Un buen lugar para empezar podría
ser el negocio de Anselmo. Sin
embargo, el periodista narigón no se
detuvo allí. Yo lo vi pasar, abstraído en
su libreta de apuntes, probablemente aún
disgustado por el mal momento que
había sufrido con Clori. No le echó
siquiera una ojeada a la relojería y eso
que Anselmo estaba ahí parado,
esperando que algún cliente se decidieraa entrar.
Y si uno lo piensa bien, todo
empieza allí: en la falta de clientes.
Porque si el negocio hubiera funcionado
mejor, Fernando seguiría trabajando y
entonces las cosas hubieran sido
distintas. Pero me estoy precipitando.
Mejor cuento la historia tal como me la
explicó a mí Anselmo, que aún hoy sigue
extrañándolo a Fernando.
—Un muchacho con un don natural
para los relojes —dice—. Una lástima
que tuviera que irse.
Es una manera peculiar de ver el
asunto, porque en verdad fue el mismo
Anselmo quien le dijo que se fuera, quela gente arregla cada día menos relojes y
ya no podía seguir pagándole el sueldo.
—Y la primera reacción del
muchacho no fue preocuparse por su
futuro, sino por los animales. Así es él:
los animales son su pasión.
La pasión de Fernando en este caso
se trataba de dos perros, un gato, una
tortuga, un loro y un mono. Como para
no preocuparse. Hasta ese momento
vivía felizmente con todas sus mascotas
en un pequeño departamento alquilado, a
dos cuadras de la relojería. Es decir,
felizmente para él y desgraciadamente
para sus vecinos, que no hacían más que
quejarse del ruido y el mal olor. Trasdieciocho reuniones de consorcio y
varias cartas amenazantes, los vecinos
no habían logrado que Fernando mudara
a sus animales, pero habían obtenido una
promesa del dueño del departamento:
ante el más mínimo problema, le
cancelaría el contrato. Estando los
ánimos tan caldeados, Fernando tenía
claro que no habría modo de negociar un
atraso en el alquiler. Sin sueldo no

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Café Solo
Romance-ATENCIÓN, ESTA HISTORIA NO ES MÍA, LE PERTENECE A ANDREA FERRARI, YO SOLO LO PUBLICARÉ AQUÍ- Una noticia ha conmocionado el país: dos adolescentes de un barrio de Buenos Aires se han subido a una cornisa y han querido acabar con sus vidas porque su...