2: Rivales

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Black

White me llevó de tour por la secundaria, algo que nadie me había hecho antes, pues en mi otra escuela debías aprenderte por ti mismo su estructura.
Si, eran algo fríos y crueles.
Por otra parte, no podía olvidar lo que sucedió en el Salón de Música. El solo hacerlo me volvía a poner rojo...
White seguía enseñándome la secundaria, sus pasillos, baños, salones, escaleras, oficinas, y...

—¿¡Regaderas!?—le pregunté sorprendido a White con mucha extrañeza.
—Sí, como lo ves. Las usamos a veces después de la clase de Deportes. Hoy no las usamos porque hicimos ejercicios básicos de estiramiento. Pero posiblemente mañana las usemos...—me explicaba White, cuando de repente vio como mi cara tenía los ojos en blanco,—¿Te pasa algo?
—¿No-No hay barre-barreras entre las rega-regaderas?—le pregunté angustiado entre dientes.
—No, ¿por?
—Entonces... eso significa qué...,—le estaba afirmando,—¿¡Nos vamos a ver desnudos!?
—Amm.... pues sí, ¿no?
—¿¡Cómo lo puedes decir tan calmado!?
—Pues porque siempre ha sido así...
—¡Pe-Pero..! ¿¡Y qué si alguien choca conmigo con su... ya sabes!?
—¡Oye! ¡Creo que estás exagerando! No puedes tener eso aquí... ¡ya sabes a lo que me refiero!
—¿¡Y-Y tú cómo es que lo sabes!?
—¿¡Y-Yo!? Pues, emmm.... lo sé porque.., emmmm....

Entre mucha charla, pude oír los pasos de alguien acercándose.

—¡White! ¿¡Dónde estabas!?—pregunta un poco furioso un furry de especie canina, de pelaje café, con manchas negras, un poco musculoso, y rubio.
Creo que lo había visto antes en el salón.
—¡Max! ¿Qué haces aquí?—le responde White.
—¿¡Qué haces TÚ aquí!?—le devuelve la pregunta Max a White, un poco furioso.
—Estoy dándole un recorrido a Black por la secundaria, por parte de coordinación. Ahora, ¿tú qué haces aquí?
—¡No te ví en la cancha de fútbol! ¡Pensé que te habías ido!—le contestó Max a White, aún con enojo.
—Bueno, eso no responde mi pregunta...
—¿¡QUIÉN es ese tipo!?—le interrumpe Max a White, refiriéndose a mí.
Yo, con un poco de miedo, me puse detrás de White, pues este parecía no temerle a Max.
—Se llama Black, es mi nuevo compañero de banco, por si no te diste cuenta en el salón.
—¡¡BLACK!!—grita Max, acercándose a mí.
Me agarró de la camisa y me llevó a una pared.
—¡Discúlpanos UN momento!—le pidió Max a White, con un tono un poco bravo.
Yo traté de responderle con lo que podía.
—¿Qué-Qué pasa?—le pregunto a Max.
—¡Óyeme bien!—me decía Max en voz baja, sin que White se diera cuenta,—¡Si te acercas o pones tus garras en MÍ White, te voy a... *crujido con sus manos señalando mi cuello*, ¿¡entiendes!?
—¿¡Estás enamorado de White, Max!?—le contesté en voz alta a Max, con un tono alto para que White me oyera.
White nos voltio a ver mirando raro a Max, pues había desterrado lo que parecía ser su gran secreto.

—¿¡De qué están hablando ustedes dos!?—nos pregunta White, queriendo saber por qué dije en voz alta lo que parecía ser el gran secreto de Max.
Parece que Max se inmutó por lo que dijo White, pues aún me seguía viendo a los ojos con mucha rabia.
Creo que Max iba a explotar, y a desencadenar todo su enojo contra mí.
Sin darme cuenta, Max ya estaba lanzándome un puñetazo directo a mi cara, lleno de mucha furia y rabia.
—¡¡TU BASTARDO HIJO DE PU-—me gritaba Max mientras me lanzaba el puñetazo, con mucha rabia.
—¡MAX! ¡DETENTE!—le pedía a gritos White cuando veía a Max lanzarme el puño.
Yo no quise decir nada, ni hacer nada. Ya estaba muy cansado, y no quería pelear, pues no sabía. El problema con mi escuela anterior es que nos enseñaban tácticas para defendernos, mas no para pelear.
Tenía que defenderme.
Antes de que el golpe llegara a mi cara, con mucha fuerza en todo el cuerpo, lancé mi brazo izquierdo hacía dónde estaba el puñetazo de Max, desviándolo de su trayectoria, y le lancé ese brazo a su hombro izquierdo, cuando de pronto, saqué mi brazo derecho en dirección a su hombro derecho, y sin que él se diera cuenta, puse mi pie, con mucha fuerza, a lado de su pie derecho, haciendo que se tropiece y caiga, y con ese mismo pie, acorralé sus brazos en él, como esposas, y con en el brazo derecho, que lo estaba dirigiendo a su hombro derecho, le agarré la cabeza por detrás, tocando dos nervios en su cuello, con dos dedos de mi mano izquierda, que lo paralizarían por unos minutos.
Quedé en una posición donde tenía su cabeza aprisionada, al igual que casi todo su cuerpo, y Max no respondía completamente.
White se quedó sorprendido, pues pensó que lo había matado, pero le expliqué cómo funcionaba la Maniobra de Paralización, y se quedó aún más sorprendido.
Dejé a Max en el suelo de las regaderas por temor a que un coordinador o maestro me viera, White me ayudó y lo cubrió con una toalla, y luego nos salimos de ahí.
Caminamos un poco, aún con el tour, cuando White ya no se podía contener más.

