Capitulo 1: Los chicos nuevos.

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~MÍA~

-ELIZABEEEEETH, vamos a llegar tarde- dije con un tono un tanto alterado.

-Ya bajooooo, te vistes demasiado rápido, además no tengo la culpa, lo bueno se hace de esperar- contesta Elizabeth a su vez. Con él pelo un tanto revuelto.

Pongo los ojos en blanco, esta chica me desespera, habló para mis adentros.

Se terminó de poner el uniforme de nuestro instituto y salimos de la habitación para poder ir a desayunar.
Aunque no teníamos mucho tiempo. Era poco probable que pudiéramos tomar algo, pero el apetito de mi amiga es peligroso así que nos dirigimos al comedor.

Como muchos podréis intuir, estamos en un internado, Mirror Academy uno muy prestigioso en Inglaterra, ¿Que por qué estamos aquí? Sencillo, nuestros padres querían que subiéramos las notas. Ya que las dos éramos unas vagas que no querían moverse del sofá y quedarse todo el día viendo Cronicas Vampiricas con helado de chocolate. Pero bueno, aquí estamos las dos en un instituto de los más exigentes. Viendo cómo mi mejor amiga devora unos cereales.

El timbre sonó dando aviso de que las clases iban a empezar, Elizabeth engullo su desayuno en segundos, a si que no tuvimos problema en llegar a tiempo a nuestra primera clase.
Mi amiga se puso pálida cuando supo la materia que íbamos a dar, y solo por su cara supe cual nos tocaba MATEMÁTICAS, la clase de las torturas. Solo llevábamos una semana en este internado y ya teníamos dos quejas por parte de la profesora. Por ponernos en contra de los deberes ya que no aprendíamos nada los datos que nos enseñaba, además de que Elizabeth falto al respeto más de una vez a sus "superiores".
Nosotras no teníamos la culpa, era la maldita profesora Nollan, mala como ninguna, respirábamos y ya tenía una razón para expulsarnos.
Se abrió la puerta de repente y la profesora entró con paso seguro, andando hacia su mesa.
Tenía cara de estar cansada, sus ojos marrones transmitían una clara sensación de que no quería estar ahí, con su moño despeluchado de siempre, junto con una camisa blanca de Carolina Herrera y una simple falda apretada negra, acabando con unos zapatos sin tacón del mismo color. Empezó a revisar la tarea de los estudiantes, y su primera víctima era...
Adam un chico tímido, no lo conocía muy bien, pero parecía majo.
Se puso a revisar su tarea, y de repente frunció el ceño bruscamente, cogió su peligroso boli rojo y tacho la página con una enorme cruz, haciendo a su vez que arrancará la hoja y la tirara al suelo pisándola de forma descarada.

- Está mal, eres un inútil- dijo claramente, haciendo notar en su voz un tono un tanto desagradable.

Adam miro hacia abajo en gesto de sumisión. Estaba claro que la temía.
Después siguió con el siguiente estudiante, como si no hubiera pasado nada.
Un pensamiento de rabia se apoderó de mí mente ¿como podía haberle hecho eso a un estudiante?.
Sentí como Elizabeth me tiraba un papelito. Lo abrí disimuladamente y en su interior se encontraba una nota diciendo:

~Mia, voy a liarla parda en clase, necesito tu ayuda~

La mire y asentí en su dirección, ella me miró a los ojos y empezó a enumerar con sus dedos 1, 2, 3...
Saltó de la silla y se subió a la mesa, empezó a decir en voz alta lo poco que le gustaba sus enseñanzas y su manera de comportarse hacia sus alumnos, seguidamente me uní a ella y Toda la clase siguió nuestros pasos.
Un profesor entro y sin cortarse un pelo, nos llevó a dirección. Juro que vi como la profesora Nollan sonreía cuando nos fuimos. Estuvimos esperando en unas sillas rojas de plástico de lo más incómodas, hasta que el director nos llamará y nos regañara por nuestra conducta irresponsable, somos adolescentes de 16 años que se esperaba.
De repente se oyeron nuestros nombres por el altavoz que estaba en una esquina de la pared de la habitación.

