capitulo II

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Fueron varios los días en los que me sentí sumamente aterrado. Casi no pude dormir, me sentía indefenso. Sin lugar a dudas había cometido un grave error al adentrarme en aquel hospital. En ese momento no estaba seguro si aquello que viví fue una pesadilla o fue real.

No estoy loco, de eso estoy mas que seguro, se lo que vi, y lo que veo. Pensaba que ya era bastante malo el no poder dormir por las noches y escuchar ese inquietante ruido, pero para mi desgracia ese era solo el comienzo.

Lo que voy a contar es difícil de creer, hasta para mí, pero de alguna manera intentare relatar lo que me sucedió. Siempre fui escéptico pero, dado todos estos hechos, ya me lo he replanteado mil veces. Siempre pensé que cosas como éstas no sucedían de verdad, o le sucedían a gente con problemas emocionales, pero esta vez me estaba pasando a mi, quizá por entrometerme en lo que no debía.

Las noches que siguieron fueron una tortura para mi, ya que vivía solo y toda mi familia se encuentra en otra provincia. Vine aquí para estudiar, y eso es lo que menos he podido hacer este último mes. Maldigo el momento en el que me mude a este vecindario, aun teniendo la oportunidad de vivir en el centro de la ciudad. A los dos días de aquel incidente en el viejo hospital, sucedió algo terrible, que hasta el día de hoy no puedo quitar de mi cabeza.

Desperté de repente por la madrugada, al parecer había tenido uno de esos sueños en los que te despiertas agitado y muy angustiado. Mi habitación estaba oscura, la única luz que entraba era la de la ventana, tan tenue que apenas me permitía distinguir donde se encontraban mis muebles.

A los pocos minutos de despertar, cuando al fin había logrado tranquilizarme, sentí un golpe en seco muy fuerte en la ventana, que volvió a abrirme los ojos de par en par. Me encontraba sumamente nervioso, mi corazón latía fuerte, mi respiración era agitada, sabia que algo andaba mal, pero aun así, al encontrarme acostado de espalda a la ventana decidí cerrar los ojos. Fue entonces cuando sentí el segundo golpe, nuevamente abrí mis ojos exaltado y pude ver como una sombra atravesó toda mi habitación, como si algo hubiera pasado rápidamente afuera de mi ventana.

Tarde varios segundos en armarme de valor e incorporarme para ver que sucedía, me acerque lentamente hasta la ventana, miles de pensamientos pasaban por mi cabeza, pero aun así corrí las cortinas de un solo tirón. En ese momento sentí un tercer golpe, que me hizo retroceder repentinamente. No pude ver de donde provino, pero se sentía como si estuvieran arrojando algo hacia mi casa.

Preso del pánico, me asome nuevamente a la ventana, y fue entonces cuando lo vi. Una silueta de una persona de aproximadamente dos metros, similar a aquella que había visto en el viejo hospital, se encontraba parada debajo del árbol que esta en mi vereda, era sumamente espantosa y me tenia aterrorizado. No podía dejar de verla, sentía que si la perdía un segundo de vista, podía hacerme algo, a pesar de que se encontraba relativamente lejos de mi.

En un momento vi como dos destellos muy pequeños se encendieron, como si fueran sus ojos, y luego se apagaron justo cuando ese espectro se desvaneció. Yo permanecí agitado por un momento pero luego me venció el cansancio, así que decidí recostarme.

No me había podido dormir del todo, cuando escuche un susurro muy cerca de mi oído, que pronunciaba mi nombre. Entonces vi como esa misma silueta se encontraba parada en un rincón de mi habitación, con esas dos pequeñas luces que parecían sus ojos. Sentí un fuerte escalofrío recorrer todo mi cuerpo cuando pude notar que se desplazaba lentamente hasta los pies de mi cama, para luego sentarse a mi lado. Acerco uno de sus brazos hacia mis pies mientras lanzaba un quejido muy incomodo que me aterrorizo hasta el punto de helarme la sangre.

Me paré rápidamente y encendí la luz, en ese momento desapareció, y sentí un gran alivio cuando se fue. Por alguna razón sentía que no iba a volver. Encendí todas las luces de la casa porque pensé que eso me protegería de lo que fuera que haya sido esa cosa. Mire mi reloj y eran las 3:30 am, quizá me había despertado justo a las tres, tal y como lo había hecho las noches anteriores. De mas esta decir que no dormí en toda ha noche, y recién pude conciliar el sueño cuando se hizo de día.

Hasta esa noche me negaba a aceptar que algo andaba muy mal, que algo o alguien me seguía, pensaba que solo estaba paranoico pero, luego de esa experiencia, estaba mas que claro que algo andaba tras de mi. Yo era de los que no creía que cosas así pudieran suceder, pero como dicen, para todo hay una primera vez. Ahora si puedo dar fe, es real, y quiere algo de mi. No sabia con certeza de lo que había sido esa aparición. Pero estaba muy cerca de averiguarlo.

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