Together [Ladynoir].

Prólogo: «La luna y las estrellas, guardianas de un amor prohibido»

Era Martes, y como de costumbre, los héroes parisinos estaban patrullando la ciudad a las doce de la noche.

Aquel ambiente estaba tranquilo y la enmascarada de traje moteado tenía pintada una sonrisa en el rostro. Ésta se mecía con ayuda de su yo-yo entre los edificios de la Ciudad del Amor.

Las ráfagas de viento chocaban contra su cara y jugaban con sus azabaches cabellos.

Era raro ver al felino sentado, con la mirada en la nada, pues él acostumbraba a jugar en el aire junto con su amada. Algo no iba bien en su vida, lo sabía.

Ladybug torció la boca a un costado, estaba preocupada por su novio. Se acercó a él y se agachó para que sus rostros quedarán frente a frente. Al percatarse de que su Lady estaba a su lado, la volteó a ver, y ahí estaba ella, con una tímida sonrisa en el rostro. Vaya, cómo extrañaría esa bella sonrisa.

-¿Qué tienes, Gatito? -Preguntó ella, sin apartar la vista de aquellos ojos esmeraldas que tanto le gustaban.

-Nada, Mi Lady. -Mintió el rubio, desviando la mirada a algún otro lado menos a ella.

-Oh pero claro que tienes algo, sólo que no me lo quieres contar. ¿A caso ya no confías en mi? -La dama hizo un puchero y se cruzó de brazos. El minino rió.

-Claro que confió en ti Bugaboo.

-¿Entonces por qué no me dices que es lo que te pasa? -Interrumpió la joven. Tan solo deseaba ayudarlo ya que detestaba verlo triste.

-No es nada Ladybug. -Respondió más serio el rubio mientras se paraba y caminaba en dirección contraria.

-Anda, no te pongas de gruñón y dime. -Insistía. Al no recibir respuesta alguna, una idea llegó a su mente. Formó una sonrisa traviesa-. En vista de que el gatito no quiere decir nada... creo que recurriré a otro método. -La moteada corrió velozmente y se abalanzó sobre él. Entre risas, ésta comenzó a hacerle cosquillas al chico y le daba pequeños besitos en el rostro y el cuello.

-¡No, eso es trampa! -Gritó el rubio sin parar de reírse. Claramente formaban una linda y divertida pareja. Casi no tenían discusiones porque ambos ponían de su parte para arreglar de la mejor manera posible sus problemas, aparte, ninguno duraba tanto molesto.

-Ni modo, yo te lo... -La heroína fue callada por un beso por parte de su contrario. Cuidadosamente acarició la mejilla de su amado mientras que con la otra mano se sostenía para no caer.

-Te amo. Por favor jamás lo olvides. -Le susurró al oído. El dúo se levanto sujetado de la mano. Chat la estrechó contra sí mismo lo más fuerte que pudo y dijo-: Iré a vivir a Italia.

-¿Es una broma verdad? -Se separó bruscamente de él para mirarlo algo molesta. El negó con la cabeza-. No, no puedes irte. No puedes dejarme sola Chat Noir.

-Debo hacerlo por mi padre, Ladybug. Él... son cuestiones familiares. -Simplemente no podía confesarle a ella la verdadera razón por la que su padre lo mandaría a vivir allá. No le diría que mantiene un compromiso con alguien a quien ni siquiera conocía.

-Él no te puede obligar. Huyamos, no lo sé, pero quédate cerca mio por favor. -La lágrimas caían de los ojos de la chica sin cesar. Le dolía, le dolía en lo más profundo del alma la posibilidad de perder a quien más amaba.

-Lo lamento. Yo también quiero estar junto a ti, pero... no puedo. -Le costaba demasiado pronunciar esas palabras. Él sabía a la perfección que la manera de romper ese compromiso era manteniendo una relación con otra persona, y él tenía a la persona correcta a su lado pero... las identidades, era vital mantenerlas ocultas y no pensaba arriesgarse a las consecuencias que traería consigo la verdad. No arriesgaría a su Lady.

-Te lo ruego, huyamos de aquí. Olvidémonos de todo y de todos, pero no nos separe-...

-No. Tú tienes una vida por delante y no quiero que la pierdas por mi culpa. -Decía Chat Noir tratando de mantener la calma-. Te mereces estar a lado de tu familia y terminar tus estudios. Aparte costaría trabajo mantener ocultas nuestras identidades. No te sacrifiques por mi Ladybug. -Le pidió. Clavó sus orbes esmeraldas contra los zafiros de su contraria y apegó sus frentes mientras que con sus pulgares limpiaba las lágrimas de la azabache.

-¿Cuánto tiempo queda? -Preguntó rendida. Al menos tenía la esperanza de que el tiempo que le quedara junto al chico fuera bastante.

-Dos semanas. -Y con eso estaba deshecha, su corazón estaba partido en mil pedazos. Sentía que su mundo se le venía abajo al escuchar esas palabras.

-Me vale cuanto tardes pero te esperaré hasta el final, te lo juro por el amor que te tengo. -Le indicó decidida la joven, mordiendo su labio inferior. Se aferró a él y escondió su rostro como si fuese una niña pequeña buscando algo de protección. Por su parte, él correspondió el abrazo y soltaba lágrimas silenciosas pues no quería que su amante se percatase de lo mal que se encontraba. Él tenía que mantenerse fuerte... por ella.

Así fue como de pronto una noche hermosa se transformó en una de las más tristes para aquella pareja que tanto se amaba.

Desde ese momento la luna y las estrellas se convirtieron en testigos de aquel sufrimiento.

Ahora ellas se encargarían de acompañarlos en sus solitarias madrugadas de lamentos.

Llorarían junto a ellos, viendo quedarse en el olvido todas las promesas de amor eterno que una bella noche de verano esos héroes hicieron.

Pero no, no podían permitir que eso pasara. Ellas lucharían por mantener a salvo ese amor por el que aquellos humanos tanto lucharon. Estaba decidido, serían sus guardianas.

Hola gatit@s.♥

Pues este es un nuevo proyecto en el que estaré trabajando a partir del 16 o 17 de este mismo mes.

Espero que les guste y lo disfruten. Aquí pondré mucho esfuerzo y dedicación...

De paso, quería agradecerle a la talentosa -JAZVAL- por la maravillosa portada.

Voten ★ y Comenten.

L@s quiere,

Mariana García.