//Después de Elena// Damon Salvatore y tu// [ON HOLD]

Ibiza

(Narra Damon)
- Hace mucho calor- dijo mi esposa subiendo al  auto que había rentado. - ¿A dónde nos quedaremos?
- Sea paciente, Señora Salvatore - dije mientras nos ponía en marcha
- Me gusta como suena eso - dijo tomando su celular.
Conduje por la vía con vista al precioso mar. Sabía que a mi esposa le encantaba nadar, e Ibiza es la ciudad del pecado. El lugar perfecto para nuestra luna de miel.
- ¿Te gusta? - pregunté mientras conducía
- Es precioso cariño, muchas gracias por esto - apoyó su mejilla en mi hombro, después me dió un beso en la mejilla
- Te mereces esto y más preciosa - puso la radio y sonó una canción que yo conocía, así que comencé a cantar -
All alone I was a fever, a cold sweat high headed believer
- I threw my hands in the air and said show me something - mi esposa canto
-  If you dare come a little closer...
_________ continuó cantando mientras yo la tomaba de la mano libre que tenía, en eso, divisé la residencia que había comprado
- Ya llegamos - dije estacionándose y saliendo rápidamente para abrirle la puerta a mi esposa. Ella me sonrió agradecida y le ayudó a cargar sus valijas menos pesadas, mientras yo tomaba la demás y caminábamos al recinto. Una vez abrí la puerta y nos encamine dentro, la expresión de mi esposa no tuvo precio.

Lucia totalmente asombrada y feliz, lo cual me hizo sentir el hombre mas afortunado del mundo. Tal vez haya gastado mucho, pero su expresión  hacia valer la pena.
-Dejaré esto en la habitación, ¿porque no le hechas un vistazo a la casa , linda? - susurré plantándole un beso rápido en los labios.
Cuando regresé la encontré junto a la piscina, mirando el atardecer
- No puedo creer que estemos aquí - me miró
- ¿En Ibiza? - pregunté alzando una ceja
- No, en nuestra luna de miel - pasó sus brazos por mi cuello - Casados - dicho esto me dió un beso largo y apasionado, me obligué a acercarnos a el mueble que había en el living de la alberca, nuestros pechos unidos y su boca debajo de la mía mientras mis manos recorrían sus piernas ansiosamente. Mi sangre hervía bajo mi piel, y podía sentir que la de ella también.  - Damon...llevame dentro - susurró mirándome, decidida
En un gesto un poco cliché la cargué en mis brazos y la llevé escaleras arriba donde nuestro cuarto esperaba. Esa noche sería la primera vez que la pasaríamos como esposos humanos. Y moría por probarle que mi yo humano no es tan humano en la cama.
Con cuidado traté de tirarla en la cama, pero ella se dió la vuelta y me lanzó a ésta. La mire confundido, ya que nunca hace este tipo de cosas, tragó saliva u comenzó quitarse el vestido, el cual cayó a sus pies. Lucia fantástica en ese modelito rosado que de seguro traía desde la boda.
Me sonrió perversamente y llegó hasta mi, le pasé una mano por la cintura mientras mi esposa me desabotonaba la camisa, luego descendió hasta mi pantalón, se sentó sobre el notorio bulto de mi pantalón y la mire.