—¿¡De dónde has aprendido esa maniobra!?—me preguntó con mucha emoción y ansiedad,—¿¡Quién te la ha enseñado!?
—En mi escuela anterior nos enseñaban a defendernos, pero no sé atacar.—le respondí un poco apenado, y con un rubor pequeño en mi cara.
—¿¡Y estás seguro de que lo paralizaste!?
—Sí. No lo maté, por si aún creías eso. En el momento en que puse mis dos dedos en su cuello, active dos nervios que todo Furry tiene ahí, y uno de estos lo paralizó. El otro era el nervio de la mente, para que no pudiera recordar quién lo hizo, pero hay muy altas probabilidades de que sus recuerdos también hayan sido afectados un poco...
—¡Pe-Pero tú cómo has aprendido eso!
—Jeje, pues yo...
Le seguí explicando en lo que recogía mis cosas de mi casillero, y parecía que White ponía mucha atención, pues me clavaba los ojos cada vez que lo miraba.
Se veía un poco tierno así...
¡Qué digo!
Terminé de alistar mis cosas, y emprendí camino a casa. Solo salí dos pasos de la secundaria y White ya estaba a lado mío.
No quise quitármelo de encima, pues era muy buena persona, pero cuando le iba a pedir que no me siguiera, por alguna razón, sus ojos me hicieron quitarme es idea de mi cabeza.
En el camino, White me explicó algunas técnicas de combate que me podía enseñar, y yo le prestaba mucha atención. Él hacía, mientras explicaba, algunos chistes, no tan buenos, pero lograban hacerme reír un poco. Después de eso, charlamos de algunas otras cosas, como el dibujo, y nos quedamos platicando de eso por todo lo que quedaba de camino, hasta que llegamos a mi casa.
—Bueno, nos vemos después, White,—me despedía de él con una sonrisa natural,—espero que te cuides...
Estaba cerrando la puerta, cuando de pronto, el se acerca a mí y me abraza con su brazo, dándome un cascarón en la cabeza en símbolo de amistad.
Yo me puse muy rojo ante esto.
Vi como ya se iba, cuando de pronto se queda parado, se voltea, y se regresa corriendo hacia mi puerta.
—¡Alto! ¡Quisiera conocer a tus papás!—me pedía White con entusiasmo.
—¿¡Mis padres!? Ammm... bueno, es que... yo, emmm....
—¡Sí! ¡Quiero conocerlos!—me exclamaba White.
—No creo, yo... esto...—le contestaba un poco serio y apenado, cuando White ya estaba dentro de mi casa.
—¿¡Ésta es tu casa!? ¡Es muy grande!
—¡No, espera, White, escúchame!
—¡Mira! ¡Un pasillo de madera! ¿Qué hay ahí?
—¡Será mejor que no vayas..!—le contestaba, cuando era muy tarde.
White ya estaba en el pasillo de madera, y se quedó parado ahí.

—White, ocupo decirte algo. Mi papá está de viaje por 3 meses, pero mi mamá está...—le explicaba mientas me dirigía a él cuando, de repente, se quedó atónito.
Ambos estábamos viendo un altar que quedaba al final del pasillo de madera, con un bote de cenizas dentro de un jarrón plateado, una fotografía dentro de un cuadro de madera, donde aparecía una furry de especie canina, con pelaje amarillo y rubia, un listón negro en las esquinas del altar, y...
Una cabeza de esqueleto, de especie canina, al frente del altar.

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nwn

Un Brillo Blanco y Negro (Furry/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora