Capítulo dos: «Adiós»

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El tiempo transcurría demasiado rápido, y eso llenaba de temor a la –aún– joven heroína

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El tiempo transcurría demasiado rápido, y eso llenaba de temor a la –aún– joven heroína.

Era una noche en donde las gotas de agua caían del cielo para adornar las bellas calles parisinas. No tardaba en comenzar a llover fuerte.

Y aunque eso les encantara a los portadores de las joyas más poderosas porque podían sentirse libres brincando en los charcos, esa vez no sería lo mismo...

—¡Por favor quédate! —Gritó desesperada Ladybug, rompiendo el pacifico silencio en las calles.

—¿Que no lo entiendes? ¡No pienso quedarme, joder! —Gritó también Chat Noir, harto por la insistencia de su novia.

—¡Eres un maldito egoísta! Ni siquiera piensas en lo que yo siento, ¿sabes cuánta falta me harás? —Respondió entre dientes, con rabia.

El rubio bufó, ¿cómo se atrevía a decirle eso? Desde luego​ que ella le importaba, era el amor de su vida ¿por qué no iba a hacerlo?

—Si no te quedas... —Llevaban ya dos horas discutiendo, la chica estaba realmente mal. Trató de idear alguna cosa para convencerlo, fue ahí donde un anillo negro captó su atención—. Si no te quedas estoy dispuesta a quitarte tu miraculous Chat Noir.

—Te estás volviendo loca Ladybug, ¿te das cuenta de lo que podría ocurrir si haces eso? —Reclamó, tirando de su propio cabello, angustiado. A la chica le valió poco y, aunque sólo fuera para asustarlo, se abalanzó sobre él para quitarle la joya. Él rápidamente reaccionó y logró esquivarla, ella cayó.

—Por favor, por favor... ¿Qué voy a hacer sin ti? —Suplicaba tirada en el suelo, tapando su rostro con sus finas manos. Por su parte, el hombre trataba de mantenerse firme, no quería haber llegado a eso pero sólo le quedaba esa opción si quería irse—. Los dos viviremos me-...

—Yo no te amo. —Interrumpió. Su pecho ardía en llamas, era la mentira más grave que había dicho en toda su vida. Los ojos azules de la moteada se abrieron de par en par y comenzó a negar, tratando de creer que todo era una broma, una sucia y para nada divertida broma—. ¿Qué? ¿Jamás te preguntaste realmente por qué me iba?

Ella sólo sabía que dejaba el país por su padre, pero era cierto, jamás le dijo nada más al respecto. Se quedó callada y el gato rió.

—¿Lo ves? No eras la única chica. Me voy para casarme con otra mujer, una mujer a la cual adoro con todo el corazón. —Mintió. ¡Basta! Esas palabras se sentían como dagas clavadas en su pecho. Se merecía lo peor del mundo por hacerla sufrir así, no tenía perdón. El oji-esmeralda tragó en seco, aguantando el dolor.

—No, ¡no es cierto! Tú sólo estás inventando todo esto Chat Noir. Deja de hacerme este tipo de bromas porque no son para nada graciosas, señor. —Dijo, tratando de sonreír pero al ver que la fría mirada pesada del rubio no cambiaba, su dolido corazón empezó a palpitar con fuerza.

Together [Ladynoir].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora