~ELIZABETH~
No parábamos de observar todo el lugar.
Me fijé más en el suelo que estaba pisando y me di cuenta de que estábamos encima de un tipo de plataforma flotante.
Un puente gigante conectaba el mundo de abajo con este, por él pasaba cientos de almas. Todas acababan entrando por una gran puerta de plata, donde tenía tallada un montón de figuras y símbolos preciosos.Dos guardianes corpulentos la custodiaban, sus rostros eran perfectos, mantenían las alas tensas, apoyando su peso en unas enormes espadas.
Damon se acercó a uno y empezó a hablarle, estaban demasiado lejos, no podía escuchar nada. Nos hizo un gesto con la mano para que pasáramos. Podía sentir sus amenazadoras miradas en mi nuca.
Un enorme edificio se hacía presente nada más entrar al lugar. Era tallado en oro y un montón de leones alados la adornaban. La puerta eran majestuosa, Rodeada por columnas. Feudales entramos, no pude evitar pasar saliva por el asombro. El interior estaba aterciopelado, de un color rojo escarlata. Mire hacia arriba y una ángel gigante, se encontraba sentando en una enorme mesa. Sus ojos reflejaban sabiduría, tenía el pelo blanco y una barba que caía hasta el suelo. Llevaba una túnica color crema con bordados dorados. En sus manos tenía dos libros gruesos.
Las almas hacían cola para que le atendiera.
-Señor, aquí tenemos a Scott Black y a su ángel guardián María Brown, para que decidas su destino- presentó un señor de gafas bajito
-Mmmmm- su voz retumbaba en la sala, estaba buscando en uno de los enormes libros que tenía a su lado -Scott Black te has suicidado con un arma apuntando en la sien, no has vivido honestamente, has sido un avaricioso, te vas al cuarto infierno y Tú Ángel Guardián, ¿donde has estado que no has atascado el gatillo del revolver? no has cuidado bien al humano que se te ha concedido. Tienes que ir a cuidar más humanos durante mil años y como sabrás no entras al cielo todavía-.adjudicó el Ángel gigante.
De repente una fosa oscura se abrió en el suelo haciendo que el chico cayera. Dos guerreros agarraron de los brazos al ángel y se lo llevaron fuera de la sala.
La siguiente pareja entro. Una joven vestida completamente de negro, las cadenas y calaveras adornaban su ropa. El carmín, uñas y sombra de ojos eran de ese mismo color. Su ángel guardián se encontraba a su lado, tenía el pelo rizado y de color marrón. Su expresión era aburrida e indiferente.
-Aquí tenemos a Rose Steven y Izan Mitman- volvió a presentar el señor.
-¿Otra vez tu Mitman?, ¿no tuviste suficiente con la muerte de Lady Di?La futura reina de Inglaterra que murió por culpa de tu descuido de no haber revisado a tiempo los frenos del auto y ahora ni puedes cuidar de una chica que murió de sobre dosis de anti depresivos, ¡Ya te vale!- habló cansado el Gran Ángel.
Me mordí la lengua intentando no soltar una carcajada.
Mitman resopló aburrido .
-Rose Steven te vas al Séptimo infierno, y a Tí te toca cuidar a otro humano, no nos vuelvas a decepcionar-.
-Lo que tú digas- habló la chica gótica sin dejar de mirarse las uñas de la mano derecha- mientras caía en el foso.
Estaba demasiado impresionada, solo observaba atentamente. Mia se encontraba a mi lado, mordiéndose el labio inferior.
Este es el sitio al que vamos a ir cuando muramos.
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LO QUE NOS OCULTAN LAS NUBES
Lãng mạn¡Hola! somos Mia Evans y Elizabeth Miller. Cuando creíamos que todo iba a ser normal, y podríamos ser felices. Dos chicos increíblemente guapos aparecen en nuestra vida. Pero ellos esconden algo... no se sabe quienes son ni de dónde vienen. Esta es...