PRÓLOGO

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-Baekhyun ya te he dicho que el aceite no es crema para piel- dijo su madre, era la quinta vez que el condenado muchachito lo hacía.

La quinta vez en el día.

Después del regaño siempre venía un "lo siento, no lo vuelvo a hacer" y minutos más tarde terminaba por hacer exactamente lo mismo y de la misma manera.

Salió corriendo de la cocina después de haber sido limpiado. De nada servía que se bañara ahora, sí más tarde hiba a estar nuevamente embarrado. Y podía ser de cualquier cosa.

Conocer a ese niño era como enfrentar un huracán solo que diez veces peor. Por dónde pasaba, dejaba desastre.

Baekhyun merecía el título de "diablillo"  por excelencia.

-No quiero decir que Baekhyun es niño malo, pero tampoco es  un pan de Dios- decía la profesora del grado del pequeño, que intentaba explicar a la madre de este no tan pan de Dios, que su hijo había hecho pipí sobre el cuaderno de su compañero porque este no le quiso prestar la tarea. 

Y en su defensa había dicho,-" La vida no siempre te sonríe, a veces hace caca encima de ti"-

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Desafortunado aquel que le mire a los ojos.

No era como si te matará con la mirada o tuviera fuego en los ojos y te consumieran al mirarle.
Solo cuando está enojado, esa era una posibilidad.

Sehun es un hombre bastante paciente y de carácter neutral. Lo que no le interesa, no le presta atención. Y lo que los demás digan de él, le valía un reverendo pimiento.

Y se decían muchas cosas.
Y cada una era peor que la anterior.

Se decía que era un genio. Cosa que nadie supo de donde salio.

Se decía que masacraba a sus sirvientes inútiles.

Se decía que era una bestia en la cama, pero que no hay mujer que lo confirme, ni hombre con lengua para verificarlo.

Se decía que tomaba sangre de jóvenes  doncellas para mantenerse joven.

Que lo habían visto adorarle al diablo. Lo habían visto con ojos de fuego retratando el infierno.

Se decía tantas cosas, que al final nadie cree a cien por ciento ninguna de ellas.

-No, no y no. ¿ Quien se cree que es?- renegaba mientras caminaba de un lado para otro. - El cargamento tenía que llegar hoy, era lo acordado. ¿Cree que puede hacer lo que quiera nada más? ¿Ahora que le vamos a decir  al señor Zhang? El específico que necesitaba ese carga para hoy.-

-No pierdas la cabeza Luhan, Zhang tendrá que entender la situación, y si no la quiere aceptar, pues que tome represalias contra los que se atrasaron,- dijo. Tomó una uva y se la metió a la boca,- Nosotros solo somos un puente, no podemos hacer nada si una de las partes no cumple el trato. Nuestro labor es solo llevar las "cosas" al otro "extremo"-
Y otra uva mas.

Luhan no entendía como Sehun podía estar tan tranquilo. Era bien sabido que el señor Zhang era un hombre de cuidado, especialmente cuando se enoja. Pero al parecer a este coyote le valía un tomate podrido.

El Coyote. Si, así era conocido todo el imperio invertido de Sehun.  Toda una reb de contrabando. Sirviendo a políticos torcidos, a narcos, a asesinos. A todo tipo de personas que necesitara de sus servicios y tuviera el capital para pagar ese servicio.

Con bases en toda Asia. El rey de las fronteras, lo apodaron algunos.

Nadie sabía nada de él. De donde había salido.  Nada.

De un día para el otro, su reb estaba hecha y le había arrebatado el trabajo a los simples caminantes de fronteras.
La diferencia es que ellos tenían un límite, pero Sehun, no conocía la definición de esa palabra.

Luhan, que posiblemente es la "persona" más cercana a él. Era el único que podía decir cien por ciento seguro, que Sehun era todo lo contrario a los rumores.


Vampiro: El Siniestro [sebaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora