciaba unas palabras casi ilegibles.
-¿Quién eres tú?
Solo lo miré con tanta rabia que no pude contestar a esa pregunta.
-Y esta –pronuncié con severidad- es por Evelyn.
Tomé el palo con ambas manos, lo alcé lo más alto que pude y, con potencia y furia, lo azoté en su cabeza. Solo bastó uno para dejarlo inconsciente... Eso creo.
Una vez que acabé, dejé el pedazo de madera caer y, sin dar crédito a lo que había hecho, me tapé la boca, fue como si me hubieran vendado los ojos y cuando los destaparon me diera cuenta de todo lo que hice con un palo en la mano.
Me daba miedo mi respuesta.
Miré a Kyle por última vez: no se movía, parecía no respirar. Miré a Jadzzet y se encontraba en las mismas condiciones.
Busqué con la mirada y primero me encontré con Francis.
<<Siempre estuvo con Kyle>>
Las palabras de Evelyn resonaron en mi cabeza y de mi boca salieron palabrotas.
-Maldito mentiroso de mierda.
No sabía si estaba vivo o muerto, pero lo que si pude distinguir fue el charco de sangre que rodeaba su cabeza. Alarmante.
No reparé en ir con él y seguí buscando con la mirada... lo que encontré fue totalmente espantoso. En un segundo estuve junto al cuerpo de Evelyn, parecía inerte.
-No-no-no-no-no. Demonios, pero qué...
Las palabras no salieron más, el llanto, las lágrimas... todo salió de mí y comencé a maldecir por todo lo alto que pude. Estaba en el suelo con algunas extremidades en ángulos que no deberían estas, de su cabeza manaban chorros de sangre que pensé que su cuerpo ya se había quedado sin una gota. En un arranqué de desesperación, acomodé su cuerpo y lo puse como debería estar, esas extremidades tronaron, cuando se veía más normal, puse mi oído en su pecho...
Tun......... tun......... tun
Sus latidos eras muy pausados y débiles. Agradecía a todos los cielos por tener estas habilidades porque si no, ya la hubiera dado por muerta. En esos momentos, Susan apareció y al ver la imagen de su hija se tumbó junto a ella, le pasó la mano con mucho miedo sobre la cabeza y sus dedos se mancharon de su sangre.
-¿Evelyn? –Su voz era chillona. -¿Bebé? Levántate...
La mano le temblaba y no reparó en mi presencia hasta que mi mano sujeto la suya.
-Tranquila, - traté de tranquilizarla a pesar de que yo estaba igual de desesperada que ella. –Ella sigue viva.
La acomodé en mis brazos y sin mayor esfuerzo la pude cargar.
-Madeleine. –La voz de Susan me detuvo. – ¿Ella... es... igual a ti?
Sabía a lo que se refería y, para no alargar mucho la historia le dije:
-Mientras estaba hospitalizada, ella me transformó para que no muriera.
Susan dejó escapar un llanto, no podía creer lo que le acababa de decir.
-La llevare a su coche, tenemos que ir a su casa, no puede estar en un hospital. –Susan no puede reaccionar, solo me mira como esperando a que diga otra cosa, pero solo asiente más calmada al ver que estoy tranquila. -La sangre de Evelyn no se puede quedar ahí, cualquier animal o persona que por accidente la beba, estará en nuestras mismas condiciones. Regresaré de inmediato para ayudarla.
Salí corriendo a través de los árboles con Evelyn en brazos. El coche está casi en la orilla de la carretera, entre dos árboles. La acomodé en el asiento trasero y, antes de cerrar, le digo:
-Es mi turno de cuidarte amiga.
Cuando regresé, vi a Susan arrodillada junto a Kyle, no quería interrumpir, así que me escondo detrás de un árbol.
-¿Por qué lo hiciste? –Pude escuchar desde donde estaba. –Nunca te olvidé en todos estos años... Sabes... muchas veces soñé que Evelyn, tú y yo estábamos juntos como una familia.
Totalmente pasmada ante aquel íntimo secreto, pensé en Evelyn y en Francis... si fuese cierto aquel comentario, ellos serían primos hermanos...
Susan se levantó y se dirigió dentro de la cabaña.
