//Después de Elena// Damon Salvatore y tu// [ON HOLD]

Adiós Mystic Falls...

(Narra Damon) Cuando eres vampiro, se supone que nada puede dañarte, excepto claro, una estaca en el corazón o la verbena, o que te arranquen la cabeza obvio.Pero fuera de eso, no hay nada; si te apuñalan, sangras y te curas, no mueres, no envejeces, puedes o no sentir en absoluto, estas muerto, pero no del todo, yo lo estaba, hasta que la conocí,  solo ella fue capaz de hacer que mi corazón palpitara de nuevo. Ya no mas Damon el  monstruo, no mas Katherine, no mas el viejo Damon. 

Junto a ella era feliz, era divertido, era de nuevo yo. Pero la vida me la arrebato. Y no se si volveré a ser el mismo que era, cuando eres un vampiro nada puede dolerte. Y no se como, pero el dolor de no estar con ella me esta matando. Aveces en las noches me despierto con la esperanza de que ella esta junto a mi, con esa paz que solo ella tenia. Pienso que vamos de la mano caminando al bosque. O que vamos en el auto hablando mientras conduzco. Pero solo estoy yo. Y ya no se si puedo resistir. 

No voy a ser Stefan el llorón y me pondré a lamentarme por siempre, eso no es lo que ella hubiera querido, estoy seguro. Por eso, he decido mudarme a Los Ángeles, conseguí un muy buen trabajo como Director del Consejo Administrativo de una empresa de Abogados muy prestigiosa, tengo un apartamento enorme y lujoso. Me he mantenido gracias a los múltiples bancos de sangre y  de ves en cuando uno que otro pobre inocente que estaba el día equivocado a la hora inadecuada.

Sigo soltero, no he salido con ninguna persona desde Elena, no por que no la supere, simplemente no me ha llamado la atención hacerlo. 

(Narras tu)

*Suena el despertador*

-Demonios cállate- dije mientras intentaba apagarlo sin abrir los ojos, pero no pude.

Escuche unos pasos que venían directo hacia mi cuarto- Demonios, Andrea lo ha escuchado- pensé

En menos de un minuto ya estaba en la puerta mi  hermana mayor , Andrea, una morena muy desagradable, al menos para mi, popular desde los 3 años cuando gano un concurso de belleza en Wilmington, alta y  piel aceitunada. Somos totalmente distintas, creo que lo único que tenemos en común es el apellido, Alvarez . A diferencia mía, es muy linda y trabaja como modelo. Es cierto, nos parecemos físicamente, pero somos muy diferentes en carácter. 

- Apaga eso y despiértate, _________.

-Cierra el hocico ¿quieres?

- No, no quiero, vas a mover ese plano trasero y vas a levantarte, vas a salir a buscar un maldito trabajo y vas a conseguirlo. Por que si no, te regresare a la universidad hermanita

- Por el amor de Dios, ya voy. Cierra la puerta cuando salgas, que tengas buen viaje.-Dije sarcástica, con un bufido salio de mi cuarto y la oí maldecir en voz baja por el pasillo.

Me levante a regañadientes y me di una ducha, me sobresalte cuando cayo sobre mi el agua fría de la ducha, cuando termine de ducharme me vestí con unos jeans entubados negros, una blusa blanca de cuello con mangas tres cuartos, un saco que le robe a mi hermana y unos flats negros. Me fui al baño para maquillarme. Me mire en el espejo,  tenia el cabello un poco mas abajo de los hombros, lacio, castaño oscuro, ojos cafés y la piel aceitunada, unas partes mas claras que otras.  Mi cuerpo si había cambiado, ya no tenia la misma barriga de siempre, tenia el abdomen plano, el busto dejo de crecer debido a mis problemas alimenticios hace unos años, pero sigue estando bien para mi edad, mi trasero es de lo mas normal. Me hice una coleta, agarre mi bolso, mi curriculum  y me fui a la puerta. Justo antes de salir una voz chillona me dijo:

- Que tengas lindo dia Dulzura!!!- Me grito Andrea

- Adiós Andy- Le respondí con mal humor

- ¿No vas a comer algo?

- No tengo hambre gracias

- Tienes que desayunar

- No gracias, no tengo hambre

- No empieces con tus cosas de adolescente problemática, conmigo no funciona

- Cállate el hocico Andrea ¿quieres?, sabes por eso no tienes novio, ni amigas, ni nadie cerca mas que yo, por que no sabes cuando parar!!- le grite

Abrió la boca para contestar pero el sonido de el portazo que pegue cuando salí de la casa la silencio. Me disculparía pero odio pedir perdón. 

Este iba a ser un día muy largo.