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VII. ━━ rehén.
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No sabía con exactitud cómo se había metido en aquella situación, pero justamente ahora solamente pensaba en cuanto extrañaba su cómoda y acogedora cama, estaba segura que se encontraba tan cansada como para dormir todo el día entero sin interrupciones. Olivia comenzó a cerrar los ojos lentamente, aún con sus manos atadas por la espalda y cinta adhesiva en su boca para que no pudiera hablar, logro intentar convencer a su cerebro que era buen momento para caer dormida. Claro, aquel pequeño momento no duró mucho ya que rápidamente la levantaron de golpe haciendo que volviera a la realidad.
—¿Lista para hablar? —Zachary le preguntó quitando la cinta de su boca.
—No fue una pelea justa —ella se quejó bajando la cabeza—. Me inyectaste una porquería en el cuello.
—No va a matarte, si es lo que te preocupa —su padre habló—. Solamente era para canalizar tu fuerza, no tenía ánimos de pelear, hace mucho no tengo un combate.
Olivia levantó la cabeza nuevamente, topándose con los ojos esmeralda de su padre y una sonrisa en su rostro, de verdad que le gustaría poder quitársela de un solo golpe, pero se encontraba demasiado débil, sentía como en cualquier momento iba a caer al piso. Zachary le había inyectado un extraño líquido cuando entró de imprevisto a su departamento, si bien esto dio inicio a una pelea física, mediante los minutos pasaron ella comenzó a perder la fuerza dándole una clara ventaja a él, ahora se encontraba atada de manos en su propio departamento mientras su padre no la dejaba de ver con superioridad ¿Cómo se atrevía a buscarla? Ella había sido clara en no querer ningún contacto con él.
—Eres patético.
—Todo esto se hubiera evitado si fueras un poco más inteligente, no vas a lograr nada cerrándote con que me odias —Zachary levantó una ceja.
—Es triste que tengas que amarrarme y debilitarme para que hable contigo... realmente el padre del año —ella le dijo sarcástica.
