8- I Love You

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Cuando las bombas explotaron las puertas del refugio comenzaron a ser golpeadas y se escuchaban garras al otro lado. Unos rugidos extraños también resonaban inundando de miedo el ambiente, nada más se podía oír. Esas cosas, lo que fueran, iban a entrar y nada las detendría, Valentine me puso detrás de ella, poco tiempo después pasó lo que tenía que pasar y las puertas cayeron, entraron, eran unos monstruos horribles, tres bestias que parecían acorazadas, medían cerca de tres metros con aspecto de un insecto, eran negros y tenían mandíbulas que se abrían hacia los lados, se podría decir que sus ojos eran lo más perturbador pues eran dos pequeñas esferas blancas (pequeñas a comparación de eso) eran rápidos, comenzaron a matar a todos los refugiados, las colas tenían lo que parecían ser garras en forma de herradura, eran unas completas máquinas de matar. Valentine reaccionó más rápido que yo y sacó sus garras para hacerles frente, yo intenté poner a Tyler a salvo, de verdad que lo intenté pero... Esas cosas eran muy fuertes, por más que las contuve terminaron por alcanzarlo y partirlo a la mitad.

Días después las personas que logramos salvar empezaron a morir por los efectos de la radiación, pero Valentine y yo parecíamos tener cierta inmunidad gracias a nuestras mutaciones, el mundo parecía muerto, las casas que no estaban destruidas estaban a punto de caer, nada crecía en la tierra, Valentine y yo sobrevivimos al buscar comida y agua en los refugios que encontrábamos, teníamos más que de sobra, yo estaba sentada en un porche (solo era el porche) estaba en una silla de madera tallada a mano, pero me Asusté al sentir unas garras en mi cara, pasaban despacio, casi como una caricia, el miedo me invadió por completo, y un nudo se formó en mi garganta pero aún así intenté llamar a Valentine

–Valen...tine– dije con menos que un hilo de voz

–¿Sí pequeña?– dijo la voz de Valentine desde donde venían las garras, me giré y la vi con sus garras saludandome

–Eres una tonta– dije aún con dificultad y le di un pequeño golpe, ella me abrazó guardando sus garras 

–¿Te enojaste?

–No– dije con normalidad

–¿Por qué te enojaste? Era solo una broma  –  su voz sonaba cariñosa y algo burlona a la vez

–Casi me matas del susto

–Creí que no te habías enojado

–No me enojé

–¿Entonces me das un beso?– me reí un poco antes de contestar

–Todos los que quieras– dije y nos besamos, como todos sus besos, era único.

Los siguientes meses se pasaron algo aburridos, de vez en cuando Valentine y yo jugábamos a imaginar que eramos las dueñas de todo aquello. Pero un día de tantos Valentine se quedó a dormir todo el día en el refugio que habíamos tomado por hogar, yo salí a buscar cosas para el refugio, necesitábamos más cobijas pues Valentine había tenido unas pesadillas y las había desgarrado, cuando llegué era de noche y había varias velas aromáticas rojas, era todo maravilloso, incluso había shakiras colgadas de un hilo, estaba entre maravillada y extrañada con todo eso, de pronto Valentine me abrazó desde atrás pasando sus manos por debajo de mi blusa y acariciando mi abdomen, me pegó más a ella y yo no opuse ninguna resistencia, empezó a besar mi cuello de arriba abajo, yo hice de lado mi cabeza para facilitarle el trabajo

–Arely– susurró y mordisqueo mi oído, me di la vuelta y descubrí a una Valentine desnuda que me miraba con amor, pasión y deseo, me acarició la mejilla y me besó, con cuidado fue quitando cada prenda que poseía. Una vez lo logró me acostó con suavidad en la cama

–Si quieres puedo parar– dijo Valentine

–¿Por qué querría que lo hicieses?– respondí y la volví a besar, ella pasó sus dedos por mi cabello y comenzó a acariciarme, pronto sentí su lengua en contacto con la mía, pasé mis manos hasta su cadera, de pronto sentí como su mano bajó hasta mi vulva y empezó a hacer círculos con los dedos, yo estaba más roja que nada, ella repitió mi nombre en mi oído haciendo que me mojara totalmente y ella pareció notarlo

–¿Te gusta?–preguntó, ahora yo la toqué

–¿Y a ti?– más roja no podía estar al ver como  Valentine se estremecía, ella besó mi cuello y lo mordisqueó mientras me seguía masturbando, me puse arriba de ella como pude

–Y ahora que estás al mando ¿que harás?– no se me ocurrió nada más que besar y chupar sus pechos, ella tomó mi cabeza y la pegó más- ¿nada más?- dijo casi burlándose
-¿sugieres algo?- ella sonrió y bajó para besar mis otros labios, los lamía y mordisqueaba haciéndome sentir el mayor placer de todos, pasó unos minutos más así, luego se puso en posición para una tijera y yo tenía una idea de como pero me sentía insegura

–Val... Yo no...

–Tranquila, yo te enseño– dijo con una bella sonrisa y comenzó a mover sus caderas y yo tan solo seguí mis instintos y también me moví, en esa posición tuve mi primer orgasmo.

Ahora estaba acostada en el regazo de Valentine, mi corazón palpitaba aceleradamente por lo pasado y porque ahora sentía que amaba a Valentine incluso más que antes, la abracé tan fuerte... La abracé como si al soltarla la fueran a arrebatar de mi lado

–¿Cómo te sientes pequeña?– dijo  ella

–De maravilla no, lo que sigue Vali

–Ese apodo es nuevo

–¿No te gusta?

–Valentine, Val, Vali, Vi, como sea, igual te amo

–¿Y yo seré tu pequeña?

– Por siempre y para siempre señorita Amsel 

– Es una pena que no podamos tener hijos– Valentine me abrazó y besó mi frente 

–Yo solo te necesito a ti– y nos besamos hasta quedarnos dormidas, en mi opinión es de las mejores sensaciones de todas.

A la mañana siguiente Valentine y yo paseabamos tomadas de las manos por ese apocalíptico paisaje, pero lo que vimos... Más bien lo que nos vio y luego me apuntó con un arma nos dejo por completo impactadas.

Dangerous Love (yuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora