––Claro, el domingo te puedes quedar conmigo ¿Quieres que invite a las chicas?
––No, Mina ––respondió al otro lado del teléfono––. Solo seremos tú y yo, mañana saldremos con ellas durante el día, pero luego me voy contigo. Por favor, no digas nada.
––De acuerdo.
––Hay algo más, ¿puedes decirle a Artemis que nos de privacidad? Pero que no diga nada al respecto.
––Eh... sí, sí, está bien.
––Ay, gracias. Te quiero, Mina ––le envió besos a través de la bocina.
––También yo te quiero, Serena.
La llamada finalizó y Mina no pudo evitar preguntarse a sí misma qué era lo que le estaba pasando a su amiga y por qué tanto misterio y secreto con el resto de las chicas, pero tampoco invirtió su tiempo pensando mil cosas que probablemente no le darían la respuesta correcta, así que decidió que algunas horas de incertidumbre no le harían daño y además quizás ella también podría compartir algunas cosas que rondaban en su cabeza.
***
A la mañana siguiente, extrañamente Serena despertó temprano, los nervios por el día que la esperaba no la habían dejado dormir y apenas el sol iluminó su habitación, salió de la cama. Su madre, Ikuko, sin objeción alguna le dió permiso para quedarse con Mina e incluso le preparó comida para llevar porque no quería que sus niñas pasarán todo el día comiendo chatarra.
Ya que Serena no quería pasar todo el día con un pesado bolso lleno de comida, en parte porque sabía que luego esa deliciosa comida no llegaría a ningún lado, pensó en dejarla en la casa y pasar por ella luego, pero como sería un tedioso recorrido lleno de tantas escalas, le escribió a Seiya preguntando si podía pasar a buscarla en su casa al final del día.buen día, hermoso bombón. Claro, te buscaría hasta en el fin del universo. Disfruta el paseo.
Ella lo había despertado demasiado temprano y aún así él no omitía su cariño y gentileza, definitivamente Seiya sabía cómo hacerse un lugar en su corazón.
––¡Oh, Serena, ya basta! ––se dijo asimisma y sacudió su cabeza.
El dilema de su corazón la estaba enloqueciendo un poco. Ella entendía que era normal tener dudas y sentir cosas por dos chicos o hasta por más de uno a la vez, así eran las chicas, así eran ella y Mina, unas enamoradas de primera... pero al no ser como cualquier chica, su dilema era un gran peso que atormentaba su conciencia.
Sus ánimos no eran los mejores al salir de casa y tendría poco tiempo para cambiarlos antes de ver a sus amigas. Se colocó los audífonos mientras iba en el autobús, la música la ayudaría a aislar sus pensamientos. Por todo el camino iba cantando y poco a poco sus ánimos se elevaron.––¡Serena! ––dijeron todas las chicas al verla entrar en la cafetería.
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Siguiendo al Corazón, Cambiando el Destino.
Fanfiction❤️Las batallas cambian a las personas, las hacen ver el mundo de manera diferente... Para nuestra querida Princesa de la Luna no sera fácil, pero hay que crecer, madurar y tomar riesgos... Llego la hora de escuchar al corazón, aunque eso signifique...