Capítulo 20

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Anie 'POV

Mi móvil volvio a vibrar, pero no contesté. Mi pecho empezó harder, la sensación de ahogo me invade y mis ojos se quedaron fijos en la puerta por donde el médico y Carolina se habian ido.

El rostro preocupado de Mora aparece en mi campo de visión. Parpadeo y la miro con confusión. Ésta chasque sus dedos en frente de mi rostro.

—¡Anie! ¡¿En qué estas pensando?! Amiga, tu mamá me acaba de llamar —me informa Mora.—me preguntó que donde estabamos porque de la escuela la llamaron para decirle que no habias estado en las tres últimas clases —pese a que sus palabras son importantes no las escuchó.— ¡Y que contestes el teléfono que te a estado marcando, pero parece que no lo oyes!.

—¡¿Ah?! ¡¿qué?! —le digo después de un rato de silencio.

Mora expulsa dramáticamente el aire y pone los ojos en blanco.

—Tenemos que llevarte a casa —dice.—¡ya! Tu mamá esta furiosa...

En este momento mi móvil suena, rápidamente lo saco del bolsillo de la chaqueta, era mamá.

—¡Contesta! —exclama Mora.

—No, no quiero —le digo negando con la cabeza. Sin embargo, Mora es más rápida y acepta la llamada. Le lanzo una mirada fulminante y ésta me alienta a que hable haciendome señas con la mano.

Niego.

—¿Mamá? —le digo llevandome el aparato al oído.

—¿Dónde estás? En el colegio me llamaron en medio de una reunión importante para decirme que te habías saltado las clases —me dice tan pronto como hablé. Su voz se escucha tan enojada como contraída. —¿qué es lo que te esta pasando Anie? Te repito, ¿dónde estás? Quiero que inmediatamente vayas a casa, tu y yo vamos a tener una conversación muy seria señorita.

Contraigo el rostro viendo exasperada a Mora. La peliroja me pregunta el gesto. Suspiro.

—Mamá es que no... —el altavoz me interrumpe. La voz que suena a través anuncia algo ininteligible.

—¿Ese es un hospital? ¡¿por qué estás en un hospital Anie?! ¡¿qué tienes?! ¡¿algo te pasó?! —me pregunta, exaltada. Alzando la voz.

Suspiro exasperada.

—No mamá, no me pasó nada, ¿vale?. Pero si aún... amigo mio, por eso estoy aquí. Por eso falté a las clases —me apresuro a explicarle.

Mamá no me responde enseguida.

—Hablamos en la casa —me dice.—y solo para recordarte que estas castigada, así que despidete de tu teléfono.

Cuelga. Guardo el móvil y suspiró y me rasco la cabeza.

—¿Y? ¿qué te dijo tu mamá? —me pregunta Mora, ansiosa.

Abro la boca para contestar pero el móvil de mi amiga suena. Al revisarlo, sus ojos se abren de par en par presos del terror.

—¡Es mamá! —exclama y se tapa la boca con una mano mientras contesta.

—¡Suerte! —le digo. Mi amiga me mira antes de darme la espalda, trata de sonreír pero sé que esta aterrada. Mora se aleja a grandes pasos.

Me siento en la fría banca y allí me quedó por mucho tiempo. Mirando a la nada. El semtimiento amargo no me abandona y no sé como procesarlo, no sé como sentirme. Este estado me recuerda los días en que estaba deprimida, pero ahora es mucho más intenso.

Suspiro y meto las manos en los bolsillos de la chaqueta, me recuesto en la silla y cierro los ojos. Deseo tanto poder ver a Richie, tocarlo, saber que esta bien.

Amor a Mil Por Hora [RESUBIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora