Fumie había estado en la cocina haciendo la merienda, mientras hablaba animadamente con Yūichirō. De pronto, el azabache comenzó a experimentar sensaciones extrañar provenir de su vientre, pero no le tomó mucha importancia, de seguro se trataba de que estaba cerca el nacimiento.
Luego de un rato, ignorando su malestar, empezó a transpirar mientras sentía cómo sus piernas se empezaban a empapar, así que entró en pánico.
—¡Oh por Dios, Fumie, llama a Mikaela!—Gritó respirando profundamente, abanicando su rostro mientras intentaba no pujar.
La chica al notar el líquido en el suelo, inmediatamente entró en pánico a la par del azabache, pero tomó su teléfono y llamó a Mikaela.
—¿Hola?—respondió este enseguida, parando por un momento sus actividades.
—¡Mika-san, a Yuu-san se le rompió la fuente!
—¿¡Qué!? ¡Voy en seguida, no tardo nada!
Fumie no respondió más, y en seguida llevó a Yuu al sofá pidiéndole que intentara regular su respiración, por lo tanto mientas el moreno respiraba fuertemente, ella rápido fue a la habitación del bebé por una maleta ya hecha por Yuu donde había un par de prendas para su bebé así como documentos y otros objetos más para no ir a las carreras al hospital. Algo bueno dado a que eran dos bebés aunque solo Mikaela lo sabía, y también el tiempo que se dio Yuu para hacerla fue afortunado debido a lo que acontecía en ese momento.
Mika por su parte pidió el día explicando lo que sucedía, le informaron que estaba bien y manejó a toda velocidad a su casa, rezando porque ningún tránsito lo detuviera.
En cuanto estuvo en casa, abrió la puerta y entró apresuroso a su hogar.
—¡Mika!
—¡Yuu-chan!
Se quedó un momento estático, como si de repente toda su mente se quedara sin saber qué hacer, observando a Yuu con cierto terror de que cualquier cosa mala pudiera suceder.
—¡Mikaela, estoy a punto de parir y te quedas allí, ven y corre idiota!
El rubio en seguida reaccionó cargando a Yuu hasta el carro lo más rápido que sus nervios le permitían.
—¡La maleta! —Salió Fumie entregándosela al rubio.
—¡Gracias Fumie!
No hubo tiempo de decir algo más al respecto y ambos padres emprendieron su viaje al hospital sintiéndolo eterno. Por una parte, Yuu resoplaba ruidosamente y su piel se encontraba totalmente húmeda de sudor, incluso a veces gruñía o gritaba dependiendo de la velocidad y vueltas rápidas que Mika iba pasando conforme el camino.
—Lo lamento, Yuu-chan —dijo Mika de repente.
—¿Por qué te disculpas de repente? —se extrañó Yuu jadeante.
—Son dos.
—¿Qué?
—Son dos bebés.
—¿¡Qué!? ¡Si serás idiota!
El zapato de Yuu estrelló contra la cabeza de Mikaela, quien no hizo caso al dolor sintiendo que los nervios iban a acabar con él.
Llegaron al fin al hospital, mientras Mika gritaba por que le atendieran. Al ver el estado de Yuu, en seguida corrieron y lo llevaron a quirófano para iniciar la operación.
—Lo siento, no puede entrar en este momento.
—Un bebé tiene atado el cordón umbilical en su cuello, necesitaremos hacer una cesárea—escuchó Mika, preocupándose y queriendo entrar pero las enfermeras le empujaban.
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¡Quiero un hermanito! #AwardsNoSeraph
Fanfiction-Siempre dicen lo mismo. -Pero no nos das tiempo. Las pastillas anticonceptivas a veces no son funcionales. O quizás es que no son pastillas anticonceptivas, después de todo. Advertencia: Fanfic con temática yaoi/gay/homosexual/BL los personajes no...