¡Carolina, todo esto es culpa tuya! - chilló Vicky, colgada del otro lado del aro de básquetbol. Su grito resonó, haciendo eco por todo el gimnasio, indicando la soledad de éste. Igualmente, no duró mucho.
- ¿¡Qué hice yo ahora!? ¡En todo caso fue tu culpa! - contestó la acusada a la defensiva, y así se generó la decimocuarta pelea del día. Entre tanto, July y yo tratábamos de encontrar la manera de desatar los nudos para poder bajar del aro sin caer y terminar hechas papaya.
- ¡Virginia Villar dejá de empujarme! - continuaba la discusión.
-¡No, Caro, sos vos la que no se queda quieta! ¡Callate un poco que no me dejás pensar! ¿Qué decías de la cuerda July?
Caro me miró haciendo una cara de póquer inmensa, aunque al final terminamos riendo. Pero la pelea no terminó ahí mis amigos.
- ¡A ver Vicky, yo también quiero ayudar! - reclamó
-¡No, Carolina! ¡Ya lo arruinaste bastante! ¡Quedate quieta! - chilló nuevamente, golpeando a Caro en la pierna, lo que generó una patada hacia July, y de ella, rebotó hacia mí, que ya tenía mi cuerda desatada por completo. Caí, rodé, y quedé como una papaya.
- Au - murmuré, aproximadamente dos metros más abajo.
- ¡Manu! - oí a July gritar - ¿¡Estás bien!?
- ¡No, si se cayó de cien metros de altura y le pareció como un masaje! ¡Obvio que le dolió! - enfatizó irónica Vicky.
- Bueno, perdoname por preocuparme por mi amiga.
- Por lo menos ella no la tiró al suelo como otras...
- ¡Vos callate que esto fue culpa tuya de nuevo!
- ¡Agh! ¡Cállense pedorras! - gritó July exasperada.
- Me importa un comino de quién fue la culpa. Y si tanto insisten hay que empezar la historia desde cero - protesté.
- Estoy de acuero - me apoyó Vicky, con una sonrisa y su mano levantada en forma de voto.
Ok. Todo comenzó cuando...
- ¡La nación del fuego atacó! - interrumpió Caro.
- Vicky - dije firmemente.
- ¿Sí?
- ¡Pateala!
- ¡Genial! * Agregar tres chasquidos de dedos*
-Y mientras te ocupás de eso...Todo comenzó cuando...
ESTÁS LEYENDO
Las hijas perdidas
Fanfiction¡Carolina, todo esto es culpa tuya! - chilló Vicky, colgada del otro lado del aro de básquetbol. Su grito resonó, haciendo eco por todo el gimnasio, indicando la soledad de éste. Igualmente, no duró mucho. - ¿¡Qué hice yo ahora!? ¡En todo caso fue t...