❤️Las batallas cambian a las personas, las hacen ver el mundo de manera diferente... Para nuestra querida Princesa de la Luna no sera fácil, pero hay que crecer, madurar y tomar riesgos... Llego la hora de escuchar al corazón, aunque eso signifique...
En el reproductor de música sonaba la canción de cumpleaños feliz y las voces de todos los invitados acompañaban la tonada. Lita se encargó de hacer el hermoso pastel de fresas con chocolates para la celebración y mientras Serena apagaba las velas, su mente se concentró en un único deseo, tener la fuerza suficiente para enfrentarse a todo lo nuevo que se le avecinaba y la bendición del cielo, la luna y las estrellas para salir adelante con éxito.
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-¡Oh, mi dulce niña! Ya son 17 años, todavía recuerdo como si hubiese sido ayer el instante en el que tuve entre mis brazos. Eras la bebita más hermosa, alegre y sonriente que había visto --y entre sollozos Kenji agregó--. Ahora eres toda una señorita a punto de abrir las alas y volar lejos de casa.
--Amor, de jóvenes también vivimos nuestras aventuras. Serena es más madura que nosotros a esa edad, estará bien.
--Ella siempre será mi niña, aunque ya no sea tan pequeña o sea una anciana.
--Papá, dudo que cuando yo sea anciana ustedes sigan en este mundo.
--¡Oh, Dios! Siento como mi corazón se rompe en pedazos --cayó de golpe en la silla y se soltó a llorar.
Serena lo abrazó muy fuerte para consolarlo, ella había intentado bromear porque no quería terminar llorando tanto o más que él, aunque igual se puso a llorar. Ikuko no quería que la reunión terminara de esa manera, así que le sugirió a su hija que abriera los regalos para que se distrajera y tomó a su esposo de las manos para llevárselo a la cocina hasta que se calmara. El primer regalo que Serena abrió fue el de sus padres, ellos le obsequiaron una hermosa maleta rosa con estampados de lunas negras y conejos blancos. El siguiente presente fue el de Sammy quien había mandado a decorar un portarretrato en el que colocó una foto de la familia reunida en Navidad, él esperaba que con eso ella siempre los tuviera presente y recordara regresar cuando estuviese lista.
--No puedo creer que tú seas mi insoportable hermanito de siempre --dijo Serena con una sonrisa y algunas lágrimas.
--Siempre serás unas tonta... pero no quisiera tener a otra tonta hermana que no fueses tú --él quería hacerse el duro, pero también sucumbió a las lágrimas. Ella era su hermana y la quería sin importar que tantas diferencias tuviesen.
Lita no iba a resistir por más tiempo aquel ambiente tan aguado, así que puso algo más animado en la radio y le acercó a Serena otro regalo para que siguiera abriéndolos.
--Este es mío, lo hice con mucho cariño, en serio espero que te guste y que les sirva a ambas --le guiñó el ojo a Mina.
En el interior de la bolsa esmeralda había una libreta hecha por ella misma con un sinfín de recetas caseras muy prácticas para cualquier ocasión y que se podían realizar sin ingredientes elaborados.
--¡Me encanta, me encanta, me encanta! --brincó a sus brazos y le dio un beso en la mejilla.
--Sé que son un desastre en la cocina y como no puedo acompañarles, podré dormir de noche al saber que sobrevivirían con esto.