Después de limpiar y quemar los trapos llenos de sangre en la chimenea, Susan llamó en anonimato una ambulancia hasta ese lugar para que checaran a los cuerpos y, después, se dirigió a toda prisa a su casa, metió el coche en el garaje y, una vez cerrada la puerta, bajé a Evelyn con cuidado. La recosté en su cuarto y le quitamos la ropa ensangrentada.
-Podría traerme un trapo y agua, por favor –Le pedí a Susa que, inmediatamente, comenzó a buscar las cosas.
Una vez solas, mi preocupación comenzó a aflorar cuando vi que las heridas no sanaban rápido.
-¿Pero qué te pasa? –Susurré. –Tienes que ponerte bien por tu madre y por mí...Pasado un mes ya me era imposible aguantar las ganas de gritar, Evelyn seguía en su cama dormida, su mamá estaba histérica y yo estaba a punto de acompañarla. Susan quería llevarla al hospital desde el primer día, pero me he negado rotundamente a esa idea, ella sigue sin entender la magnitud que significa exponer la sangre de su hija a las personas.
Subo a su cuarto, como habitualmente desde hace un mes, y comienzo a lavar su cuerpo con un trapo húmedo. Vi su cabeza, ahí donde se había lastimado y me asombró que, sin medicación, se haya sanado a muy buen ritmo, eso era bueno, me daba una esperanza. Una vez terminado su lavado de cuerpo, fui al baño a botar el agua, lavé el trapo y lo colgué donde siempre.
-Agua-. Una voz muy a lo lejos resonó en mi oído, una voz casi irreconocible.
Sobresaltada, me dirijo rápidamente hacia Evelyn y veo que sus ojos se mueven debajo de su párpado.
-Agua. –Repitió con los ojos cerrados y con voz muy débil.
Inmediatamente, bajé las escaleras de cinco en cinco y como alma que lleva el diablo me dirigí a la cocina.
-¿Qué sucede? –Preguntó Susan asustada.
-Evelyn –Solo pude decir su nombre. –Quiere agua.
Al escuchar esto, Susan salió disparada escaleras arriba y yo me apresuré a llevar un vaso con agua.
-Aquí está- dije en cuanto entré.
Evelyn estaba recargada en la cabecera de la cama, sus ojos apenas estaban abiertos, sus labios estaban partidos y su semblante era pálido y denigrante, a pesar de ellos, Susan y yo estábamos que no nos lo creíamos. Su mamá tomó el vaso y lo puso en su boca, ella comenzó a beber poco a poco hasta que apartó su rostro.
<Evelyn ha despertado>
Su cabeza comenzó a moverse y sus párpados empezaron a abrirse. Miraba la habitación como si la fuera la primera vez que estaba ahí. Luego nos repasó a su madre y a mí para, después, volver a su alrededor.
-¿Dónde estoy?
Su mamá chilló, no lo pudo contener, pero estaba más feliz que nadie en este mundo, y yo, simplemente no dejaba de sonreír.
-¿Quiénes son?
Nuestras caras dieron un cambio radical ante esta pregunta. Ambas nos miramos.
-¿Quién soy?
Mi corazón estalló.
<Maldito seas Kyle>
Susan comenzó a llorar de verdad y yo estaba a punto de quebrarme con ella pero simplemente no podía, no ante aquella Evelyn tan desprotegía y expuesta que teníamos enfrente.
< ¿Qué vamos a hacer?>
Algo descabellado se me pasó por la mente. Era loco, pero no había otra salida, no con Evelyn en éste estado.
Con un gran esfuerzo, me deshice del nudo que tenía en la garganta y, tras pensarlo una vez más, comencé a hablar:
-Evelyn Sandoval Alesso. –La chica volteó y entendió que ese era su nombre. –Ella es tu madre Susan. –Evelyn volteó hacia la mujer sentada junto a ella, tenía los rojos y toda ella se veía débil. Evelyn me miró de nuevo. - y yo... -Hice una pausa ¿Estaría bien lo que hice? –Yo soy tu hermana Madeleine.
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Cerca del enemigo
General Fiction"Yo tenía una vida normal; aburrida, pero normal. Ahora no sé qué es peor, si lo aburrido o esta nueva etapa a la que he sido condenada." Evelyn regresa completamente cambiada al nuevo curso escolar, todo gracias a su gran afán de ayudar a la gente...