16.- Eso que llamamos soledad.

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Sheba y Solomon hablaban con los doctores, mientras Judar se revolvía el cabello, y hablaba con Aladdin sentado en la cama.

—no te podrás ir hoy enano... ¿los gastos?

—te dije que no los lleve yo...

—¿quién entonces?

—una compañera de mi trabajo... fue la casi víctima de Aladdin. —kougyoku venia con un vaso de café en las manos; Judar la observo un momento y suspiro.

—los dos me volverán loco... y ahora mamá cree que eres algo mío... no puedo explicar... —miro con odio a Aladdin.— no quise meterte en problemas...

—no importa... esta bien —le sonrió, y le entrego el vaso de café a Judar, que la miro algo descocolado pero acepto el vaso.

—¡son tan lindos! ¡te has encontrado a una buena mujer querido mío! —le dijo Sheba acercándose a kougyoku, tomándola por sorpresa, esta se sonrojo y se acerco nuevamente a Judal.

Aladdin comenzó a reír en burla, una vez mas desde la cama; el simple hecho de exponer tanto a su hermano, lo divertía a montones.

—espero cuides mucho a mi hijo mayor... no quiero tener que buscarte, si le haces daño —le sonrió Sheba, mientras Solomon camino tras ella.

Kougyoku ya no sabia como reaccionar a todo esto, se sujeto de la mano de Judar y le sonrió.

—si, señora... lo cuidare mucho...

—bien, nosotros nos vamos... vendremos con Aladdin en dos días.

—aun así te vendremos a ver antes, bebe —le dijo Sheba con una sonrisa antes de irse.

—queremos ver a Hakuryuu también —dijo Solomon, antes de despedirse.

.-.-.-.-.-.-.

Kougyoku:

—rayos olvide decirle... que eres prima de Hakuryuu... —Judar se sujetaba la cabeza mientras iba sentando en un lujoso tren, seguramente primera clase, junto a él, kougyoku.— iremos por el auto, luego a casa...

—no creo que sea tan importante eso... digo lo de decir que somos primos... —comento una tímida kougyoku.

—ahora estas tímida... —dijo un Judar enfadado.

—¿cuánto tiempo tardaremos? —fijo su mirada en el, ella iba en la ventana, por seguridad.

—no lo sé... unas tres horas quizás... llegaste lejos esa ves... así que duerme

el tren partió, y ya habiendo pasado un rato del viaje, mirando el hermoso paisaje que la rodeaba, no podía dormir. Todo era tan nuevo, tan lindo, en el día de hoy andaba particularmente sensible a las emociones.

—Judar...

—¿qué quieres? —dijo sin tacto

kougyoku lo miro, expectante. No esperaba una respuesta en si, solo... quería llamar su atención. No quería permanecer en silencio, pero podía notar que su compañero a su lado, si. Después de todo lo expuesto que había estado no quería, o al menos eso parecía. Seguir exponiéndose.

Luego de haber pasado un tiempo en silencio, Judal se movió, su celular había vibrado dentro de su abrigo, lo saco, miro el mensaje, haciendo un pequeño gruñido de desagrado, para luego volver a guardarlo rápidamente.

—vieja bruja...

Kougyoku lo miro, no era como si de verdad le gustara que a llamara así, pero sabia que se refería a ella.

Huyendo del destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora