3:El tour guiado

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Vicky

[-Vicky...dale...¡VICKY!
-Ay Carolina, ¿podés no hacer tanto escándalo?
- Es tu turno darling.
- Bue...ya va.]

Me llamó la atención el combate con espadas.

[-¿Sólo eso?
-Bach July, es lo mismo.
-No, no lo es.
-¡Esperen! Todavía nos falta contar nuestra reacción.
-es verdad, Vicky contala.]

Bueno, nos quedamos cuando Leo dijo que éramos semidiosas:

-¡¿QUÉ?!- dijimos al unísono.

-¡NO PUEDE SER! ¡¡Que cool!! ¡¡Estamos en el Campamento Mestizo!!- gritó emocionada Caro por semejante hazaña.

-¡TEAM PERCY!- gritó July.

-¡GENIAL!- agregó Manu.

-mmh... cosas de todos los días- dije de manera súper cool.
[-¡MENTIRAAA, CASI TE DESMAYASTE DE LA EMOC-!
-¡CALLATE CAROLINA QUE LA QUE RELATA SOY YO!]

Básicamente esa fue nuestra reacción, con un poco de abrazos de Caro hacia Leo, Manu preguntando sobre el campamento y cosas de ese estilo, y July buscando a Percy. Después de eso, Leo raramente no preguntó por nuestras reacciones [-probablemente porque sabe que todas amamos a Leo.], se fueron a hablar con Quirón y dijeron que podíamos dar una vuelta.

Siguiendo con lo que decía antes, varias cosas me llamaron la atención, en especial el combate con espadas. En el campo iluminado por los dorados rayos del sol peleaban los jóvenes; algunos más entrenados que otros, pero todos ciertamente con su mayor esfuerzo. Sobresalía una chica de mediana estatura, con el pelo marrón y ondulado, complexión algo robusta y poderosa y una divina bandana roja. ¡De veras que me gustó esa bandana!

[- DATTEBAYO
-A ver, bajemos el Naruto.
-Sorry.]

Peleaba con una espada basta normalita, en términos de aspecto; no sé tan cual filosa estaría. De longitud mediana, empuñadura de cuero y hoja plateada, que reflejaba cual espejo recién limpiado. Movía sus brazos ágilmente y bloqueaba todos los ataques de su enemigo, con tiempo de sobra para contraatacar. Si no fuera por el hecho de que estaban practicando, la chica ya habría convertido a su oponente en picadillo.

-¡Clarisse!- alguien a la distancia gritó su nombre, y la chica se distrajo, dándole oportunidad a su contrincante para atacar, lo cual hizo, con una sonrisa de costado en tono burlón.

Clarisse se sacó al chico de encima con un rudo y amplio movimiento de su espada, que casi aniquila a su pobre oponente; pero no pareció importarle; se dio vuelta y comenzó a caminar de lo más tranquila en dirección al que la había llamado, dejando al otro chico protestando.

-¡Ey, que casi me sacás la cabeza!- dijo, bajando su cabeza y caminado hacia adelante, que por casualidad era donde estábamos nosotras. El chico, pobre torpe, siguió caminando con la cabeza baja en nuestra dirección y casi se golpea contra Carolina, pero ésta ágilmente se movió para el costado, y Julia que estaba atrás, váyase a saber en qué planeta, se golpeó con el chico.

Julia levantó la mirada, y pude jurar que sus ojos se encendieron por una milésima de segundo, pero avergonzada volvió a bajar la cabeza mientras el chico se disculpaba y seguía su camino.

En ese tiempo, naturalmente, inspeccioné de arriba a abajo al nene.

[-Ehm... como que un nene no es, ¿o no?
-July, si seguís interrumpiendo nunca vamos a acabar.
-Perdón, seguí.]

Tenía el pelo negro y ondulado (un poco, pero no tanto), la cara no muy quemada, como si alguien lo hubiera puesto en la tostadora en .2 . No era tan musculoso, pero igualmente se notaba que había entrenado con espadas antes. Sólo con verlo se podía decir que era de piernas ágiles y probablemente podía saltar bastante alto.

Una voz habló desde atrás de mí, y me hizo saltar tan alto que me confundieron con un conejo. Leo se acercó y, mientras se peinaba el pelo para atrás (sin éxito, porque rebotaba de nuevo a su lugar) dijo:

- Hola chicas, yo soy Leo Valdez, como ya saben, pero acá todos me dicen El Rey.

-No es cierto -Piper gritó dada vuelta, sin ver a Leo.

-Tch -murmuró.- Como les decía, soy su guía hoy. No tengo tanta experiencia pero estoy seguro de que les brindaré el mejor servicio de tours de todo el Olimpo.

Leo nos llevó por todo el Campamento; desde los campos de entrenamiento, hasta las cabañas y el bosque. Todo estaba limpio y ordenado, pese al bullicio de los campistas y los distantes ruidos de los monstruos que Leo nos dijo que vivían en el bosque. Había constantemente un aroma dulzón a frutillas y caramelo, que me daba mucha hambre. Terminamos el paseo guiado en frente a la playa, y el chico se quedó parado, mirando al horizonte por un momento, y su tono alegre y chistoso cambió a uno melanólico por una fracción de segundo.

-¡Bueno! -suspiró.- Con esto doy por concluído el paseo; no se olviden de pasar por la tienda de regalos que está a la izquierda y dejar sus comentarios en la caja de al lado.

Mientra terminaba de hablar, el chico que había llamado a Clarisse más temprano se acercó. Después de haberse presentado, nos informó un poco más sobre lo que se hacía en un día normal en el campamento.

- A esta hora, cenamos todos frente al fuego de la fogata. Normalmente comemos en la mesa de nuestra cabaña, pero si quieren puedo comer con ustedes hasta que las reconozcan sus padres divinos.
[-Si supieran que ya sabíamos todo... JIJIJI.
-Carolina pareces una psicópata.
-Lo sé.]

-Genial, gracias - dijo Manutt, quien extrañamente no había hablado en todo el día.

- Un placer.

Y con eso, caminamos junto a los demás campistas hacia las mesas que nos esperaban rebozantes de comida.

No tengo mucho que decir del capítulo, sólo saludo.

VICKYUS (corregido por :)Caro €:)

Las hijas perdidas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora