❤️Las batallas cambian a las personas, las hacen ver el mundo de manera diferente... Para nuestra querida Princesa de la Luna no sera fácil, pero hay que crecer, madurar y tomar riesgos... Llego la hora de escuchar al corazón, aunque eso signifique...
Habían pasado seis meses luego de la batalla con Sailor Galaxia y la paz había regresado a Tokio, dentro de poco las Starlights junto con la princesa Kakyu volverían a Kinmoku a comenzar de nuevo, pero por muy grato que esto sonara, había cierta estrella que no estaba feliz de partir.
––¡Oye, bombón! ––un tanto afligido llamó Seiya la atención de Serena ––. De verdad lamento lo ocurrido en la escuela hace unos días.
La forma en la que suspiraba denotaba la culpa que lo abrumaba y de inmediato comenzó a recordar lo ocurrido aquel día.
––¡Seiya! ––exclamó con la alegría que la caracterizaba––. ¿Qué te pasa? Últimamente estas muy aprensivo y distraído, tanto así que no he podido volver a ver tu hermosa sonrisa. Hemos estado saliendo, Haruka y las chicas ya no están molestas contigo y la pasamos muy bien, ¿qué ocurre? Si no sonríes siento que algo me falta ––concluyó Serena cambiando su sonrojo por una mueca triste mientras estaba junto a Seiya en el techo de la escuela viendo la tarde caer.
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––No pasa nada... es sólo que ––suspiró, últimamente los suspiros se habían apoderado de él––. Es el cambio, supongo, no te preocupes.
––¡Seiya Kou! Una vez me prometiste jamás ocultarme algo, sin importar lo que fuese ––sujetó su rostro para que la viera a los ojos––. Quiero que me lo digas y no nos iremos de aquí hasta que lo hagas.
Un silencio entre ambos se hizo presente. Viendo a su bombón a los ojos, Seiya se debatía si decirle o no, pero al ver esos hermosos ojos tan llenos de dulzura, preocupación e inocencia, sabía que resistirse no serviría de nada.
––Bombón, ¿por qué siempre estás conmigo en vez de estar con Chiba?
––Eh... Seiya yo... eh... ––la pregunta la tomó por sorpresa. Habría esperado cualquier cosa, menos eso, ellos evitaban hablar de él.
––¿Si te digo lo que ocurre, prometes responder con el corazón?
Por un segundo meditó esa respuesta, pero entre ellos la honestidad era natural y con su pronta partida mentir no parecía justo.
––Lo prometo.
––Bien –respiró profundo––. Estoy triste, no quiero volver a Kinmoku, ¿acaso no es obvio? ––contrajo el entrecejo––. Serena, yo te amo y no acepto que me digas que es imposible algo entre los dos por tu supuesto futuro. Sabes, el futuro, eso que llamas tu destino, eso no está escrito en piedra ––dijo irritado––. La vida está en constante cambio y tú misma lo sabes.
––Seiya...
Pero él no se dejó interrumpir.
––No bombón, escucha. Serás la Neo Reina del siglo XXX, pero no tienes ni idea de cómo llegaste allí y todo el mundo te dice que no puedes hacer nada, solo puedes esperar a que ese futuro llegue ––alzó la voz––. ¡Ah, pero Chiba es doctor! Tus guardianas ya tienen planes y están corriendo para ir a la universidad, viajar y miles de cosas más, están preocupadas por qué será de ellas, ¿y tú qué? ––su mandíbula se tensó––. Tú permaneces sentada esperando que el siglo XXX llegue.