Capítulo XI

57 8 7
                                    

"La Brigada de Investigación de la ciudad realizó un importante hallazgo el día de ayer al encontrar a un hombre que se presume habría sido secuestrado por los mismos autores del hecho ocurrido en el hospital militar...". En las noticias de la tele era lo único de lo que se hablaba, quizás no era para menos, ya que el anciano que encontramos podía ayudar a la investigación de la policía. Mi cabeza sólo podía pensar en eso, esperaba con ansias a que viniera Marcos a contarme los detalles del asunto.

Por lo que decían en televisión, este sujeto se encontraba en un estado muy grave de salud mental. Todavía no podía hablar ni comunicarse de ninguna otra manera y que seguramente se debía a algún tipo de trauma sufrido por su situación, no lo se en realidad, no se mucho sobre psicología.

...................................................................................

El día siguiente al hallazgo, Gustavo llegó por la tarde a casa con un cachorro. Dijo que era un perro en situación de calle que lo había seguido hasta su casa y que le daba mucha pena abandonarlo, pero su madre era alérgica a los animales, por lo que no podía quedárselo. Me pidió que lo tuviera hasta que pudiera encontrarle un hogar mejor. Yo no estaba muy convencido de la idea, era toda una responsabilidad, pero Gustavo había hecho mucho por mí estos últimos años y era lo menos que yo podía hacer por él. Además a la casa le venía bien algo de alegría, se vivía un ambiente tenso desde hace un par de días con Florencia; la notaba muy de mal humor y con pocas ganas de hablarme.

Rocky era un cachorro cruza, color gris con manchas negras y muy juguetón. Le puse ese nombre al perro por que me encantaba la película de Stallone.

Esa noche me quedé sólo después de mucho tiempo, así que aproveché para ver televisión por un rato, me había vuelto adicto desde que Gustavo me la regaló. Decidí tomar un baño y acostarme a ver alguna película que estuvieran pasando por cable.

Cuando entré al baño me llevé un pequeño susto al ver a esa horrible muñeca tirada allí dentro. Inmediatamente recordé lo que me había contado David durante la mañana. Me moría de ganas de tirarla a la basura, pero recordé lo que significaba para mi prima, así que había decidido que lo mejor era guardarla. La coloqué dentro de una valija que ella había traído de su casa y la puse arriba del placard.

Quise aprovechar el silencio de la noche para estudiar un poco. Rocky no dejaba que me concentre, mordía mis pies por debajo de la mesa. Al cabo de un rato se durmió, se quedó echado en la habitación de Florencia así que pude seguir leyendo con tranquilidad. 

Así seguí por un rato hasta que se hicieron las una de la madrugada. El silencio era tal que me llevé un susto enorme al escuchar el ladrido de Rocky. Por un momento pensé que estaba peleando con perros de mis vecinos, pero al cabo de un rato se empezó a poner muy inquieto.

Fui hasta la habitación de Florencia para ver que sucedía, y cuando entré vi que el perro estaba gruñendo en dirección a la valija donde había guardado la muñeca, por lo que decidí llevarlo hasta mi habitación y cerré la puerta del cuarto de mi prima.

Seguí leyendo un rato mas, ya eran las 2 de la mañana y tenía mucho sueño, pero estaba demasiado atrasado con la lectura así que seguí estudiando, bostezando de a ratos. Mi cuerpo se paralizó por completo cuando comencé a sentir unos ruidos que  provenían del dormitorio de mi prima, pero estos cesaron de inmediato, por lo que supuse que era mi imaginación que me estaba jugando una mala pasada por el cansancio.

Al cabo de un rato escuché claramente como el picaportes de la habitación de Florencia se movió, en ese mismo momento mi perro salió disparado hacia ese sitio, llorando y rasguñando la puerta, lo reté para que se calmara, lo llevé a mi habitación de nuevo y lo encerré. Sin dudas estaba comenzando a asustarme, pero sentía que si no le prestaba mucha atención no pasaría nada extraño.

La ReuniónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora