Capítulo 3

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Las primeras semanas fueron relativamente normales. Los síntomas de Yuu, si bien, sí que eran notables, no eran tan extremos. Lo único que a veces le molestaba a Yuu, era el pecho que le ardía un poco.

Afortunadamente ambos esposos ya tenían su experiencia. El embarazo con Michi fue muy tranquilo, solo en los últimos meses hubo algo de conflicto debido a que cualquier pequeña cosa que sucedía acudían al médico o sentían que a Yuu se le había roto la fuente.

Por otro lado, a pesar de que Yuu aún no parecía encontrarse embarazado, a veces decía que se encontraba gordo y Mika se encargaba de hacerle ver lo perfecto que le parecía.

La única desventaja es que Yuu ya se encontraba un poco más sentimental y a Mika no le gustaban sus momentos de celos o de rebajarse a sí mismo, porque para él Yuu era una maravilla de persona.

El niño en muchas ocasiones se dio cuenta de que algo sucedía, ya que Yuu a veces se quejaba de dolores en el pecho o comentaba que la comida a veces le provocaba náuseas, y sus padres siempre le decían que no era nada e incluso se reían de sus reacciones protectoras, por lo que Michi se encontraba un poco confundido.

Había algo que ambos padres adoraban de su niño, y les enternecía de sobremanera, y eso no era nada más que los regaños de su hijo, quien siempre se molestaba cuando notaba que Yuu comía cosas extrañas o incluso se pasaba comidas. A veces comía de más o hacía berrinches por desear comer dulces incluso en la mañana o al anochecer.

Por otro lado, cada noche Mika pedía a su esposo que dejara su trabajo. Sabía que Yuu era muy independiente, sin embargo sentía que el mismo se encontraba muy cargado de actividades, yendo a trabajar y cuidando de su retoñito. Al final, era el de ojos verdes quien llevaba y recogía a Michi del colegio, así como también era quien se encargaba de limpiar y cocinar todos los días.

Ciertamente, Mika intentaba ayudar no haciendo desorden y de vez en cuando cocinaba por sí mismo, pero eran pocas las ocasiones debido a que, en primer lugar salía mucho más tarde, y en segundo lugar incluso los sábados trabajaba, pero aquello estaba bien, ya que buscaba un ascenso y estaba a punto de conseguirlo.

Claro que, Yuu siempre negaba a su petición sobre su empleo, pidiéndole a Mika que dejara de hablar sobre eso. Le gustaba su trabajo independiente en un consultorio que rentaba para dar terapias psicológicas.

Debido a que ni siquiera Michi sabía sobre el embarazo de su papi, ambos decidieron organizar una comida donde la familia de ambos acudiría y allí sorprenderían a su pequeño hijo. Yuu se encontraba cocinando con fervor, mientras tarareaba canciones al azar, y su esposo barría la casa al mismo tiempo que le pedía a Michirou hiciera un par de cositas como limpiar mesas o llevar trastos de aquí hacia allá.

El pequeño azabache le preguntó a sus padres la razón de que hubiesen hecho aseo general, y de que el azabache mayor se encontrara cocinando como si fuese a organizar un banquete.

Ambos mencionaron que se trataba de una sorpresa, a lo que el pequeño intentó adivinar, pidiendo y casi rogando que le contaran de qué se trataba dicho secreto. Ciertamente, que a un niño le dijeran que había algo que estaban escondiendo, solo traía por consecuencia la curiosidad del infante, así que intentaron distraerlo con otras actividades o simplemente cambiando de tema.

Cuando acomodaron la comida y los utensilios para degustar los alimentos en la mesa, llegaron poco después los padres de Mika, Krul y Urd, y en seguida llegaron Shinya junto con Guren. A los pocos minutos, también hicieron acto de presencia Ferid junto con su novio, Crowley.

La reunión se dio tranquila, había risas y bromas, recuerdos bochornosos y un pequeño azabache aburrido escuchando pláticas de adultos sin prestar la mínima atención a ellas.

¡Quiero un hermanito! #AwardsNoSeraphDonde viven las historias. Descúbrelo ahora