-Elizabeth Miller y Mia Evans, pasen al despacho del director, gracias- hablaba una voz fina desde el aparato.

Cuando terminó el mensaje, fuimos directamente a donde nos habían indicado, tomamos asiento en las sillas que estaba enfrente de la mesa del director, cargada de papeles y documentos.
Estaba de espaldas mirando por su ventana, con las manos en la espalda apretando los puños con fuerza. Se dio la vuelta, su mirada fue rápida y dura. Empezó a darnos la misma charla aburrida de siempre, sobre lo que teníamos que hacer y lo que no. Al cabo de un rato permitió que nos fuéramos.
Al salir del despacho, nos chocamos contra dos grandes espaldas, haciendo que cayéramos contra el suelo, Elizabeth y yo fulminamos a las personas con la mirada.
Se dieron la vuelta lentamente y nos miramos a los ojos.
No pude evitar observarlos de arriba abajo.
Eran dos chicos guapísimos, el primero, tenía unos ojos verdes claros que hacía que no pudiera apartar la mirada, sus facciones eran marcadas, haciendo visible su fuerte mandíbula, era un chico moreno con el pelo despeinado y bastante alto. El otro era más alto todavía, su pelo era rubio casi color platino, lo tenía un poco largo, su rostro también era perfecto. Sus ojos azules como el cielo nos miraban desafiantemente. Se notaba que los dos tenían bien trabajado sus cuerpos. El chico moreno llevaba una cazadora negra apretada, la tenía desabrochada haciendo que se pudiera ver una camiseta blanca, junto con unos vaqueros azules y unas playeras negras desgastadas. El chico rubio solo tenía una camiseta gris de tirantes, que dejaba ver sus musculosos brazos, por su cuello caía una cadena con unas chapas, pude ver que tenía una palabra gravada .FALL.
En la oreja derecha tenía un pendiente negro. Llevaba unos pantalones vaqueros de color verde militar y unas botas negras.
Nos levantamos rápidamente del suelo, sin apartar nuestros ojos de los suyos, mis mejillas estaban teñidas de un ligero color rosa.
Esos chicos me ponían extrañamente nerviosa.
Se acercaron a nosotras, haciendo que hubiera muy poca distancia de sus cuerpos al de los nuestros, eran bastante grandes y a comparación con ellos éramos minúsculas.

-Lo sentimos, estamos perdidos, somos alumnos nuevos, y no estábamos atentos. Mi amigo también lo siente ¿verdad?- dijo el chico moreno a su amigo con un tono amable rozando la molestia.

El otro chico solo gruño y él lo tomo como un sí.

-¿Sabéis donde está el despacho del director?- preguntó el moreno con una sonrisa en sus labios.

Elizabeth y yo nos miramos, las dos alargamos el brazo y apuntamos hacia la puerta que se encontraba detrás nuestra.

-Gracias- dijo entrando en la habitación.

Elizabeth y yo nos volvimos a mirar, nuestro ojos reflejaban confusión, y esas miradas son las que nos lanzamos cuando necesitábamos esas conversaciones que hacíamos por la noche cuando teníamos que hablar de algo importante.
Salimos del lugar y las dos seguimos difícilmente con nuestro día. No paraba de pensar en esos chicos tan misteriosos.
Por fin llegó la noche, terminamos de cenar y nos dirigimos hacia nuestra habitación, la número 56.
Yo tire mi pesada mochila a la cama y me puse el pijama que consistía en unos pantalones cortos rojos y una camiseta verde clara de manga corta. Elizabeth salió del baño, con una coleta alta y su camiseta negra de tirantes, junto con unos pantalones blancos largos con estampado de lunares de colores.
Las dos nos sentamos en mi cama y nos miramos serias.

-¡¿QUIENES SON ESOS CHICOS, QUE ESTÁN TAN CONDENADAMENTE BUENOS?!- dijimos al unísono.

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Este es el primer capítulo de la novela, oficialmente, espero que os haya gustado. ❤️

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