Unexpected ➼ Yoongi

Capitulo 9

No estaba segura de muchas cosas.

Empezando por que aún no sabía el repentino cambio del pelinegro queriendo acercarse a mi, y sobre todo contándome cosas tan personales.

No fue más allá de la historia de su familia, solo dijo lo necesario, tampoco lo obligaría a decir más por que de alguna forma también me sentí mal al oírlo.

Ha pasado una semana, sin embargo no he vuelto ver a Yoongi.

Quizá de verdad fui una mala compañía.

Por eso no me sentía segura.

Sobretodo conmigo misma, todas esas esperanzas de encontrar un amigo se fueron lejos.

Pero bueno...

Debe ser una señal, quizás estaba mejor antes, sin pastillas, y completamente sola.

Incluso aunque no quiera estarlo.

Mis notas subieron un poco, no soy la mejor pero me encuentro estable, de un modo me hace sentir aliviada el saber que no tendré que hacer refuerzos para recuperar todas las malas notas, sobre todo por que es mi último año.

Las pastillas no se me hacen tan malas como antes, el sabor sigue siendo un asco pero soy capaz de soportarlo de mejor manera.

Papá se encuentra contento sabiendo que las tomo día a día, hemos hablado más y entablamos una relación padre-hija que considero "estable".

El doctor Min no me ha llamado, así que creo que no insistirá más para ir a la clínica otra vez.

Pero yo me encuentro bien. Estoy bien.

O eso creo.

Pero aún siento una pequeña necesidad de encontrar a alguien en quien confiar un poco más.

¿Por que tiene que ser tan difícil?

En la escuela aún no me habla nadie, no es como si esperaba que alguien lo hiciera, pero después de lo de Yoongi, tenía un poco de fe.

Es otra vez lunes y como todos los días de la semana voy subiendo a la terraza.

Al principio, creí que lo encontraría al día siguiente del que hablamos en la terraza, sin embargo en todos estos días no he visto rastro de él.

Me apoyé en la baranda mirando hacia la gran cancha de la escuela, el sol estaba realmente agradable y corría una leve brisa.

Me coloqué mis audífonos dejándome​ llevar por la melodía que salía de estos haciendome sonreír.

Podría quedarme aquí toda la vida y olvidarme de todo lo malo.

Comencé a mover los dedos de mis manos al compás de música haciendo que estos sonaran cuando hacian contacto con el metal de la baranda.

Luego de unas horas, que sentí más como minutos creí que era buena idea volver a casa, no quería que se hiciera tarde.

Volteé y caminé directo a la puerta.

Pero antes de abrirla me fijé en lo que había a un metro antes de esta.

— ¿Como llegó esto aquí?

Estaba consiente de que hablaba sola, pero me sorprendió el hecho de verla ahí, era una​ pequeña rosa color blanca, se veía muy delicada, tanto que me daba miedo tocarla y romperla.

No sabía si tomarla o no, quizás se le cayó a alguien o la habrán dejado ahí para alguien, pero cuando llegué no estaba, quizás me confundieron con alguien más.